Dueños de Los Dodgers de Los Ángeles serán los nuevos propietarios del Chelsea

Los dueños de Los Ángeles Dodgers, equipo de béisbol de la MLB de Estados Unidos, ahora también serán los propietarios del Chelsea, de la Premier League inglesa.

Se trata de un consorcio encabezado por el multimillonario Todd Boehly, que adquirió por 4.250 millones de libras esterlinas (4.971 millones de euros) el club que era del magnate ruso Roman Abramovich.

“El Chelsea Football Club puede confirmar que se han acordado los términos para que un nuevo grupo propietario, encabezado por Todd Boehly, Clearlake Capital, Mark Walter y Hansjorg Wyss, adquiera el club”, señala el comunicado de los ‘blues’.

Este grupo se impuso en la carrera por comprar el club inglés, en la que había otros interesados. Ahora deben esperar la aprobación de la Premier League y del gobierno británico, lo que podría suceder a finales de mayo.

“De la inversión total que se está realizando, se aplicarán 2.500 millones de libras esterlinas para comprar las acciones del club y dichos ingresos se depositarán en una cuenta bancaria congelada en el Reino Unido con la intención de donar el 100% a causas benéficas, según confirmó Roman Abramovich”, explica el documento enviado.

LEA MÁS: Roman Abramovich pone en venta el Chelsea y donará la plata a damnificados por la guerra

“Además, los nuevos propietarios propuestos comprometerán 1.750 millones de libras esterlinas en inversiones adicionales en beneficio del club. Esto incluye inversiones en Stamford Bridge, la academia, el equipo femenino y el financiamiento continuo para la Fundación Chelsea”, añade.

El pasado 2 de marzo, Abramovich puso el club a la venta en medio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Incluso, el empresario fue sancionado por el gobierno del Reino Unido el 10 de marzo, al haber demostrado sus vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin.

El club debe venderse antes de la fecha límite del 31 de mayo, cuando vence la licencia temporal del gobierno para el Chelsea. La licencia actual prohíbe que el club acuerde nuevos contratos con jugadores actuales o que traiga nuevos fichajes.