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Obed Gámez y su esposo César revivieron la sensación de amor a primera vista de una forma inusual, gracias a un Volkswagen vocho de color azul. Esta pareja hizo hasta lo imposible para comprarlo y ese esfuerzo valió la pena, porque ahora disfrutan cada viaje que hacen al máximo.
En el Chuzo de la Semana les vamos a contar cómo “El Pollo Pollo” (así bautizaron al carrito en honor a su mascota Renato) los puso a correr desde la primera vez que lo vieron y un año después se ha convertido en el chineado de la familia.
Todo empezó en marzo del 2023, cuando a la pareja, vecina de Alajuela centro, le contaron de la existencia del carriito en la zona de Atenas. Vajaron hasta allá para conocerlo se llevaron una grata sorpresa.
“Desde hace un año lo tenemos, se compró muy de sorpresa. Mi esposo y yo somos amantes de los vochos, él fue el primero en tener uno, un día lo llamaron para contarle de este vocho, lo fuimos a ver y fue amor a primera vista.
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“Su color, que solo tenía una dueña y la originalidad de sus piezas nos hizo enamorarnos de él. Para nosotros fue así como ‘lo compramos de una vez o nos arrepentiremos por el resto de nuestras vidas’. Hicimos muchos esfuerzos para obtenerlo y ha valido la pena”, contó Obed.
Al quedar encantados con el carro y lograr un acuerdo de palabra con la antigua dueña, empezaron las negociaciones para comprarlo. Ahí fue que tocaron varias puertas y en una de ellas encontraron el camino para que fuera una realidad.
“Tuvimos que sentarnos a hacer números; en el momento dijimos que estaba duro comprar el carro, porque no teníamos el dinero, pero fue tanto el amor que le tuvimos, que fuimos a varios bancos y cooperativas a preguntar, hasta que en uno de ellos nos salió la posibilidad de un crédito y con eso lo pagamos”, agregó Obed.
Con la plata en mano, en cuestión de una semana cerraron el trato. Con esa parte lista, siguió la más complicada: Pagar el préstamo, pero a punta de esfuerzo lo lograron en poco tiempo.
“Nos propusimos pagarlo todo en 12 meses, y en marzo de este año cancelamos la última cuota, trabajando horas extras y hasta vendiendo algunas cosas, pero lo conseguimos.
“El mejor momento fue cuando pagamos la última cuota, fue un alivio porque el vocho es nuestro y no se lo debemos a nadie, ahora se queda en la familia y no se venderá nunca”, enfatizó Obed.
Diamante en bruto
Pese al trabajo en equipo, Obed, quien es la dueña del carro ante la ley, nos contó que el vocho lo usan todos los días y sale respondón, pero lo que más le sorprendió fue en el estado que lo encontraron, estaba como recién sacado de la agencia hace 52 años.
“Una de las cosas que más me asombró fue que todo lo tiene original, desde los stickers y hasta el motor; incluso, el mecánico se asustó al verlo, porque el motor nunca se lo habían tocado. Nos dijo que eso era imposible y nos preguntó de dónde lo habíamos sacado. No sabíamos la mina de oro que habíamos encontrado”, explicó.
Esa esencia ha sido la clave para jalar miradas en la calle, hasta personas que se los quiere comprar, pero ella dice que eso nunca pasará.
“A cada rato nos salen enamorados, que preguntan en cuánto lo vendemos y les respondemos que no está en venta. Nos han ofrecido hasta 12 millones de colones y nosotros les decimos que no”, finalizó.
