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El Monstruo se comió a Bryan Ruiz y a Alajuelense en su despedida

Saprissa se metió a la final al eliminar al León en semifinales

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Saprissa de nuevo fue el verdugo manudo, algo que se hizo costumbre. (Rafael Pacheco Granados)

Como un furioso dragón que se comió a su presa, que lo atrapó en su cueva y no tuvo clemencia, así es como Saprissa se deshizo de Alajuelense, una vez más, para derrotarlo 2-0 y clasificar a la final del Apertura 2022.

El invierno cayó sobre los manudos y como pasó en la famosa serie Game Of Thrones, en la cual se inspiró la S para el espectacular recibimiento al equipo, se llevó a uno de los principales protagonistas erizos, pues el juego marcó el retiro del capitán manudo Bryan Ruiz.

Como si fuera Jon Snow, la cara de la famosa franquicia de HBO, a los 68 minutos el Capi se fue entre silbidos y un adiós sarcástico de parte de los morados que se sentían como puñalas. Una despedida indigna para un jugador de su talla, pero su equipo no pudo hacer más por él.

El marco en la mejenga era espectacular, la Cueva totalmente llena, como no lucía desde hace dos años y medio, con la afición metidísima, con un show previo al partido lleno de color y pólvora.

En el sector este se develó una manta de un dragón y cerca de él la palabra “Dracarys”, que es la orden que se da en la serie de HBO para que los dragones que pertenecen a la familia Targaryen expulsen fuego.

Bryan Ruiz dijo adiós a su carrera este viernes. (Rafael Pacheco Granados)

La orden era clara, el Monstruo debía salir a liquidar a su archirrival sin contemplación alguna, cuando la Cueva se viste con sus mejores galas, es obligación cumplir.

Lo normal. La mejenga dio inicio como se esperaba, con Saprissa proponiendo y punzando más.

De nuevo, como pasó en Alajuela, los morados probaron de manera incesante a un Leonel Moreira que luce como en sus mejores tiempos, con tapadón tras tapadón.

Si no hubiera sido por el meta erizo, el primer tiempo hubiera liquidado perfectamente la serie, solo el rol protagónico de Osito lo impedía.

Dos cabezazos de gol cantados a Kendall Waston, otro remate a Javon East y otro de Luis Paradela, fueron parte del repertorio de Leo en un buen primer tiempo morado, ante un León adormecido.

En el bando manudo, Aarón Suárez era de los pocos que tomaba la pecosa con criterio y peligro y fue quien estuvo más cerca del gol con una que Kevin Chamorro le achicó justo a tiempo para evitar el remate.

Ojo, que una salida de Chamorro sobre Johan Venegas a los 13 minutos parecía penal a favor de los manudos, pero el árbitro Josué Hidalgo no lo vio así. Una jugada que de haber sido gol, metía a los morados en un zapato tremendo apenas al inicio.

Fuera de eso, los números del primer tiempo eran más que elocuentes: seis remates directos y cinco desviados de la S contra solo uno --y desviado-- de los manudos, evidencian suficiente para notar quién llevaba el peso del juego y tenía las opciones.

Cayó el gol. Con ese panorama, el gol morado debía caer pronto, Leo no las podía aguantar todas y una descolgada de Luis Paradela por la izquierda abrió el camino. El isleño tiró y Moreira rechazó a un lado, donde apareció Pablo Arboine para anotar en el rebote.

Pablo Arboine marcó su primer gol en clásicos. (Rafael Pacheco Granados)

Mal, muy mal se vio Ian Smith, quien estaba dormido y no tomó su marca, que era Arboine, por lo que el zaguero definió a placer.

Para el segundo tiempo la obligación pasó del lado manudo, en aportarle algo más al partido, mostrar que al menos pelearon por meterte a la otra fase y no solo pensar en aguantar un empate que, de alguna manera, te ayudara.

Pero más bien rapidito se duplicó la ventaja, a los 53 Ugalde no pitó un penal de Bryan sobre Javon East, un agarrón claro, pero un minuto después sí vio una barrida de Alexis Gamboa sobre Álvaro Zamora.

Vino Paradela, a quien le dieron el penal, para que volviera al gol y ganara confianza luego de un buen tiempo sin marcar, también como un premio a su partidazo. Tocó al lado izquierdo de Moreira, que por un par de centímetros no le llegó al tiro.

Ya con un 2-0, sin que la Liga marcara, la S tenía un partido tranquilo, más aún con un rival que ni siquiera pateaba al marco.

La más clara de la Liga llegó al 86 con un remate de Alexis Gamboa que pegó en el palo.

La Cueva volvió a ser la Cueva, Saprissa volvió a ser Saprissa y ojo que cuando entra en este modo, que se cuide cualquiera, no importa cómo se llame... en ese sentido

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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