Sucesos

Decepción en la U: 28 estudiantes demandan por estafa a la Unibe

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Cinthya, Karina, Rubén y Ariagner dan la pelea para recuperar lo que consideran que perdieron injustamente. Foto: Graciela Solís (GRACIELA SOLIS)

Rubén Laguna tiene 30 años. Soñaba con convertirse en un asistente técnico en Microbiología y aumentar el ingreso mensual en su hogar para darles una mejor vida a sus dos hijos.

Él y su esposa se embarcaron en una aventura en la Universidad de Iberoamérica (Unibe) a inicios del 2015 que se extendió por año y medio hasta que sacaron el título del curso que promocionó ese centro educativo.

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La pareja sacó préstamos y apostó su futuro en esa especialización para luego seguir avanzando en esa carrera una vez que consiguieran trabajo.

Ser asistente técnico en Microbiología es un puesto con gran demanda laboral por parte de hospitales públicos y privados, así como laboratorios privados.

Sin embargo, el esfuerzo valió poco porque no pueden ejercer.

La posibilidad de redondearse cada uno un salario promedio mensual de 463 mil colones se esfumó de golpe.

Rubén Laguna, uno de los estudiantes que presentó una demanda contra la Unibe por estafa.

A Cinthya Quirós siempre le ha llamado la atención lo que esté relacionado con el campo de la salud. Es técnico en emergencias médicas, pero al igual que Rubén creyó en el programa de la Unibe y se matriculó.

Luchó contra viento y marea ante las dificultades que se le presentaron e incluso asistió a algunas clases con su pequeña hija, que a inicios del 2015 tenía tres años.

Su comadre Ariagner Sunsing quiso cumplir ese sueño de trabajar en un laboratorio y avanzar hasta sacar una especialización en Microbiología.

También siguió los pasos que finalmente la condujeron a esa universidad impulsada por su papá, quien leyó un anuncio en el periódico y de un solo la motivó para que se averiguara lo que debía hacer para ingresar.

Karina Porras estaba estudiando Terapia Respiratoria, pero el asistente técnico en Microbiología sin duda la sedujo y le dio más importancia porque sus oportunidades de encontrar trabajo rápido se multiplicaban.

Incluso, cuando llegó a la Unibe laboraba en una empresa de donde se vio obligada a renunciar porque ya no le daban más permiso para ir a clases los sábados, de 8 a. m., a 6 p. m.

Estos son cuatro de los 28 jóvenes que demandaron penalmente por estafa a esa casa de enseñanza hace un par de meses.

Cinthya Quirós, una de las estudiantes que presentó denuncia por estafa contra Unibe

A pesar de que se graduaron, de que le pagaron al centro educativo hasta el último cinco por los estudios (aunque más de uno está enjaranado) el título no les sirve de nada.

La Unibe promocionó el curso en noviembre del 2014 e incluso pagó un espacio publicitario en el periódico La Nación aún y cuando no contaba con el aval del Colegio de Microbiólogos, que finalmente es la institución que hace el registro de los profesionales y les entrega el carné para que puedan trabajar; sin ese documento las personas quedan atadas.

Eso es lo que viven estos 28 muchachos.

Ellos sostienen que se burlaron de las ilusiones que tenían, pues en la Unibe siempre les aseguraron que todo estaba en regla y que rápidamente estarían trabajando sin problemas.

Hoy la realidad es otra.

Israel Hernández, representante legal de la Unibe, insiste que le hicieron varias consultas al Colegio de Microbiólogos entre el 2013 y el 2014 sobre los requisitos que debían tener los estudiantes, que siguieron las recomendaciones sobre el proceso formativo y que no había problemas, que finalmente todo estaba apegado a lo que exigían y que iban a reconocer el curso para que pudieran ser aceptados y les dieran el carné.

Sin embargo, se defiende alegando que a mitad de camino, a mediados del 2014, hubo cambio de junta directiva en el Colegio que modificó el reglamento, es decir, que las reglas del juego eran otras y por lo tanto se les cerraba la puerta a los jóvenes (ver nota aparte).

En una consulta por correo electrónico la Dra. Lidiette Salazar Palma, presidenta de la junta directiva del Colegio, sostuvo que no hay registro de alguna solicitud de aval de ningún programa de formación de técnicos de la Unibe y "menos que se hubiera presentado de previo a la apertura o la propaganda en medios escritos y electrónicos de ese mencionado curso".

La especialista agregó que el Colegio más bien se puso en contacto con la Unibe antes de que comenzaran las clases.

"El Colegio, en afán de ordenar y de prevenir situaciones con los estudiantes se puso en contacto con responsables de ese centro y les hizo ver que existe una normativa que regula el registro de los técnicos en este Colegio que egresan de distintos centros de formación y que no hay evidencia de que el curso que daba esa entidad esté reconocido como diplomado por el Consejo Superior de Educación de Costa Rica (CSE)", indicó.

En efecto, este periódico tiene una copia de otra entidad como es el Consejo Nacional de Enseñanza Superior Universitaria Privada (Conesup) que confirma que la Unibe no está autorizada para dar la carrera de asistente técnico en Microbiología.

Mientras el panorama es totalmente oscuro para Rubén, Cinthya, Ariagner, Karina y sus otros 24 compañeros.

Este grupo prácticamente da por un hecho que perdieron tiempo, dinero, pero sobre todo que le vieron la cara.

El título que les entregaron en la graduación no les sirve de nada y si quieren ejercer en esta profesión deben partir de cero y sacar de nuevo la carrera como un diplomado en un centro universitario público o privado que esté reconocido por el Colegio de Microbiólogos.

Cinthya, Ariagner y Karina lo están haciendo de nuevo. Para Rubén las cosas son más difíciles y sigue trabajando como monitorista de seguridad para una compañía en el turno de noche.

"Fueron personas inducidas a error al momento de matricular porque la universidad les planteó como que la carrera que estaban impartiendo tenía el aval del Colegio de Microbiólogos. Matricularon y les dieron la seguridad de que al terminar iban a hacer un trámite de inscripción, pero en teoría era automático. No era que tenían que pelear con el Colegio ni con la universidad. Desde esa óptica se da un ardid y un engaño con el fin de un beneficio para la universidad", explicó Adrián Fernández, abogado de los 28 estudiantes.

Adrián Fernández, abogado de los muchachos, asegura que la institución actuó con dolo. Foto: Graciela Solís (GRACIELA SOLIS)

Incluso, ellos denuncian que hasta les ofrecieron trabajo en los mismos Ebáis que administra la Unibe.

Cada uno de los demandantes exige el pago de un millón y medio de colones por concepto de lo que pagaron por el curso y un monto que está por definirse por el daño moral que dicen que les causaron.

"Tengo amigos que me preguntan si estudian en esa universidad y les digo que no cometan ese error", afirmó Cinthya.

"Puede existir la esperanza que el Colegio nos solucione y nos dé el carné, pero a nivel de laboratorios el título tiene un prestigio o no. Me ha tocado dejar currículums en laboratorios y donde dice Unibe prácticamente no me dan esperanzas de conseguir trabajo. Aunque nos den el carné está manchado (el título)", dijo con pesar Karina.

"Se burlaron en frente de todos nosotros, hicieron una graduación, un teatro y ni para atrás ni para adelante", respondió Ariagner.

Mientras que Rubén sigue pensativo tratando de saber qué hacer, pero no tiene escapatoria. Tratará de pelear por lo que cree que le quitaron injustamente, pero ahora la tiene más difícil para retomar con su esposa ese camino hacia las aulas.

Estas son las reglas
De acuerdo con el reglamento del Colegio de Microbiólogos, en el artículo 3 se establecen los requisitos para el registro del asistente técnico de laboratorio.
Debe poseer el título de Bachiller en Educación Media y cumplir con alguna de las siguientes modalidades:
Haber aprobado un programa de capacitación debidamente avalado por la junta directiva del Colegio e impartido por alguna institución pública empleadora de técnicos de laboratorio y que tenga la estructura académica, infraestructura, equipamiento y condiciones de bioseguridad para garantizar la formación de este personal.
O haber aprobado al menos cinco cursos teóricos-prácticos del área de Microbiología y Química Clínica, de un programa de diplomado universitario o parauniversitario. Tanto el ente académico como su programa deben estar previamente reconocidos por el Ministerio de Educación, por el Consejo Superior de Educación o por el Consejo Nacional de Educación Superior Privada, según corresponda.
Roberto Acosta

Roberto Acosta

Editor de La Teja. Bachiller en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas. Reportero y presentador de noticias en ExtraTV42.

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