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Pingo es el hombre con más títulos en Saprissa

Masajista ha sido 14 veces campeón con el Monstruo y en cada celebración luce todas sus medallas

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Pingo luce con orgullo sus medallas de campeón nacional, las cuales siempre se pone cuando Saprissa celebra un nuevo título. Foto: Karla Orozco (Carla Orozco Odio)

Si usted llega a las puertas del estadio Ricardo Saprissa y pregunta por Juan Gabriel Rodríguez, seguramente muchos se quedarán bateados y le harán cara de que no saben de quién habla, pero si pregunta por Pingo, ahí la cosa cambia y cualquiera le dará razón.

El apodo que le puso de niño su abuelo materno, es por el que conocen a Rodríguez en el fútbol.

El protagonista de esta historia llegó al club morado en 1997 de la mano de Alexandre Guimaraes como masajista y con el tiempo se convirtió en alguien que ha visto de muy cerca algunos de los momentos más gloriosos del Monstruo.

Mientras lo entrevistábamos, jugadores del primer equipo, juveniles y otras personas que estaban en el Centro de Entrenamiento del Saprissa en Belén, se nos acercaron a decirnos: "Vea, eso es lo más grande que tiene el Monstruo".

Y es que Pingo puede sacar caja diciendo que tiene un récord que nadie iguala, es la persona que acumula más títulos en la historia de Saprissa con 14 medallas de campeón nacional y una de Concacaf, además de un Mundial de Clubes a sus espaldas.

Cada vez que el Monstruo es campeón, como el pasado domingo 20 de mayo ante el Team, el masajista se pone todas sus medallas para recibir una más. Una forma muy particular de unirse al festejo.

Rodríguez celebró con todas sus medallas el título 34 del Monstruo. Foto: John Durán. (JOHN DURAN)

"Gracias a Dios, desde que llegué a este club, siempre ha sido un equipo combativo. En los 21 años que tengo acá hemos llegado a 17 finales y después está lo del Mundial de Clubes, que es una historia muy grande e inolvidable, algo que espero con toda sinceridad lo podamos repetir, para eso trabajo todos los días", destacó Rodríguez.

Edgar Marín, delantero histórico del Saprissa, es el jugador quien más títulos tiene en el equipo con 12, seguido por Víctor Cordero con 11, quien recientemente sumó dos más como asistente técnico, pero de igual forma se quedan cortos ante Pingo.

Algo por lo que Rodríguez se ganó el cariño, la confianza y el respeto de todos en Saprissa es que, además de tener un enorme amor al club, siempre dice que su éxito se lo debe a sus compañeros, a quienes destaca como los verdaderos protagonistas.

"Yo he tratado de ser lo mejor con todos los jugadores, más que un compañero es ser un amigo, que sepan que pueden contar conmigo para cualquier cosa que necesiten aunque no esté en mi área, yo estoy acá para servirles", indicó.

Su manera de ser lo convirtió en un confidente de muchos jugadores, en medio masaje algunos aprovechan para contarle problemas o hasta para pedirle un consejo.

Rodríguez conoció la nieve en Japón en el Mundial de Clubes, uno de los países que ha conocido gracias a su trabajo en el Monstruo. Foto: Karla Orozco (Carla Orozco Odio)

"Yo estoy en un departamento en el que estoy solo. Cuando estoy trabajando muchas veces estamos solo el jugador y yo. Somos de las personas que más se relacionan con los futbolistas, igual que los utileros. A uno le cuentan un montón de cosas, intimidades de camerinos, me han llegado a decir 'me separé, estoy en trámites de divorcio, dejé a la doña, me quedaba por los chamacos, no me estoy sintiendo bien', uno agradece demasiado que le tengan ese tipo de confianza", explicó Rodríguez.

Pingo, incluso, en algún momento le ha jalado las orejas a algún compañero.

"Me ha tocado decirle a algunos que se porten bien, que piensen las cosas, que están en un buen momento, que aprovechen las oportunidades, que se cuiden. Igual me pasa cuando algún muchacho debuta, toca hablarle y apoyarlo, yo sé que si se jugó domingo, el lunes va a tener a la prensa esperándolo, que esté tranquilo", contó.

La palabra campeón se le queda corta a Pingo, el hombre está lleno de oro. Foto: Karla Orozco (Carla Orozco Odio)

Con los extranjeros, Pingo siempre ha tenido una consideración y química especial, tratando que conozcan y se adapten al país lo más pronto posible.

El jueves pasado, Rodríguez fue quien llevó al hondureño Jerry Bengtson al aeropuerto después de que anunció su salida del club.

Nunca olvida que un sábado por la noche le tocó buscar por todo Pérez Zeledón a una persona que arreglará el marco roto de un cuadro de la Virgen de Cotoca, que el delantero boliviano Carlos Saucedo llevaba a todos los partidos por fe.

"Con Mariano Torres tengo una amistad muy especial, con Andrés Imperiale, con Saucedo, con Machado, con muchos. El caso de la muerte del abuelo de Mariano fue muy duro, lo conocí desde que vino a pasear al país, salimos mucho juntos, a comer, a pasear, vivimos cerca uno del otro. Cuando llegan yo me arrimó para ser su bastón y tengan en quién apoyarse", explicó.

El masajista es una de las caras más conocidas dentro de la "S". Foto: Karla Orozco (Carla Orozco Odio)

"Es una amistad que no acaba cuando ellos se van, yo habló con regularidad con Machado, con Imperiale, con Saucedo, son como un morado más, este equipo tiene esa clase de magia", añadió.

Algo curioso con Pingo es que muchos en el ambiente del fútbol pensaban que era aficionado al Herediano, porque su papá era fan de ese equipo y cuando empezó a trabajar como masajista lo hizo en Belén, el cual tenía un convenio con el Team, pero aprovechó para desmentir ese tema.

"Yo tengo mi casa gracias a Saprissa, pagué el enganche con el premio que me dieron del Mundial de Clubes, acá he pasado muchísimas cosas como para no tener mi corazón en esta institución a la que le he dedicado tanto", expresó.

Pingo no las ha visto siempre maduras en Saprissa, antes de que las cosas se acomodaran supo lo que era tener salarios atrasados y hasta en un momento estuvo a punto de tirar la toalla y dejar el equipo, pero al final aguantó

"Con el único técnico que tuve algún problema fue con Patricio Hernández (argentino), no hubo química con él cuando llegó a Saprissa, tuve un trato muy diferente a lo que siempre he tenido acá. Uno notaba que el trato era diferente, era algo que me tenía cansado, me tenía desconfianza, pero era algo de él, se fue y todo se arregló", indicó.

Rodríguez espera que su colección de medallas se haga aún más grande. Foto: Karla Orozco (Carla Orozco Odio)

Como historia curiosa, Pingo ha cargado por muchos años unos muertos que no son suyos, porque más de un liguista le ha reclamado que se metía a la cancha a interrumpir en tiros de esquina, cuando en realidad no se trataba de él, sino del utilero Adrián Galicia.

"Galicia es más bajo, gordillo, no tiene pelo, siempre usaba gorra y todavía hoy en día me siguen achacando a mí esas cosas, todavía me lo echan en cara años después. El otro día que fui a un programa en televisión (Visión 10) la gente lo comentaba y me reclamaba, entonces para aclarar el tema lo dije, ahí estaba Alonso Solís que estaba en el equipo y podía decir que el de eso era Galicia, no yo, siempre me reclaman eso", recordó a manera de anécdota.

Los años pasan, los jugadores y los técnicos van y vienen, pero figuras como Pingo son los que marcas las instituciones todos los días con los años de historias a cuestas.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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