La selección de Bélgica tiene años de ser llamada la “gran sorpresa”, de la que se espera mucho en cada torneo que va, la que está segunda en el ranking de la FIFA, pero nada de eso sirvió para poder mantenerse con vida en Qatar 2022.
El 0-0 ante Croacia dejó eliminado a los belgas, quienes eran los grandes favoritos para ganar el grupo F y avanzar a octavos de final, lugar que terminó tomando de manera sorpresiva por Marruecos con siete puntos, mientras que el otro boleto se lo dejaron los croatas con cinco unidades.
Luego de la victoria ante Canadá, todo se derrumbó para Bélgica, cayó sorpresivamente ante Marruecos 2-0 y este miércoles no pudo pasar del empate con Croacia.
Bélgica sorprendió en 2018 cuando llegó a semifinales del Mundial y cayó ante Francia, pero nada de lo que mostró aquel equipo se vio en esta ocasión en el cuadro belga, quien amargamente dijo adiós a pesar de sus estrellas que tampoco rindieron a la hora grande.
Romelu Lukaku, por ejemplo, tuvo tres opciones inmejorables en el segundo tiempo, una la pegó en el palo y otras dos se las perdió por poquito, incluida una al minuto 90.
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En el duelo hubo hasta polémica, a los 18 minutos de partido, el árbitro inglés Anthony Taylor sancionó un penal por una falta en el área belga, Luka Modric tomó el balón y ya estaba listo para enfrentar a Thibaut Courtois, su compañero en el Real Madrid, solo hacia falta el pitazo del réferi.
En ese momento a Taylor le hablaron desde el VAR y empezó a dialogar por el intercomunicador y segundos después se fue a revisar la jugada a la pantalla.
A su regreso un par de minutos después, anuló su decisión del penal y cobró una posición prohibida de Andrej Kramarić, quien tenía un brazo adelantado según la explicación que dio la transmisión.
Al final, Bélgica se despide del Mundial de manera amarga, inesperada, sin duda hasta el momento es la gran decepción de Qatar 2022.