Torneo Nacional

Cuento Chino: “El que es tonto, ni Dios lo quiere”

El fútbol y la religión van de la mano y una vez más lo mostró el Saprissa y Herediano

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Jorge Díaz estudió periodismo y ha trabajado con equipos como Pachuca, Uruguay de Coronado y Herediano. Cortesía.

A mi pobre entender el significado de este conocido refrán, es que la persona que no es despabilada, astuta, que no está atenta a sacar ventaja a la mínima posibilidad, y llega otra persona más viva, y se le va arriba, provoca tanta indignación, por su lentitud al actuar, poca agilidad y rapidez mental, ocasionado la chicha del “eterno” como le dice el entrenador del Saprissa, Vladimir Quesada, a Dios.

Repasando por encima temas religiosos, el libro de la Biblia, se refiere a una persona tonta a todo aquel que es necio, un hombre débil, alguien que desprecia, y avergüenza a Dios con obras detestables, sin hacer nada bueno. En Proverbios 14:15-24 PDT, dice ”La recompensa del sabio es su inteligencia, y la del bruto, tonterías”.

Por eso el fútbol, siempre está ligado a la fe, por ahí alguien dijo: “somos ateos, hasta que comienzan los penales”, y ahora que está el cierre del torneo de Clausura 2024, al Club Sport Herediano le quitaron la chupeta de la boca como si nada, el Deportivo Saprissa le arrebató el liderato momentáneamente, de la forma más sencilla, sin tanto esfuerzo.

Los rojiamarillos han sido muy majes, llegaron a tener en alguna parte del torneo hasta 12 puntos de ventaja, en primer lugar, con relación al segundo puesto, al pasar los juegos fueron perdiendo terreno, al punto de caer 1 a 0 ante Peréz Zeledón el fin de semana pasado, rival que hace menos de 15 días se estaba salvando del descenso.

Ahora el liderato se definirá en estas dos últimas fechas, el Dios del fútbol normalmente premia al que logra ese primer lugar, y a veces lo hace campeón del fútbol nacional.

El club que entra con esa bravura y personalidad diciendo: “¡Quiten, que acá estoy! La copa se mira y no te toca”.

El fútbol, es tan parecido a la vida, que, al que es tonto, ni Dios lo quiere.

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