Yoserth Hernández cuando llegó al Deportivo Saprissa se propuso cumplir muchos sueños con la camiseta morada y logró uno de ellos la noche de este viernes, cuando jugó su primer clásico nacional vestido de morado.
El mediocampista, tras finalizar el partido, contó cómo se imaginaba ese momento y tras muchos años de esfuerzo se le cumplió.
“Me lo imaginaba de esa forma, porque son cosas que uno sueña cuando era niño, cualquier jugador aspira a jugar un clásico”, respondió.
En varias ocasiones, la semana previa a este partidazo se suele sufrir más de la cuenta en comparación al día de la mejenga, pero para Hernández fue todo lo contrario.
“Lo esperé con calma, siempre vengo preparándome para estar listo y cuando el cuerpo técnico lo requería, gracias a Dios tuve la oportunidad de vivir una experiencia tan bonita como lo es el clásico, por ese lado salí contento”, detalló.
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Aceptó el consejo de su familia de que lo disfrutara y así se vio en la cancha. Salió de titular y jugó 82 minutos, cuando le dio campo a Jorkaeff Azofeifa, hizo buena mancuerna con Mariano Torres y nos comentó que la química con el che ha sido mejor de lo que imaginaba.
“Muy buena nuestra relación, Mariano es un gran jugador, trato de aprender de él y del resto de mis compañeros en el día a día”, aseguró.
En lo único que no salió contento fue en el resultado, el ADN morado salió a flote como desde el primer día.
“No, somos Saprissa, jamás debemos quedar satisfechos por un empate, nosotros siempre vamos a ganar, esperábamos hacerlo, pero al final no pudimos”.
Se tomó unos minutos para agradecerle a la afición por el apoyo que le dio.
“No tengo dudas que esta afición es la más grande de Centroamérica y el país, es un ambiente único y lo hace sentir como en casa”.