La dinastía Lagos promete seguir dándole al Santos de Guápiles muchísimas alegrías en los próximos años, ya que su goleador Cristhiam le heredó su capacidad para sacudir las redes a su hijo, Hernie, quien empezó a destacar en las ligas menores del club guapileño.
CL9 es el goleador histórico de los santistas, según datos del periodista Luis Quirós, ya que acumula 61 pepinos defendiendo esta chema, mientras que su hijo, de 9 años, ya suma seis golcitos en apenas dos partidos disputados.
“Seis goles gracias a Dios, con esfuerzo y dedicación como siempre. Mi papá me aconseja que cuando entro al campo tengo que entrar tranquilo, no andar corriendo como loco”, confesó el pequeño que este fin de semana viajó a San Carlos para enfrentar a los toritos del norte.
Hernie dice que es idéntico a su papá en cuanto al olfato goleador y la altura (pinta que será bien alto).
“No es tirarla suavecito, hay que fundir al portero. Siempre hago los goles con el pie y todavía no he marcado un buen gol, porque he hecho golcitos cerca del marco y solo uno que tiré desde un poco lejos y que gracias a Dios lo pude hacer”, dijo el pequeño sonriente.
Curiosamente el heredero tiene marcado en su memoria un gol que su papá le hizo a Santos cuando jugaba con Herediano, dice que se trató de un centro en el que los marcadores lo dejaron solo y él anotó. El pepino lo clavó en la semifinal del 2015.
Y aunque apenas inicia su carrera como futbolista, también tiene algunas recomendaciones para que su tata marque más anotaciones en este cierre del Clausura 2019.
“Le digo a mi papá que cuando entre de cambio no llegue con ansias de meter un gol, que ingrese tranquilo y si le queda una oportunidad la aproveche”, dijo convencido.
Hernie dice que en Tiquicia admira a su papá como futbolista y reconoce que quiere ser como él porque ha llegado a los tres equipos más grandes de Costa Rica (Saprissa, Alajuelense y Herediano), gracias a su esfuerzo y dedicación. También comentó que su tata sigue siendo muy humilde. En el plano internacional es un leal seguidor de Cristiano Ronaldo por la manera en que maneja la bola y anota esos golazos.
El joven delantero siempre acompaña a su padre a los entrenamientos y dice que disfruta mucho ver cómo el técnico santista, Johnny Chaves, maneja el grupo porque le puede servir por si en alguno de sus partidos el equipo va perdiendo para mantener la calma y no andar como loco.
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“Hay que tener humildad y no creerse más que los demás, porque si uno se cree más todos pierden, pero si todos son humildes todo el equipo cambia. En los partidos les digo a mis compañeros que no pueden hacer las cosas solos que tiene que apoyarse”, dijo Hernie.
Papito orgulloso
Sin duda alguna cuando Hernie salta a la cancha el más orgulloso es su papito.
Hernie es el menor de la familia de Cristhiam, también tiene a una chiquita.
“Le gustó esta profesión (a Hernie) desde que estaba en el vientre porque pateaba bastante, sabíamos que podía traer ese don”.
“Siempre lo he apoyado y ahorita está en la categoría 2009. Me siento el padre más feliz del mundo de ver a mi hijo jugando un deporte tan bonito, ya que él nació con un problema en sus pies que se llama pie bot”, comentó Lagos.
Pie bot es un defecto de nacimiento en el que el pie se encuentra torcido o invertido hacia dentro y hacia abajo, por lo que cuando Hernie nació fue necesario quebrarle los pies y ponerle un yeso, lo cual complicó mucho su primer año de vida.
“Verlo correr y disfrutar es una alegría muy inmensa, espero apoyarlo siempre y arle buenos consejos, siempre le he dicho que todo se logra con esfuerzo y dedicación, pero sobre todo con mucha humildad”, dijo Chris.
“Siempre me acompañó a las tiendas deportivas a comprar implementos como tacos y siempre se iba a las estanterías donde estaban las bolas y se topaba con la suerte que le regalaban una, por lo que se crió rodeado de balones. Yo nunca tuve la dicha de tener un balón de pequeño, pero él sí y por eso le fue agarrando gusto al fútbol", dijo.
Lagos cree que su hijo crece poco a poco como futbolista porque sabe escuchar a los que le enseñan y eso le ayuda a la hora de definir, el es un "minikiller” del área, muy parecido a su papá en sus mejores años.
“Cuando tiene un partido malo el acepta sus errores, peco cuando le va bien anda rajando como todos”; contó el papá muerto de risa.