Orlando Galo, defensor y volante del Club Sport Herediano, se estaba ahogando hace rato, tenía algo atorado en la garganta que no pudo sacar por un año, hasta que finalmente le llegó su oportunidad.
Hace 12 meses, al jugador de 23 años se le vino el mundo encima cuando una sanción por dopaje lo privó de jugar el Mundial de Catar 2022 y empezó lo que sin duda fueron los meses más duros de su vida.
Por su mente le pasaron cualquier cantidad de cosas, desde reproches de por qué estaba viviendo eso si no había consumido sustancia alguna adrede en ningún momento, como lo terminó demostrando, hasta la idea de retirarse del fútbol en medio de una tristeza agobiante.
Había noches que no podía dormir, días que no quería comer y mañanas en las que no se quería ni levantar de la cama, aquellos primeros meses lo pusieron a prueba como nunca.
Pensar en sus compañeros del Herediano entrenando cada mañana y que a él no lo dejaban ni acercarse a un entrenamiento o que en el armario tenía el traje que la Fedefútbol le dio para viajar al mundial eran cosas que le rompían el corazón.
Había tanto que quería decir Orlando y este martes, en la Clínica Vivit en Tibás, mientras se hacía chequeos y pruebas médicas para lo que será su regreso al fútbol, al fin pudo soltar todo eso.
“El día más difícil fue el 19 de octubre del 2022 cuando recibí la noticia de la suspensión, fueron noches y días larguísimos, de no poder dormir, no querer comer, cómo hacer para explicarle a mí familia la situación que estaba pasando porque era muy complicado, era perderme un mundial, un año de carrera, eran muchas cosas.
“Fueron momentos muy complicados en los que en realidad sí pensé en retirarme, yo me preguntaba por qué me pasaba esto a mí, si mi niñez había sido muy dura. Mis padres dejaron de comer por sacrificarse para que yo viniera a entrenar, darme los diez mil colones que a veces había para almorzar para que yo cogiera el bus (desde Jacó) y cosas así. Fueron momentos de mucha angustia”, detalló.
Orlando recordó que el día que dieron la lista de seleccionados para Catar 2022 y Luis Fernando Suárez explicó que él no estaba solo por el tema de la sanción, destrozó a golpes una puerta en su casa de la frustración que sentía y posteriormente llamó a Jafet Soto.
“En ese momento llamé a Jafet y le dije que ya no quería jugar más, que me iba a retirar. Al final la persona que me ayudó para tomarle de nuevo el amor al fútbol fue Jafet y mi novia (Jimena Bogantes), junto a Juan Carlos Retana, presidente del club, que además es mi abogado”, recordó.
“Yo llegué, agarré el contrato que tenía con Heredia y lo rompí, los desbaraté y Jafet me dijo que tranquilo, que él tenía más contratos en el club, que de eso no me preocupara y que yo iba a volver mejor, eso me motivó mucho”, explicó.
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Otro enfoque
Ya con el ánimo al tope y contando los días para que sea el 19 de octubre, fecha que tiene marcada en en el calendario en su casa, en la cual acabará su suspensión, ve la vida de otra manera.
“Al final lo profesional que soy y lo profesional que fui siempre es lo que me respalda, ustedes pueden verlo, ahora estoy demasiado bien, me siento demasiado bien, he estado en cuidado con nutricionista, mis entrenadores físicos, creo que eso se ve reflejado ahora, sin importar ya lo que pasó. La suspensión y todo el tema del dopaje ya quedó atrás y ahora solo me enfoco en mi carrera”, comentó.
Galo está entrenando con los florenses desde hace dos semanas, volver a tener ese trato con sus compañeros es algo que extrañaba mucho porque antes solo se podían hablar por redes o WhastApp o en actividades netamente personales, como si salían a comer.
El hombre tiene tan calculado su regreso, que si Jeaustin Campos cuenta con él a partir del jueves 19 de octubre está cruzando los dedos para que ese día se programe el duelo de la fecha 15 ante Guanacasteca en el estadio Chorotega. Si lo hicieran miércoles, tendría que esperar hasta la 16.
“En la parte física estos dos meses que voy a ir entrenando se va a ir ganando poco a poco, igualmente no estoy mal físicamente. Una persona débil o de mente corta hubiera vuelto pasado de peso o más descuidado y en este momento estoy mejor que antes de la suspensión. Todo es un estira y encoge, como dicen ‘Dios le da las más duras batallas a sus mejores guerreros’ y para mí soy un guerrero”.
Orlando tendrá un doble reto para recuperar el año perdido, pero con la confianza y el apoyo intacto de parte de todos en su equipo, la lucha no empieza de cero.