El silbatero central Allen Quirós está acostumbrado a bretear duro desde pequeño en su natal San Rafael de Guatuso, así que la crisis causada por la pandemia del coronavirus no ha sido problema para ganarse el arrocito y los frijoles.
Quirós, al igual que todos sus compas del arbitraje, no ha recibido platica desde que se suspendió el campeonato, ya que a ellos les pagan por partido, así que se la juega como un vaquero para salir adelante con tres bretes distintos.
El silbatero, que todavía vive en Guatuso, tiene una empresa que les corta el zacate a las zonas verdes de las chozas, así como un taller de relojería y también se la juega como bombero en La Fortuna de San Carlos.
La Teja conversó con él, para saber cómo hace para atender los tres bretes al mismo tiempo.
–¿Cómo hace para ganarse la platica sin fútbol?
En realidad de la mano de Dios, porque tengo un pequeño taller de relojería desde hace un tiempo. Además poseo un negocio con mi hermano, Luis Fernando Quirós, para cortar zonas verdes. Este trabajo casi siempre lo hace él, pero hay momentos que tengo que hacerlo y me meto de lleno. Ahora también estoy como bombero fijo en la Fortuna de San Carlos.
–¿ Y cuando le toca cortar zacate cómo lo hace?
A punta de machete o con una máquina que tenemos.
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–¿No siente raro hacer esas labores siendo árbitro de primera división?
No para nada, le agradezco a mis padres que me enseñaron a trabajar y lo hago muy orgullo.
–¿Qué hacen los demás miembros de la familia?
Somos una familia de trabajadores, y desde pequeño mis padres nos enseñaron a ponerle bonito, como decimos los ticos, porque siempre nos ha costado. Mi papá, Fernando Quirós Ramos, era agricultor y mi madre Elizabeth Núñez Herrera, ama de casa. Él ya está retirado, pues tuvieron que amputarle un pie.
–¿Desde que edad trabaja?
Yo tuve que salir a trabajar desde los trece años en una relojería y de ahí aprendí lo necesario para luego poner el tallercito que tengo, que por cierto con eso empecé a respaldar la construcción de mi casa. Debo decir que mi niñez no fue nada fácil, ni la de mis hermanos.
–¿Esas carencias le impidieron estudiar?
Sí, la verdad es que en el momento que debía hacerlo no lo pude hacer, pero gracias a Dios conseguí el bachillerato más adelante en el colegio nocturno de Llano Bonito de Guatuso.
–¿Y de dónde viene lo de bombero?
Eso es algo que traigo desde niño, porque siempre me gustó ayudar, sobre todo en este tipo de trabajo.
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–¿Cuándo comenzó como bombero?
Hace dos años empecé como voluntario en Upala, porque uno no es bombero de la noche a a mañana, tiene que llevarse un curso de inducción y por dicha apareció una plaza fija en La Fortuna de San Carlos.
–¿Cómo es su horario de brete?
Cuando me toca de bombero ingreso a las ocho de la mañana y salgo a la misma hora, pero del día siguiente. Descanso un día y repito el horario. Con base en ese horario me la juego en los días libres con la relojería y el corte de zacate.
–¿Ha vivido momentos peligrosos?
En esta profesión cuando uno sale de la estación todo es peligroso, pero con la preparación que no dan tenemos que hacerle frente a lo que encontremos, como grandes incendios, escapes de gas, luchar contra las abejas y más.
–¿Y por qué decidió ser árbitro?
Sí, es otra de mis pasiones, yo inicié hace 18 años en lo que era ANAFA y ha sido una lucha muy fuerte porque tenía que viajar en bus casi cinco horas para prepararme o para pitar. Estuve como cinco años en esa categoría.
–¿Tiene una buena anécdota?
Sí, nunca olvidaré que un fin de semana me tocó ir a dirigir la final de ANAFA en Coto Brus, con ese club en el 2005 y ese equipo le gana al de León XIII. Fue un viaje de tres días en bus, salí de mi casa un sábado y regresé a Guatuso el lunes. Salí un sábado a las cinco de la mañana de mi casa, llegué a las ocho de la noche a Coto Brus, al día siguiente fue el partido y nos devolvimos para llegar el lunes a mi casa.
–¿Es cierto que fue jugador?
Correcto, participé con el equipos de Betania de Guatuso como portero, pero la verdad es que siempre me gustó ser árbitro y por eso me dediqué a ello.
–¿Recuerda su debut cómo árbitro?
Claro, el sábado 1 de marzo del 2008, en un partido que le ganó Pérez Zeledón a Brujas 3-2.
–¿Ha tenido broncas feas?
No, la verdad desde que inicié no existe ninguna. En canchas abiertas es donde se pueden dar más, pero puedo asegurar que nadie ha intentado hacerme daño, hay jugadores que a veces se exaltan, pero nada que lamentar.
–¿Ha dirigido en un clásico?
De campeonato no, solo pite uno amistoso que se dio en el Estadio Nacional, pero espero pronto estar en uno del torneo mayor.