Alajuelense y Puntarenas aburrieron a los aficionados con un 0-0 feo, de pocas opciones y fútbol por el que muy pocos se animaron a pagar, el estadio Ernesto Rohrmoser estaba casi vacio y se entiende perfectamente el porqué.
Cada partido que pasa el cuadro erizo deja dudas sobre su funcionamiento y qué versión veremos, casi como si fuera una ruleta rusa, un día se dispara y juega bien y otro no hay cómo.
Están aquellas mejengas en las que no se ve un juego que entusiasme, algo bonito a la vista, pero que de alguna manera saca el resultado por poquito que muestre.
Luego hay otros como ante Herediano, en el que el equipo llevó el peso del juego, tuvo opciones por diversos lados y realmente lo único que les faltó fue el gol y finalmente están en los que no se mostró ni una cosa ni otra, esos son los que más deberían de preocupar a los manudos.
La mejenga con el Puerto entra en esa categoría, en la que poco se le puede halagar a un cuadro manudo que sigue mostrando una versión muy ralita, a la que le cuesta bastante.
Otro detalle que entra en los motivos preocupantes es que pareciera que no se trata de un tema de nombres, pues al menos en la ofensiva puede entrar Jonathan Moya, Alberto Toril, Joel Campbell u otras fichas arriba y no cambia mucho.
En la lateral izquierda también hubo cambios, Ronald Matarrita jugó por primera vez en el torneo, en un puesto en el que ha jugado John Paul Ruiz y Elián Quesada, zona clave para el estilo de “Machillo” Ramírez de meter centros por las bandas, pero tampoco son efectivos.
Fueron unos minutitos en los que como en otros partidos, el inicio parece ser un poco promisorio, la Liga se asoma al marco rival, tuvo un par de jugadas de peligro, como la que tuvo Kenyel Michel por la derecha del área, la ubicación era muy buena, pero el remate no.
Santiago van der Putten tuvo una buena de cabeza que se fue cerca, eso fue todo y el León vio como poco a poco los chuchequeros se fueron acomodando mejor y tomando el control de las acciones.
Los números al final del primer tiempo no dejan mentir, un 60% de posesión para los locales quienes se fueron con cuatro remates desviados por uno solo manudo.
Otro síntoma es la cantidad de apariciones que tiene que hacer Washington Ortega por partido, que si bien es un portero de garantías, de mucha seguridad, está teniendo más apariciones de lo que se esperaría, más en partidos como estos.
Hay que ser muy sinceros, este Puerto no es del torneo pasado, el que llegó a semifinales y se ganó elogios cuando muchos lo pintaban para el descenso.
Ahora tal vez mantiene una cuota de motivación, la salida de algunas figuras, que los rivales ya conocen bien a lo que juega César Alpizar, quien dejó de ser una novedad, pero la magia no es la misma y se ve lejos del protagonismo, más jugando afuera del Lito Pérez.
Con un poquito más de tino y cabeza hasta tal vez pudo acabar el primer tiempo ganando, hay decisiones malas que terminan pesando, como la de Raheem Cole al filo del cierre del primer tiempo cuando quedó frente al marco y se preocupó más por caerse y buscar el penal en lugar de rematar, en una jugada que Alexis Gamboa no lo derriba.
Tibio intento
Para el complemento, la Liga buscó un poco más, pero las variantes son una muestra de que en este momento los problemas erizos no están en los nombres, van más allá, quizás tampoco tienen ese jugador que pueda resolverlos.
Hubo más opciones en ofensiva en el segundo tiempo, eso es cierto, Doryan Rodríguez hizo más en los 32 minutos que jugó tirando diagonales, fabricándose espacios y remates que un estático Alberto Toril al que en en Alajuela deberán aguantarle un año más de contrato o tomar decisiones con un extranjero que simplemente no da la talla.
Doryan, al menos, aportó otras cosas igual que Anthony Hernández en lugar de Aarón Suárez, otra ficha al que las oportunidades le van y vienen sin mayores resultados.
Luego cuando el León empezó a apretar a marco, Adonis Pineda fue figura, quien sabe si es que ante la Liga los porteros rivales se crecen como ha dicho más de uno, pero pero el exmanudo fue el responsable que el León no ganara.
Primero le sacó un remate de zurda a Doryan que llevaba sello de gol, casi a quemarropa con muchos reflejos sacó la mano derecha para desviar la pecosa de manera providencial a los 72 minutos.
Luego, ya casi al final, a los 85, le sacó un cabezazo a van der Putten, por el que voló para tirar la pecosa sobre el horizontal.
La Liga no encuentra caminos para conquistar a su afición ni afuera ni adentro de la cancha, el problema es serio, parece que los argumentos son cortos y las excusas igual.