El narrador colombiano Andrés Salcedo, a quien muchos costarricenses recuerdan por las transmisiones de fútbol alemán que presentaba canal 7 en los años setenta y ochenta, falleció este viernes a los 81 años, producto de un paro cardiaco.
Salcedo se caracterizaba por la precisión de sus narraciones, y los apodos que les ponía a los futbolistas en las transmisiones de la Bundesliga para América Latina.
Salcedo brindó una entrevista para La Voz del Círculo de Costa Rica, hace seis meses y en La Teja extraemos una parte de esta entrevista, una de las últimas que dio. Al momento de la entrevista, Salcedo estaba en Barranquilla, Colombia.
– ¿Cómo llegó Andrés Salcedo a los medios de comunicación y cuál fue el recorrido en Colombia antes de partir a Europa?
Tuve el comienzo de casi todos los locutores de mi época, como “locutor relojero” (así nos llamaban). Me tocaba dar la hora cada tres o cuatro minutos, leer boletines y cuñas comerciales, poner los discos y atender el teléfono. Después vino un peregrinaje por varias ciudades de Colombia. Dejé para lo último la capital (Bogotá), donde llegué a ser la voz del radio periódico más escuchado del país en aquellos años, el “Noticiero Todelar de Colombia” y, para la misma cadena, fui voz comercial en el estadio El Campín, al lado de quien en ese momento era el dios de la narración deportiva en Colombia, el costarricense Carlos Arturo Rueda. Hicimos una llave que los más viejos aún recuerdan.
– En Alemania Telematch y el fútbol alemán son sus pasaportes para ser conocido en Latinoamérica. ¿Cómo fue eso y cómo influyó en su vida?
Mi trabajo fundamental en TransTel y en la onda corta de la radio Deutsche Welle era como traductor y como locutor de noticias y de documentales. El fútbol alemán y Telematch llegaron a mi vida de manera inesperada y fortuita. Yo, como te dije, en Colombia solo había sido voz comercial del costarricense Rueda. Pero viendo fútbol por televisión en España y después en Alemania descubrí que, siguiendo el estilo de esos narradores televisivos europeos, me creía capaz de relatar un partido.
Pero todo eso era solo a nivel mental. Hasta que Alemania gana la Copa del Mundo de la FIFA en 1974 y Transtel adquirió los derechos de la Bundesliga, me llegó la hora, pero por pura casualidad. Los alemanes habían contratado a José María Muñoz, el famoso narrador argentino que, a última hora, cuando ya le habían dado los tiquetes de avión, los llamó diciendo que por razones familiares debía permanecer en Argentina.
Ante la urgencia, hicieron un casting a la carrera en el que yo participé. Para mí sorpresa, resulté elegido y esta es la hora en que todavía no sé por qué. Algo parecido pasó con Telematch (el nombre también se lo puse yo), este concurso, que hoy sería definido como un reality, se llamó originalmente “Juegos sin Fronteras”.
– ¿Cómo recuerda las transmisiones en Costa Rica?
Conocer Costa Rica, ser recibido y tratado como una estrella, y ser saludado y hasta ovacionado durante el recorrido de las etapas de la Vuelta a Costa Rica, a la que fui invitado cuatro años seguidos, es algo que no se puede olvidar. Sobre todo, por los amigos ticos. Gente especial, querendona y muy bromista y, como yo también lo soy, el acoplamiento fue perfecto.
Un clásico
El periodista Leonel Jiménez hizo una buena mancuerna con Andrés Salcedo sobre todo en las vueltas ciclísticas que transmitían para canal 7. Recuerda que incluso, el colombiano lo visitaba en su casa y hasta se echaba la siesta.
“Andrés era un tipo muy culto, daba gusto sentarse con él en la mesa de amigos, hablar temas de política, de economía latinoamericana, de ciclismo, de fútbol, era un tipo amplio”.
Leonel recuerda la vez que invitó a Salcedo a un clásico para que compartiera cabina y al final narró 45 minutos. Recuerda que el partido fue en el Morera Soto y quedó 1 a 1.
“Resulta que la Liga se enteró de que Andrés iba a estar en la trasmisión y la directiva decidió dedicarle el partido. Andrés cuando venía era con un par de jeans y cuatro camisas y me preguntó, ¿con qué ropa voy a ir a dar un saque de honor?.
“Le conseguí un pantalón, un saco, corbata y hasta unos zapatos que un amigo andaba en la cajuela del carro porque alguien los había dejado en el bar restaurante La Cueva en Alajuela. Parece que se los hicieron a la medida.
“Después que hizo el saque me lo llevé y narró 45 minutos, fue muy grato compartir con él y por toda las vivencias que tuvimos en las vueltas a Costa Rica pues era un tipo muy abierto, muy asequible”.
Testigo de eso es Arturo Alfaro, quien lo conoció en una caravana.
“Yo trabajaba con Javier Rojas y él me lo presentó. Conversamos un ratico, hasta que salió la caravana. Una persona muy agradable”; dijo don Arturo, vecino de San Ramón.