Cobra terminó en Culebrilla. Eso le pasó a Minor Masís Artavia, sospechoso de integrar el Frente Patriota 7 de Julio, y dueño de la finca allanada la mañana del sábado por las autoridades debido al video en el que lanzaron amenazas contra el presidente Carlos Alvarado.
El flamante Cobra, apodo que se ganó porque estuvo en la reserva Cobra de la Fuerza Pública, se desmayó y se le disparó la presión cuando las autoridades cayeron en su propiedad en Río Cuarto.
Las investigaciones determinaron que los supuestos guerrilleros allí hicieron la grabación.
Si por algún motivo las leyes de este país no son contundentes con Masís, al menos ya me doy por satisfecho con este bañazo que terminó con el detenido en la clínica de Aguas Zarcas. Me enteré que le metieron tres meses de prisión preventiva, así que el control de su presión arterial va a tener que ser más intenso.
Mi reconocimiento a las autoridades por tomar el asunto con seriedad y por la prontitud con la que agarraron a los sospechosos, liderados por Álvaro Ramón Sequeira Mendiola, de 60 años y su hijastro Jeffry Fernández Ramírez, de 34, capturados el viernes.
Si bien un movimiento como el encabezado por los detenidos no tiene eco en el pueblo tico, y más bien se gana la burla o el repudio, la reacción de las autoridades fue la correcta para frenar a estos incómodos quienes sí son tan amantes de las armas y de la rebelión, porque no se van a satisfacer sus deseos bélicos a países con larga historia de abusos a los derechos humanos y donde desconocen lo que es la paz y la libertad.