El entrenador de Pérez Zeledón, Johnny Chaves, pasa un mal momento en su carrera con tres torneos de malos resultados.
Dice él que se debe a que varias cosas se han juntado y él vive una de las rachas más malas de un técnico en Costa Rica: dos partidos ganados de 20 disputados y con dos equipos diferentes.
El fin de semana ya dejó al primer técnico sin trabajo, Erick Rodríguez fue despedido de Jicaral y Johnny toca madera, no quiere seguir sus pasos.
El “profe” se sinceró con La Teja y dijo que trabaja duro para salir de ese barranco y que, como siempre, les ve el lado positivo a las cosas.
-Usted es uno de los técnicos más estudiados, se capacita en Europa, tiene licencia de la UEFA, ¿a qué se debe el mal momento que vive?
- Tengo tres torneos en los que no he podido hacer que funcionen los equipos. Cuando uno entra en crisis de este tipo es positivo porque uno debe revisar si está al día con las metodologías, si se quedó rezagado en liderazgo. Me he obligado a chequear todo. Yo me capacito, me pongo al día y hasta recibo informes de metodologías.
Estoy bien en esas cosas. Sin embargo, mi liderazgo cambió un poco, era más agresivo, he cambiado en dar más confianza al jugador, sin perder lo de las exigencias, y luego la otra parte que pasó con Santos luego de la última clasificación es que empezó a renovarse, se iban diez jugadores, venían diez. Eso me pasó en los últimos tres torneos y eso afecta.
-¿En Pérez Zeledón también le pasó?
- Cuando llego a Pérez se necesita una renovación, también está en una racha negativa, hay que intervenir el camerino, volver a crear unión pero se van once jugadores y llegan diez.
- ¿Le está pasando factura haber dejado de ser regañón?
- Era exigente, a veces agresivo, en la forma de abordar al jugador y algunos entraban en desconfianza, traté de llegar de otra menera. En Guápiles me decían que no cambiara, de cierta manera me daba resultado.
- ¿Coinciden los tiempos, es decir, fue más suave con los jugadores y no se le dieron los resultados?
- Sí coincide, pero no quiero que se enfoque solo en eso, también están los cambios radicales de planillas. Así como acepté que tengo un mal momento, también vea que he tenido cambios radicales en las planillas.
- ¿Le toca el ego esta racha tan negativa?
- Totalmente. Uno quiere ganar, que el equipo se vea bien, hay antecedentes de buen rendimiento y trabajo. Esta situación me molesta y me obliga a ver profundo, a buscar cada día desde todos los ángulos las opciones de todo: liderazgo deportivo, trabajo mental, escogencia de jugadores, ajustes en el sistema...
Hemos conversado con los jugadores, les pregunto si resienten algo y dicen que el trabajo es bueno, que les enseño. Es importante que nos estamos involucrando todos en la búsqueda de soluciones, porque sí hay un ego, el futbol es de ganar y uno quiere trascender para mantenerse arriba. Esto me está tocando las fibras.
- ¿Es su racha negativa más larga?
- Sí, soy autocrítico, eso queda en el currículum. Tuve momentos duros con la U, pero era un equipo con otro presupuesto, era diferente y resultó un éxito porque el club se mantuvo en primera y hasta una vez clasificamos. Esta es la más larga y lo acepto, soy humilde, creo que debo mejorar.
- En estos momentos duros, ¿quién le ayuda a reponerse, con quién habla de la situación?
- Mi pareja actual es sicóloga y me brinda confianza, los que han trabajado conmigo, jugadores y colegas, que me llaman y me escriben: ‘no pierda la confianza en usted, tiene la capacidad de salir’.
Los jugadores me dijeron ‘estamos con usted, vamos a salir de esto’. Muchos me invitan a no rendirme, a creer en mí y eso realmente es un baño de energía.