La vida tiene buenas noticias para José Luis Valverde, el árbitro brutalmente agredido el 27 de mayo por un jugador al que expulsó durante un partido de canchas abiertas entre Anita Grande y Guácimo.
El golpe lo mandó 11 días al hospital Calderón Guardia, de donde salió el 6 de junio. La semana pasada, cuando ya estaba en su casa, lo llamaron del Hospital Cima. Habían leído la historia publicada por La Teja y le echaron el hombro con la reparación dental que necesita porque el golpe le arrancó unos dientes y la desacomodó otros.
Desde su casa en Cariari de Pococí, el silbatero nos contó que del centro médico lo buscaron para ayudarlo sin cobrarle en vista de que él no tiene los recursos para pagar un procedimiento de esos en un hospital privado.
Este lunes, el referí agredido estuvo por unas cuatro horas con el doctor Eugenio Brenes director del área dental del Cima, Advance Dental, quien le reparó provisionalmente dos dientes frontales mientras le realiza un trabajo más extenso que durará unos 9 meses.
Debido a la agresión don José Luis necesitó cirugía y en el Calderón le colocaron 3 platinas y 4 tornillos en el pómulo derecho.
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Valverde estuvo a puros líquidos y sopas, como la sopita de mondongo con la que lo recibieron cuando volvió a su casa, pero este lunes con el arreglo dental finalmente ya puede comer sólidos y salió de una a darse un gustico.
"Apenas salí de la cita me fui para San José y en el Mercado Central me comí un arroz con camarones que me supo a gloria, yo estaba un poco deprimido por que no podía comer, estaba aburrido de pasar a puros jugos y puré, pero ya por dicho eso quedó atrás gracias a la ayuda de Dios, ustedes y el dentista", detalló don José.
Cuando iba para su casa en Cariari de Guápiles, el Chino hasta se imaginaba una tortillilta de queso y un bistec encebollado que trae de antojo y que con la reparación que le hicieron ahora podrá mandarse sabroso.
"El doctor me explicó que esto tomará un tiempo, tengo que estar yendo a citas, pero al final me dijo que iba a quedar con una sonrisa como de anuncio", vaciló al respecto.
Ilusionado
El doctor Brenes comentó que cuando vio la historia en La Teja le impactó mucho y por solidaridad quiso ayudar a Valverde, porque de no haber actuado pronto en el caso posiblemente el agredido hubiera perdido la dentadura por el fuerte daño.
"La intención nuestra es hacerlo sentir que no está solo, me cuenta que tiene cinco hijos y que para ganarse algo más estaba pitando, queremos ayudarlo, soy de los que pienso que este país necesita ser un poco más solidario, echarnos el hombro entre todos", explicó el médico.
Al doctor le ilusionó tanto el caso que le metió ganas para que en el Día del Padre el paciente esté ya puras tejas.
"Con el ajuste que le hicimos ya debería estar comiendo sólidos, yo quería que para el Día del Padre la pasara bien, como tiene cinco chiquitos, es la verdad un regalo muy bonito", destacó.
"Le hicimos un escan en tres dimensiones para asegurarnos que no tuviera fractura, el tema con ese tipo de golpes es que su cuerpo todavía está inflamado y tal vez no sienta molestia en el momento y hasta más adelante aparezcan secuelas, no sería raro que se necesitaran tratamiento de nervios por eso aún no pusimos coronas", detalló el médico.
Controles médicos
Don José, quien se encuentra incapacitado por un mes, tiene cita el viernes en el Calderón Guardia y otro chequeo el 20 de junio para revisar cómo se integraron las platinas y los tornillos de la cara.
La comunidad de Cariari, los amigos y el gremio arbitral han estado muy atentos a su caso. Don José contó que cuando salió la publicación más reciente en La Teja (el pasado jueves) un montón de gente fue a buscarlo con el periódico para ver cómo estaba.
"Nunca esperé tanta reacción del pueblo, de los árbitros, de gente que ni conozco. Venía gente que me traía La Teja y me hablaba de la nota. En estos días he salido como dos veces para caminar y es como si fuera Keylor Navas, todo el mundo me para, me preguntan cómo estoy, qué ocupo. Todos se volcaron con un gran cariño, gracias a Dios y a ustedes", contó emocionado.
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A modo de anécdota contó que el día que salió del hospital había unos 25 carros afuera de su casa esperándolo. "Más de uno hasta se habrá preguntado quién se murió al ver ese gentío", nos dijo.
Los vecinos y los árbitros siguen ayudándolo con víveres y con plata, como ocurrió este domingo por la mañana, cuando una asociación de árbitros de San Carlos liderada por el exreferí Olger Linares le tendió la mano.
Este domingo, don José Luis volvió a una cancha de fútbol por que le dedicaron un partido del equipo sub-17 de Cariari y le pidieron compartir su testimonio con los jugadores.
"Los dirigentes querían que les diera un mensajito de no violencia a los muchachos, un llamado a no golpear o patear a nadie por un partido de fútbol, ofender o algo así. El deporte es para divertirse y hacer amigos", indicó.
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De esta manera don José sigue recuperándose en su casa mientras vuelve al bus y a la cancha, donde también la pulsea para sacar adelante a sus cinco hijos y su señora.