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Alexandre Guimaraes disfruta en soledad su éxito en Colombia

Su señora y uno de sus dos hijos están es nuestro país, mientras que Celso juega en Turquía

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Su profesión lo ha convertido en un verdadero trotamundos del fútbol, carrera en la cual ha cosechado muchos éxitos, no solo como jugador, sino también como técnico.

Así se puede describir en la actualidad a Alexandre Guimaraes, quien hoy disfruta del éxito en Colombia, pero en soledad, ya que su esposa está en suelo nacional junto a uno de sus hijos, mientras que Celso sigue brillando en el fútbol europeo, con el Goztepe en Turquía.

Alexandre Guimaraes celebrando con la afición del América de Cali un valioso triunfo en la Libertadores de América como visitante frente a la Universidad Catolica en San Carlos de Apoquindo, Chile. AP (Esteban Felix/AP)

Alexander llegó a Colombia en junio del 2019 y de una hizo historia, no solo por devolverle el título al América de Cali después de 11 años de sequía, sino por convertirse en el primer técnico extranjero a la largo de la historia del conjunto caleño en proclamarse como rey de la Liga colombiana.

“Acostumbro a estar siempre en mi casa preparando mi trabajo junto con mis asistentes o bien viendo partidos del fútbol internacional", contó Guima.

Los meses que lleva el extécnico de la Sele en territorio cafetero ya lo hizo adoptar algunos dichos de ese país.

La prensa colombiana señala que ya le encanta el pandebono (pan típico de ese país), porque es lo primero que ordena cuando se toma un cafe y a los cafeteros les llama la atención que Guima les diga “chicharrones” a los problemas.

“En el América hay empatía y carácter para salir adelante en los momentos difíciles. Lo hemos demostrado. Y la familia Gómez, propietaria del equipo, no solo me ha acogido como uno más, sino que me dan la libertad de trabajar. Me siento satisfecho. Ahora hay dos cosas importantes para mí: intentar el bicampeonato en el torneo local y ser muy competitivos en la Copa Libertadores. Si eso se da, creo que la primera parte del trabajo está bien hecha y encaminada para el siguiente semestre”, comentó Guima.

El estuche Pascual Guerrero en Cali, donde dirige Guima como local, siempre presenta llenazos fabulosos. Foto https://www.diariodeportivo.co/

El exmorado también se siente identificado con la afición, la cual le agradece el título conseguido en las calles.

“Cali es una ciudad de gente que respeta mi trabajo, incluso los aficionados del Deportivo Cali. Lo noto cuando salgo al supermercado y se acercan a saludarme”, contó.

Un aspecto interesante para los reporteros de Cali u otros sectores de Colombia, es que no tiene pleitos con ellos, tema que Guima les aclaró sobre el porqué no lo hace y que nace gracias a un consejo que le dio un entrenador que tuvo durante su carrera.

“Uno no se pelea con el cocinero, porque te envenena; ni con la mamá, porque es tu mamá; ni con un árbitro, y con eso también me refiero a la prensa. Llevas todas las de perder”, contó el exmundialista de Italia 1990.

Guima reside en Cali, la cual es una ciudad repleta de árboles. Cerca de su choza, hay una especie de lago y patos que no paran de graznar y es una ciudad con mucha naturaleza.

Una de las grandes y buenas costumbres que tiene el entrenador es leer, sobre todo ahora que está solo.

Alexander Guimaraes celebrando el títiulo de liga en Colombia con el América de Cal. Foto tomada de la cuenta de Celso Borges.

“Todos los sábados, desde pequeño, caminaba tres kilómetros desde mi casa al centro, para visitar las librerías de la mano de mi padre. Llegábamos a una librería, mirábamos lo que había y pasábamos a la otra. Crecí así. Mi casa siempre ha estado llena de libros”, contó.

Al llegar con su familia a Costa Rica, Guima tenía 11 años. Los amigos que hizo en el colegio Saint Francis en Moravia, no eran tanto de fútbol, pero sí de baloncesto, así que para entrar en aquel círculo empezó a jugar.

Le fue tan bien que la selección del colegio lo convocó a formar parte del equipo. Cuando faltaba alguien en voleibol, también lo convocaban.

“Siempre fui muy deportista. No atleta, pero sí deportista. Incluso integraba el equipo de fútbol del Saint Francis, que participaba en los torneos de divisiones menores de Costa Rica” dijo.

Guimaraes se enfrentaba a las juveniles de equipos como el Saprissa, o Alajuelense, los clubes más grandes de Tiquicia.

Así estuvo hasta que se graduó del colegio. En ese momento a su padre lo enviaron a trabajar a México y se fue con él. Allá empezó a estudiar Educación Física. Al regresar un año después, continuó la carrera y un equipo de baloncesto le ofreció un contrato. No duraría mucho tiempo, ahí porque un entrenador de un equipo de fútbol segunda, quien era su profesor, le propuso entrenar jueves y jugar los domingos.

Guima respondió que solo podía estar en las mejengas de Chepe, porque debía cumplir con el contrato del equipo de baloncesto. Jugó la mitad de los encuentros y terminó como goleador de la segunda división.

Celso Borges, el hijo de Guima junto a sus compañeros en el gimnasio del Goztepe. Fotografía: Facebook del Goztepe

De ahí pasó al Municipal Puntarenas en 1980, donde también destacó, por lo que dos años después Saprissa se fijó en él y lo contrató. En el primer año, con un gol suyo, fueron campeones y se quedó ahí por 10 años, ganó tres títulos y, además, con la Sele disputó el primer Mundial al que asistía Tiquicia.

Dirigió a Costa Rica en los Mundiales del 2002 y 2006. Y es el primer tico en dirigir dos juegos en Copa Libertadores de América.

Luis Quirós

Periodista de la sección de Deportes de La Teja, con experiencia de 17 años en Teletica Canal 7 y 17 en Repretel.

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