El miércoles anterior, el corazón de doña Aida Dosman estuvo partido en dos, pues vio a sus hijos Randy y Gerald Taylor enfrentarse en el duelo entre Pérez Zeledón y Saprissa.
La orgullosa mamá, vecina de Manzanillo, en el Caribe Sur, contó que los nervios la invadían, pero también estaba emocionada porque era el debut de Pulu - como le dicen a Randy en la familia - en la primera división.
Este muchacho de 23 años juega como volante y estuvo la campaña pasada vistiendo los colores de Santa Ana, en la Liga de Ascenso y es uno de los refuerzos generaleños para la presente campaña.
Gerald es defensa, debutó en el campeonato pasado con la morada y poco a poco se va ganando un espacio en el once titular de Jeaustin Campos.
“Quería ir a Pérez Zeledón, pero me queda muy lejos y tampoco podía ir porque estoy estudiando, sacando noveno año en el Cindea de la localidad”.
“Hace días Randy me llamó para decirme que jugaría contra Gerald y estaba muy feliz, porque poco a poco se van cumpliendo los sueños de mis hijos”, afirmó.
Doña Aida vio el partido en su casa y estuvo muy atenta a cada jugada de los hermanos.
“Ellos se adoran, Randy es la inspiración de Gerald; han crecido con la ilusión de ser jugadores profesionales, pero en la cancha son rivales, ahí se olvidan de que son hermanos y cada uno juega para su equipo”.
“Randy me llamó antes del partido y le dije ‘que gane el mejor’, en este caso fui neutral”, contó entre risas.
Sacando pecho
La orgullosa mamá estaba más que orgullosa por la oportunidad que le dieron a Randy, el mayor de sus 3 hijos.
Por la familia Taylor corre sangre futbolera y este muchacho, de 23 años la ha pulseado para tener una oportunidad en la máxima categoría. E inclusive, cuando jugaba en Santa Ana también trabajaba en el restaurante Restaurant Maxis By Ricky, haciendo distintas labores en el negocio de comida caribeña.
“Mis hijos se criaron en condiciones muy duras, pero poco a poco han intentado salir adelante. Randy parece el papá de sus hermanos, hasta el mío, es un muchacho muy ubicado, recto y hace un año me dio la bendición de ser abuela de Leah, de un año”, contó la mamá.
Además, recordó cómo se inició Gerald en el mundo del balompié.
“Él estuvo en Alajuelense, pero por cosas de la vida salió del equipo y llegó a Saprissa cuando tenía más o menos 17 años”.
“Eso le ayudó porque estuvo en el Uruguay de Coronado y gracias a eso le dieron una oportunidad en Saprissa”, comentó.
Para doña Aida, sus pollitos tienen lo suyo en la cancha y como buena mamá, conoce al dedillo las cualidades de sus retoños.
“Randy es muy ágil, es muy rápido y tiene más experiencia, pero Gerald es muy bueno, hábil con la pelota y ninguno de lo dos va a flaquear cuando están defendiendo a sus equipos”.
“Soy incondicional a ambos, me hubiera gustado un empate, estaba muy nerviosa, pero también me alegro porque Randy obtuvo su primera victoria”, señaló.
La mamita tiene un deseo y es que espera que sus hijos mayores, junto a Samir, un muchachón de la sub-20 del Saprissa, puedan jugar juntos.
“Samir fue campeón con el equipo sub-20, ahora que jugó contra Santos. Apenas tiene 18 años, pero también tiene talento y mi corazón anhela que puedan jugar los 3 en un mismo equipo”.
“Es un sueño, pero tampoco puedo ser egoísta, Dios nos ha bendecido, ya hay dos que están en Saprissa y Randy que ya cumplió su sueño de jugar en primera, pero las mamás siempre queremos lo mejor para nuestros hijos”, mencionó.