Colombia aterrizó a la Selección de Costa Rica a la realidad que al inicio muchos imaginaron

Colombia nos aterrizó a una realidad, tenemos una selección prometedora, que genera esperanza, pero que todavía tiene mucho zacate por comer, muchas experiencias por vivir y experimentar y eso quedó demostrado con el 3-0 que nos clavó con mucha claridad.

Lo que pensamos que nos iba a hacer Brasil, partido del que salimos subidos en una nube y hasta un poco borrachos de éxtasis y optimismo, nos lo hizo la selección cafetera.

No es que todo lo que pasó el lunes con la Canarinha estuvo bien y todo lo que pasó este viernes estuvo mal, es una curva de aprendizaje, pero lo sucedido esta vez se acerca un poco más a la realidad, al momento de un grupo que apenas está creciendo. No teníamos que engañarnos.

La inspiración de un gran resultado ante la pentacampeona del mundo no era suficiente para enfrentarse a quien hoy para muchos es la selección en mejor forma de Sudamérica, con un invicto de 25 partidos y un juego que quedó visto en el pasto del State Farm, en Gleendale, California.

La Copa América era una prueba suprema para experimentar muchas cosas, un resultado como este, enfrentar a un rival en tanta forma y de tanta calidad era una, los campeones se van formando con golpes y cicatrices, con tropezones que duelen y que tienen que dejar enseñanzas.

Ante Colombia Gustavo Alfaro quiso hacer otra cosa en algún momento, algunos dirían que sacó el bus que le plantó a Brasil, pero se vio una idea un poco más ofensiva, por algo desde la alineación se sacrificó a un volante de marca como Jefferson Brenes para meter a un atacante: Warren Madrigal.

También dimos más espacios, salimos un poco buscando golpear en ofensiva y con la rapidez y dinámica del rival nos mataban apenas perdíamos la pecosa, que como ante Brasil, solía ser con mucha rapidez, en esa fase ofensiva nos sigue faltando mucho, tanto así que por más voluntad seguimos sin siquiera hacer un remate directo.

También nos equivocamos en otros detalles, esta vez a Patrick Sequeira se le vieron un par de errores de inexperiencia, como el penal que se jaló a la media hora cuando salió a chocar con John Córdoba cuando Francisco Calvo ya había despejado la bola.

La jugada la revisó el VAR, pero la imprudente salida del meta nos salió cara, penal que Luis Díaz anotó engañándolo al tirar a la derecha, cuando el tico se mandó a la izquierda.

Quisimos ir a atacar y allí no tuvimos fuerza, tanto así que a Manfred Ugalde apenas le alcanzó para sacarse otra tarjeta amarilla que, sumada a la que le mostraron contra Brasil, hace que se pierda el juego final de fase de grupos ante Paraguay. Por algo salió al medio tiempo por Joel Campbell, que tampoco sumó mucho.

En el segundo tiempo no nos vimos bien, la solidez defensiva de la que tanto sacamos pecho, que se habló a nivel internacional y demás se derribó con un rival que nos movió la pecosa y sin joderse mucho nos metió dos goles más sin joderse mucho.

A los 58 un cabezazo de Darwin Sánchez, quien la ganó entre toda la zaga, puso el 2-0 luego de un centro al área de John Arias tras un saque de esquina. En táctica fija también fallamos.

Para matarnos, el 3-0 cayó de una, una bola que James le filtró a John Córdoba por la derecha y con un derechazo fusiló a un Sequeira que se quedó anclado en el área chica y nunca salió a achicar. Si lo queremos ver de manera “optimista”, es un partido de aprendizaje para Patrick.

Con el 3-0 nos cantaron el olé, el rival tenía la bola, hasta nos pudieron meter más, pero al final con eso fue suficiente. Aunque falta un partido y un par de marcadores no lo hacen aún oficial, la Sele está casi eliminada de la copa.

Esta vez sí hicimos el papel del muerto, ese que se lo echaron casi al principio de la película y se volvió un fantasma.