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Puntarenas FC empató 1-1 con el Santos en Guápiles, un resultado que no le sirve para nada en sus aspiraciones de lograr el liderato y que al mismo tiempo reafirma que viene cediendo terreno cada vez más.
Para el Puerto era una mejenga clave, una victoria le permitía recuperar la cima al menos por unas horas y le metía la presión al Herediano de ganarle a Santa Ana para volver arriba.
Era una jornada interesante, el primer y segundo lugar de la tabla, ante los últimos dos de la acumulada, en ese aspecto se podría hasta decir que estaban muy comparados en sus rivales, allí se vería quién era quién.
El cierre del torneo también es una muestra del carácter de quienes pelean cosas importantes, cuánto podrán soportar a la presión, a la exigencia de pelear o sostenerse en la parte alta.
También lo es para los coleros, quienes tendrán la personalidad suficiente para ir a vérselas ante rivales tan duros en momentos en los que la situación apremia, allí Santos ha mostrado créersela más. Le lleva nueve puntos a Santa Ana con 12 por disputar.
Las cosas empezaron muy bien para los chuchequeros, a los diez minutos clavaron el primero en una bola que Kliver Gómez le filtró de gran manera a Dariel Castrillo, quien tomó la pecosa fuera del área, se quitó un par de marcas y clavó un remate fuerte desde afuera del área para abrir la cuenta en Guápiles.
La jugada quedó en suspenso porque originalmente el cuarteto arbitral anuló la acción por posición prohibida, pero el VAR le hizo el llamado al réferi Adrián Chinchilla, la fue a revisar y vio que había metido las patas y dieron el gol por bueno.
El tanto daba confianza a un equipo que ha sido inconstante en las últimas fechas y que solo ha ganado uno de sus últimos cinco partidos, le ha costado mucho al equipo de César Alpizar ser regular.
Pese a eso, se estaba sacando la tarea, pero Santos no se regalaba, tenía opciones, buscaba empatar con un inquieto Ariel Arauz y con Juan Villalobos y la igualada le llegó en una que agarró dormido al rival.
Fue de esos goles que fijo Paté Centeno disfrutó mucho, porque es trabajo que se ve en entrenamientos, de esas de táctica fija.
Se cobró un tiro de esquina en corto a un lado del área, Fabrizio Ramírez la tiró al centro, sitio en el que apareció Juan Miguel Basulto de cabeza para poner los unos. Era justo por el esfuerzo que había mostrado.
Para el segundo tiempo, con la obligación, Puntarenas tocó más arriba, pero a este equipo le falta calma, ya se le nota un poco más la presión del momento, tanto en la cancha como en el banquillo.
A los 59, Wilber Rentería tiró un centro al área santista, el panameño Alexus Cundumí la pescó de cabeza para poder el 2-1, lo que fue todo un júbilo en los naranjas, hasta que el VAR apareció de nuevo, pero ahora para bajarlos de la nube.
Cuando Alpizar vio que Chinchilla estaba revisando la jugada, bajó la cabeza y quién sabe si hasta estaba bajando todos los santos del cielo, pero como allá arriba no se meten en eso, pues no hubo nada que hacer y se anuló el gol por fuera de juego milimétrico del canalero, muy finito, pero metido al fin.
Al final no lo logró el Puerto, sigue perdiendo puntos importantísimos, en los momentos más bravos, cuando más se revela el carácter de los equipos.
