Para el ciclista costarricense Gabriel Rojas el 2021 fue un año muy complicado, sin embargo, no se arrugó y siguió trabajando para llegar con todo a los Juegos Panamericanos Junior y traerse una medalla.
El 3 de diciembre, Rojas se adueñó de la presea de oro en la prueba de ciclismo de ruta, luego de recorrer 136 kilómetros. Fue el primer tico en conseguir la medalla dorada en las justas que se disputaron en Cali, Colombia.
El medallista logró un tiempo de 3:07:49, con el que se demostró que, pese a la adversidad, puede conseguir grandes cosas.
El orgullo de Tuetal Norte, Alajuela, de 21 años, conversó con La Teja de ese importante logro y de los retos que tiene a futuro: los Juegos Panamericanos Chile 2023 y las Olimpiadas París 2024.
- El Niño le llegó por adelantado...
No podía pedir algo mejor, el regalo vino antes e imagínese la contentera de mi familia, de mis amigos, de John, mi compañero de selección, y la mía.
- ¿Cómo califica el 2021?
Fue un año difícil, no había tantas carreras en el país, pero el equipo en el que estoy nos ayudó todo el año para poder ir a las mejores carreras, prepararnos con las carreras que a ellos les interesaba y quería competir de la mejor manera.
Esta competencia me podría abrir muchas puertas y yo siempre he querido representar al país en una competencia, no se me daba y este año pude prepararme lo mejor posible para conseguir la medalla.
- ¿Qué fue más difícil en este año?
Para mí como deportista fue bastante difícil, porque he estado mejor en otros años, a mitad de año me caí y me golpeé la espalda y duré mucho recuperándome, más de lo que pensé.
Fui a varias carreras pero no me fue muy bien, para lo que yo aspiraba, venía bastante agüevado por eso, pero nunca bajé la cabeza y eso fue lo que me salvó.
A veces pasa que uno se va de pique, pero esta vez logré seguir ahí, seguí entrenando, cuidándome, pero mi caída me bajó bastante el rendimiento.
- ¿Cuándo ocurrió el accidente?
Eso fue en agosto y desde ahí todo se vino abajo.
Estaba entrenando con todo el equipo, me falló la vista y me caí de espalda. Al día siguiente competí en una carrera de 250 kilómetros porque pensé que había sido una caída normal, pero me dolía mucho la espalda.
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No sentía bien las piernas, tuve que llevar terapia.
Uno se cae y se imagina que en una semana estará bien y duré recuperándome casi a la llegada de los Panamericanos.
- Con este año tan complicado, ¿la medalla sabe más?
Esta medalla me supo mejor que nada. Fue demasiado rudo el año, fuimos sin director técnico a la carrera, la caída... no lograba acomodarme.
Yo fui tranquilo, íbamos a la mano de Dios, conforme avanzaba la carrera no lo podía creer y cuando se dio la fuga, cuando me iba acercando a la meta, que iba solo, no lo podía creer, era de los mejores de América. Se disfruta a otro nivel.
- ¿Qué le pasaba por la mente cuando iba acercándose a la meta?
Cuando comenzó la carrera lo que pensaba era que era mi primera vez en una competencia en subida, que me podía ir bien.
Cuando llegamos a los últimos trece kilómetros, todo era de montaña y llegar ahí solos era increíble, con otros grandes competidores atrás.
Siendo una carrera tan dura y que estuviera atacando me hacía sentir bien y otros muchachos se quedaron detrás detrás de mí y me metalizaba en que no podía aflojar.
Yo veía atrás, iba solo y en cada paso confirmaba que no podía descuidarme y a los últimos cien metros ya me relajé.
No lo podía creer, cuando gané.
- ¿Cómo comenzó en el ciclismo?
Empecé a los trece años, el ciclismo es mi vida.
Soy el único en mi familia que se dedica al ciclismo y es lo que más me gusta, quiero ser un profesional, me ha dado alegrías, tristezas y esto hace más emotiva cada carrera en la que participo.
Amo hacer esto y tengo en mente participar en las Olimpiadas de París 2024.
Ya tengo el cupo a los Juegos Panamericanos del 2023 y ahora me enfoco en estas carreras para que me vaya bien.
- ¿Cómo combina el ciclismo con sus otras actividades?
Ahorita me dedico cien por ciento al ciclismo, pero a veces hago otras cosas y uno tiene que acomodarse completamente porque el ciclismo no es visto por muchos como un trabajo, pero es un deporte que quien lo practica, lo hace porque le gusta y hay que estar en esto 24-7.
Uno tiene que cuidar como duerme, lo que come, entrenar muchas horas, de 800 a mil kilómetros por semana y entonces uno tiene que cuidarse todo el año.
Duermo las ocho horas, voy a entrenar, hago mis siestas, no puedo dejar vencerme por las tentaciones.
En estos días si acaso me como un tamal, porque si subo dos kilos, por ejemplo, me tardo dos meses en bajarlos en la bici.