En febrero del 2023 el empresario Joseph Joseph tomó la presidencia de Alajuelense en el momento que afirma se sentía estaba listo y preparado para manejar los destinos de un club en el que tiene siete años en la junta directiva.
Antes de ser presidente, Joseph entró al club en el 2016 por la invitación del directivo Tomás Guardia en el último año de mandato de Raúl Pinto y desde entonces empezó a marcar a la institución desde adentro y poco a poco.
Tras seis meses de manera oficial en su nuevo puesto, nos fuimos a sentar con este empresario de origen libanés para conocer su balance en el cargo y además conocer un poco de su vida, pues es un personaje del que se conoce poco afuera de los negocios.
Muchos se quedan solo con las bromas o los comentarios de que es “el dueño de la Liga” “o el que pone la plata”, afirmaciones que rechaza.
Este es el Joseph del que poco se habla, una figura que es mas allá de un “nombre repetido”.
-Usted es una persona que las entrevistas y las cámaras no le gustaba mucho, que apelaba mucho al perfil bajo, pero en este puesto le tocó adaptarse, ¿cómo ha cambiado su vida en ese aspecto?
Sí, por supuesto, me ha tocado, la vida de uno cambia muchísimo, es un puesto que toma mucho tiempo y mucho trabajo, pero ahí nos hemos ido adaptando y ahora estoy muy contento, ayudándole al club que tanto quiero para que todos los días sea un mejor club en todos los cambios.
-¿Cuál ha sido el principal cambio que ha notado en su vida al meterse a la Liga? ¿Ya lo reconocen más?
Es el tiempo, definitivamente, se requiere para diferentes aspectos, reuniones, llamadas, decisiones, cosas así y bueno también es cierto que cuando uno sale a la calle, algunas personas piden una foto, pero no me quejo, estoy para colaborarle al club en lo que sea que se requiera.
-¿Ya se acostumbró a ser una figura pública y al trato con la afición? En los estadios he podido ver que en lo particular el aficionado con usted es muy cordial y educado...
Sí, he sentido ese cambio, sí sucede que la gente se acerca bastante, la verdad superagradecido con el apoyo que he sentido, yo estoy comprometido en tratar de devolverles eso con trabajo y buenas obras para el club. Tal vez ellos sienten que el club ha cambiado para bien en los últimos tiempos en todo y probablemente están agradecidos por eso.
Por supuesto que no podemos nada más enfocarnos en eso, estamos claro que tenemos una deuda con ellos en el campo deportivo, específicamente, del primer equipo (masculino), pero para eso estamos trabajando, para poder darles lo que ellos tanto quieren.
-Esa deuda de la que habla, ¿es tal vez el principal compromiso o tarea que siente en este momento con la institución y en general con el liguismo?
Bueno, compromiso siempre lo hemos tenido, pero sí sabemos y estamos enfocados en darles la satisfacción que ellos quieren disfrutar, esos campeonatos.
Una persona como usted tiene la vida resuelta, era un empresario exitoso que estaba tranquilo, ¿por qué termina involucrándose en el fútbol y “complicándose la vida”?
Soy un apasionado de los temas de la Liga desde que soy niño, me gusta muchísimo y bueno, yo feliz de colaborar. Es cierto que uno se gana algunas broncas ahí de gratis, pero no importa, las recibo con mucha gratitud, la verdad.
-¿Como qué broncas?
Tal vez broncas no es la palabra, pero diferencias de opinión o puede haber alguien que no estaba de acuerdo en alguna decisión o cosas así, pero es parte del día a día de lo que requiere este puesto.
-¿Quién es la persona que le habla de venir a la Liga?, ¿cómo se da el acercamiento?
Sí, el primero que me habló fue un compañero de la directiva actual que se llama Tomás Guardia, él fue quien me invitó, creo que fue el último año de la gestión de don Raúl Pinto y allí me involucré.
-¿Qué fue lo que le propuso don Tomás?
En esos días creo que estaba saliendo alguien de la directiva, quedaba un puesto vacante y con Tomás tengo una amistad desde que somos adolescentes y yo sé del compromiso de él con la Liga y el mío, consideró sugerirle a don Raúl que podía ayudarle y en esos días acepté gustosamente. Acepté de una vez, pero en esos días no quería figurar ni aparecer mucho, solo trabajar y ayudar al club.
Con el pasar de los años pasé con Fernando (Ocampo) a ser vicepresidente y ahora soy presidente y ya eso de no figurar no es opción.
-¿Por qué no aspiró a la presidencia antes?, ¿era parte de una evolución como dirigente?
Sí, creo que ya tengo algunos años, uno va aprendiendo con el día a día de temas deportivos y no deportivos, sí considero que tal vez el momento en que asumí la presidencia es cuando ya me sentía digamos conocedor de los diferentes temas, antes tal vez hubiera sido muy prematuro, ahora es cuando me sentía con los suficientes conocimientos para el puesto.
La persona
-Mucha gente tiene la duda por su nombre, usted es costarricense por nacimiento, pero sus papás son extranjeros, ¿es así?
Sí, correcto, yo nací acá en Costa Rica en 1971 y mis papás son extranjeros, mi papá ya falleció y mi mamá todavía vive, ella nació en Estados Unidos.
-¿De dónde era su papá?
Mis cuatro abuelos son de Líbano, después ellos emigraron en la primera guerra mundial hacia América y en Estados Unidos se conocieron mis papás, se vinieron a vivir a Costa Rica y por eso acá nací yo.
-¿El enfoque empresarial y dirigir negocios siempre fue lo suyo?
Mi papá era alguien que siempre nos hablaba de negocios, a la hora del desayuno, del almuerzo y de la cena, como que no había otro camino, siempre nos impulsó a eso, pero igual a mí siempre me gustó desde niño, apenas me gradué del colegio combiné los estudios universitarios con mi negocio propio y al igual que en el fútbol, a los negocios hay que ponerle muchas ganas, desde joven he estado trabajando en eso.
-¿Qué reto ha sido más duro, el de los negocio o el del fútbol?
Son diferentes, los dos tienen sus dificultades, pero son dos mundos muy diferentes. Tal vez en el caso del fútbol y en el caso de la Liga, el hecho que sea tan mediático cambia las cosas, uno no puede equivocarse porque todo es muy mediático y hay que estudiar bien las decisiones con datos, información y dar el paso, sabiendo que es fútbol y las cosas a veces no salen como uno las tenía pensadas, pero bueno, cada una de esas cosas o situaciones, sirven para ir aprendiendo.
-¿Podemos decir que la Liga le ha sacado más canas que Pequeño Mundo?
(Risas), esteeee, no, no, la verdad es que no, no puedo confirmarle eso, la verdad es que son solo dos mundos muy diferentes.
-¿Cómo fue su infancia y adolescencia?
Hice toda mi educación, desde kínder hasta el colegio, en el Calasanz en San Pedro y lo disfruté muchísimo, tengo muy buenos recuerdos de esos días en el campo académico y no académico, me trataba de involucrar siempre en las cosas, fui presidente del colegio, asumí la responsabilidad que llevaba, organizar eventos, festivales deportivos, ser un enlace entre el colegio y el estudiantado. La disfruté muchísimo. Luego he estado dedicado a mi trabajo y mi familia.
-Alguna gente le llama la atención como es que su nombre y apellido son iguales, ¿usted lo cambió, es así? ¿cómo es la historia?
Mi apellido es otro, mi abuelo cuando se vino a vivir de Líbano a esta parte del mundo, primero estuvo en el Caribe y ahí se cambió de apellido y quedó llamándose Joseph Joseph y cuando yo nací, mis papás quisieron ponerme igual que mi abuelo, se escriben igual, así es mi nombre, como sale en mi cédula y sale en los contratos.
-Nos cuentan que usted jugó fútbol , ¿cómo es eso?
Correcto, cuando mejengueaba me gustaba ser portero, pero nunca jugué así a alto nivel, solo era mejenguero, pero sí me gustaba mucho, era muy fiebre, entonces me invitaban mucho a las diferentes mejengas que aparecían. Algo vacilón es que cuesta que haya porteros mejengueros, entonces me invitaban a diferentes equipos.
Sinceramente, ¿se la jugaba?, ¿era bueno o lo invitaban más por fiebre?
Había partidos buenos y había partidos no tan buenos (risas) esa es la vida del portero.