La historia en el fútbol tiene detalles muy curiosos y cíclicos, desde hace 33 años en Alajuelense buscan repetir el único triunfo que tienen en una final en Tibás cuando se llevaron el título de 1991.
Aquel partido tiene ciertos elementos similares al hoy, si los erizos quieren ser campeones deberán llevarse la corona de la Cueva y en esta ocasión uno de los protagonistas de aquella serie se cambió de acera como lo es Alexandre Borges Guimaraes.
La situación con Guima es muy curiosa, pues según el libro “Historias lucha, pasión y goles” de los periodistas José Antonio Pastor y Javier Rojas, los manudos le dieron una amarga despedida, pues tras esa final, el volante se marchó del Monstruo y acabó su etapa como futbolista en Turrialba en 1992.
Para esta ocasión Borges y todos los manudos desean que se repita la historia, que la Liga se jale otra torta, solo que en esta ocasión saldría muy feliz del campo con la copa en manos.
Uno de los protagonistas de aquella serie es Álvaro Solano, quien para muchos es uno de los mejores jugadores de la historia eriza, pues como profesional cumplió 451 partidos y marcó 81 goles.
Don Álvaro nos contó que antes de pensar en antecedentes y finales, la clave de la Liga y que a ellos los llenó de confianza para su triunfo posterior fue golpear primero en Alajuela.
“Todo dependerá de este primer partido en el Alejandro Morera que es donde la Liga tiene que dar un golpe de autoridad, tiene que ser muy convincente y tener algunos argumentos que presentó, en esa misma cancha, con mucha intensidad, agresividad en la marca, especialmente en los costados del partido, cortarle los circuitos a Mariano Torres, estar muy atentos y concentrados”.
“También evidentemente tiene que atacar, la fórmula para atacar ya Guima verá cómo. Contra Herediano hizo un movimiento importante en ofensiva y logró desequilibrar bastante, por lo que esperemos encuentre esa fórmula, todo dependerá de ese primer partido”, explicó a La Teja.
Cada vez que hay una final que se cierra en la Cueva, muchos recuerdan aquella de 1991, de las que Solano comentó algunas claves.
“Es una final que se ganó también triunfando como local, lo hicimos en los dos partidos (2-1 y 1-0), creo que eso es el paso importante, es lo que determina lo que un equipo puede hacer, si la Liga gana ese primer partido y lo hace bien, ojalá con buena ventaja, es todavía más fácil para ir al Saprissa y preparar un buen partido tácticamente, pero si llega presionado es más difícil”.
“Nosotros aquella ocasión incluso nos pudimos reponer a cosas, el primer partido lo empezamos perdiendo 1-0 y le logramos dar vuelta y cuando llegamos a Tibás, sabíamos muy bien qué teníamos que hacer, tuvimos paciencia, los cansamos, les dimos un poquito la pelota, pero cuidando los detalles y en un contraataque metimos el gol que fue definitivo”, recordó.
Técnico también juega
Solano aquella vez tenía a Guima de rival en un equipo que era dirigido por el brasileño Odir Jacques mientras que en el banquillo erizo estaba Iván Mraz, quien llegó al tramo final sustituyendo al fallecido Juan José Gámez.
“El técnico pesa sí, nosotros ese campeonato lo veníamos trabajando con Juan José Gámez y ya había una buena base de lo que habíamos hecho con él y claramente don Iván como gerente estaba siempre al tanto de lo que hacía en la primera división”.
“Don Iván consultaba bastante, tanto así que no voy a entrar con mucho detalle, pero para el segundo partido no quería incluir a Carlos Mario Hidalgo como titular y un grupo al cual él le consultaba, le sugerimos que Carlos Mario andaba en muy buen nivel y podía ser importante y al final lo colocó, tuvo un buen partido en ese 1-0, la importancia que tuvo de escuchar”, dijo.
Solano cerró diciendo que antes de pensar en título, piensen solo en este miércoles para que la carga no luzca tan pesada, pasito a pasito.
“No hay que pensar en cuatro partidos, eso es un error, es presionarse demasiado, hay que pensar en uno, solo el de este miércoles, ese es el decisivo y dependiendo de lo que se haga, prepara el resto”, añadió.