A doña Ana Guity, mamá del atleta Sherman Guity, se le quería salir el corazón del pecho, debido al orgullo que la invadió este lunes al ver cómo un país se volcó a recibir a su hijo en las calles con una caravana que recorrió un camino inolvidable para todos.
Por un rato, Costa Rica también tomó al limonense como hijo suyo y le rindió honores por las dos medallas de oro obtenidas en los Juegos Paralímpicos de París 2024, en la que rompió el récord paralímpico.
En un recibimiento que se le hizo en el centro comercial Avenida Escazú, doña Ana estaba sentada en primera fila junto a su mamá, Ana María, abuelita de Sherman y un montón de familiares del campeón, provenientes de Limón.
“Es una emoción muy grande ver todo esto, me hace sentirme muy contenta, orgullosa, ya no tengo palabras para expresar todo lo que siento en este momento por él, ver que todo el pueblo de Costa Rica lo esté apoyando de esta manera”, comentó a La Teja durante el evento.
Doña Ana nos dijo que desde que su muchacho era niño siempre tuvo la fe y la ilusión de que un día llegaría a suceder algo así.
“Le digo a todo Costa Rica que muchas gracias por el apoyo y que cuando se quiere se puede, esto es una muestra de a dónde llevan los sueños y el esfuerzo”, añadió.
Mucha emoción
Es que para Sherman y su familia fue un día sin igual, espectacular, en el que la sonrisa no se les borró en ningún momento y la emoción estuvo al máximo, aún al recordar los momentos duros que atravesaron para llegar a esto.
El hombre fue muy sincero y directo este lunes cuando La Teja le consultó sobre sus sensaciones al ver a un país tirado a la calle para recibirlo.
En un recorrido entre el aeropuerto Juan Santamaría, San Rafael de Alajuela, Santa Ana, Escazú y La Sabana había muchas personas que salieron a saludarle.
Más allá de las medallas que lo acreditan como el mejor del mundo, le consultamos cómo le quedó el corazón al ver a la gente tirada a la calle para corear su nombre.
Sherman recordó su accidente y que cuando dijo que sería el mejor del mundo lo hizo con total convicción de que lo conseguiría.
“Después del accidente, cuando juré ser el mejor, yo sabía que había personas que me veían y decían: ‘Usted no sabe lo que está diciendo, la magnitud de lo que está pasando’
“La gente cuando le habla de sueños muy grandes piensan que no se pueden cumplir, pero desde ese día me prometí esto con seguridad, porque sabía que podía llegar a este nivel y en París les pude demostrar con estas medallas quién soy”, comentó.
Día intenso
El día para Sherman fue muy emocionante, llegó al país pasadas las 4 p.m., salió pasadas las cinco, donde lo recibieron muchas personas, muchos limonenses. Él ofreció unas palabras a los medios y se subió al carro que lo llevó a Escazú, donde vio a un país orgulloso de sus logros.
“Gracias por todo este apoyo, es algo tan bonito y espero que sigan apoyando. Fui a demostrar que hay otro tipo de deportes a los que se les puede dar apoyo y se debe apoyar a Limón, si hubiera más apoyo a Limón habría más superatletas, lo fui a demostrar a París, soy el mejor del mundo”.
“Sé que en Limón me reciben con amor y cariño, es mi casa y estoy muy contento. Quiero rice and beans, no puede faltar, tengo que ir a Limón a comerme mi rice and beans”, expresó en medio de un montón de gente, donde añadió que ese antojo se acabará muy pronto.