Óscar Ramírez fue presentado este domingo como nuevo entrenador de Alajuelense y con una sonrisa de oreja a oreja, el experimentado técnico reconoció que lo que más desea es seguirle aportando al equipo de sus amores y ayudarlo a conseguir un nuevo título nacional, la gran deuda del equipo rojinegro.
La conferencia arrancó a las 3:30 p. m. en el estadio Alejandro Morera Soto y el Machillo no era el único ilusionado, un grupo de aficionados se arrimó afuera sabiendo que era la presentación del entrenador que debutará el lunes ante Saprissa, a las 8 p. m., en una nueva edición del clásico nacional.
El tiempo no ha pasado en vano para Ramírez y a sus 60 años, el Macho dio un discurso tranquilo, con ganas de seguir disfrutando de lo que más le gusta, que es enseñar y dirigir.
Con casta de campeón.
Este será el paso de Óscar con los leones. Consiguió los títulos del Invierno 2010 y los de Verano e Invierno del 2011, luego en su segunda etapa alzó los de Invierno 2012 y 2013.
- ¿Cómo se encuentra después de tanto tiempo fuera de las canchas?
Creo que la llegada al CAR (Centro de Alto Rendimiento) en la función que llegué, de estar cerca de los chiquillos tiene su influencia. El hecho de verlos a ellos ahí, de querer llegar a primera, de estar compartiendo con ellos y ver sus ilusiones, me hizo regresar un poco a situaciones pasadas.
Luego se dio esta oportunidad y también tengo que hablar de don Joseph Joseph, para mí es una persona a la que el Liguismo le debe mucho, lástima que no se le hayan dado los logros, pero realmente no sé que hubiese pasado en la institución si él no participa.
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Y entonces esas dos situaciones me dan por lo menos para pensarlo, se lo dije en algún momento a don Jospeh, “déjeme pensarlo” y se dio, yo no lo vengo buscando, porque la verdad estaba muy contento, muy a gusto con los muchachos. Ya cuando se da la situación con Guima, él me lo plantea y le pedí un tiempo.
Y viendo los pros y contras, creo que puedo llegar a unir la liga menor con la primera y que se dé esa fusión de alguna manera, tal vez el hecho de estar y conocer a los muchachos, pues me da ya cierto bagaje.
- ¿Qué podemos ver diferente para el clásico ante Saprissa?
Es una una pregunta muy interesante, porque si lo vemos por trabajo, realmente estamos en un conocimiento y creo que aquí entra el tema del compromiso del muchacho, de ver cómo puedo llegar a ese sentimiento y que se vea en la cancha, de poder llegar a algo más, que muchas veces los que hemos estado en clásicos sabemos que son partidos muy diferentes.
La parte emotiva tiene su fuerte y en la táctica creo que tiene sus bases de acuerdo al trabajo que estaba haciendo el profesor Guima y que son importantes, aquí repasar, no se puede hacer mucho en poco tiempo.
Yo tengo mi idea y quiero irla formando y ver el caminar. Aquí lo urgente es buscar esa clasificación, primero que nada y luego ir partido a partido, pero sí, el factor motivacional tiene que haber mucho. Y aquí viene un mensaje para la afición que me interesa comunicarlo.
Hay lapsos de un partido, por ejemplo, 30 minutos, en los que venís con la parte fresca del plan táctico, la parte física muy bien y puede que el otro equipo se defendió muy bien, no lograste un gol, pero eso no implica que el equipo se cae.
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Simplemente que es una transición de la parte física, que entra en una situación que es natural, ningún equipo en el mundo puede jugar a los 90 minutos a un mismo nivel. La afición tiene que entender esos momentos.
Hay momentos en que el equipo rival se te quiere asentar y el jugador tiene que reaccionar ante eso y es ahí tal vez lo que llamamos el ADN, el no dejarse, que quiero seguir aunque me duela, aunque estoy cansado, pero no bajo la cabeza y sigo. Y yo creo que esa es la parte que tenemos que afinar un poquito, tanto la la afición como el mismo equipo, de saber de esa situación para poder hacer esa parte más fuerte y que realmente nos dé ese impulso en momentos críticos, pero que se entienda que es normal, que se da eso.
- ¿Qué pasó con Óscar Ramírez en estos 7 años que estuvo alejado del fútbol?
Yo puedo decir que no veo (fútbol), pero es un vicio. Y estar sentado frente al televisor, lo que hago es ver el partido en la forma táctica, es como volver a trabajar otra vez y, entonces, muchas veces evité ver partidos, porque veía que ya me estaba pasando que esto y lo otro (reviviendo otros tiempos), pero no he dejado de ver fútbol, me encanta.
Es difícil (no conseguir el título); yo nunca he visto una final en un bar y fui a verla y el único Cartago que había ahí me tocó a la par, yo no sirvo para esto. Es difícil y molesta, porque no se puede conseguir un objetivo.
- ¿Cómo toma su regreso y cómo analiza el momento actual de Alajuelense, cómo lo ha visto desde afuera?
Lo tomo con mucha responsabilidad y sé a lo que vengo. En algún momento, un exjugador me preguntó si hay un momento en que la institución necesita la ayuda de la gente, de los que hemos pasado por acá, y me hizo pensar.
Es una regresión fuerte, es estar al servicio de una situación, porque en ese momento yo estaba tranquilo, en una vida más normal, por decirlo de alguna manera, pero el hecho de llegar al CAR y ver a los chiquillos me fue suavizando un poco y ya comencé a analizar más cosas y ver.
Cuando se me hace la propuesta, muchas veces dije que no, porque no es fácil tomarla, pero la asumo con toda la responsabilidad, sabiendo lo que la gente espera, con el sentimiento de que si puedo ayudar, lo voy a intentar.
No me voy a quedar con los brazos cruzados viendo cosas que pasan y que tal vez yo pueda ayudar a que se revierta, es un razonamiento muy liguista, pero a los 60 años creo que todavía tengo la energía y el convencimiento.
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- ¿Cómo analiza el juego de mañana (lunes) ante Saprissa?
Hay varios (jugadores) ya que tienen su buena cantidad de clásicos y sabemos que puede ser que un equipo venga en una condición, el otro en otra condición y el partido es otro de lo que se esperaba. En cuanto a Paulo (Wanchope, técnido del Saprissa), hace un año y medio tuve la dicha de estar con él en el CAR y conversamos, estaba con el tema de las selecciones menores y en ese momento me hablaba, me pedía consejos sobre los muchachos y he visto partidos de él.
A veces la ventaja que puede tener es que él no me ha visto, tiene ya siete partidos, estamos hablando de dos meses más o menos y eso tiene su peso y nosotros tenemos el tercer día hoy (domingo).
- ¿Cómo es su relación con Alexandre Guimaraes y cómo se toma el hecho de que usted llega a sustituirlo? ¿Han conversado recientemente?
Con Guimaraes desde el 90 fuimos compañeros, pasamos lo del Mundial (Italia 90), muchas cosas y como él mismo me decía: “somos personas de fútbol” y me puso como encomienda que le cuide al hijo (Celso Borges), que yo creo que es un valor muy alto que tenemos, gracias a Dios, que está aquí, en esta institución.
En algún momento hablamos y le manifesté la intención de estar en el CAR y en el momento en el que me plantean esto no había cambiado. Entonces, lo primero que dije fue que hablaran con él bien, que no quería que él pensara que en algún momento yo vine con la intención de asumir esto (el puesto de técnico), de bajarlo y para nada.