Tracy Madrigal Calderón, vecina de Desamparados, y directora de una escuela en Pérez Zeledón, y su carrito, un Hyundai Tiburón del 97, llamado McQueen, causan sensación cada vez que salen a la calle.
Tracy es la dueña del hermoso chuzo rojo que causa delirio y que está en proceso de restauración desde hace dos años y medio, pero que ya provoca miradas de admiración.
Este domingo, el Hyundai, a quien llama McQueen por su parecido con el simpático personaje animado el “Rayo McQueen”, de la película Cars, debutará en un evento de exhibición, en Palmares, y Tracy está emocionada, pero algo nerviosa.
Sin embargo, ya más o menos sabe lo que puede esperar, pues muchas veces la han parado las personas para tomarse fotos con el carro y siempre causa impacto en los niños.
De hecho, la primera vez que llegó a la escuela Savegre en Río Nuevo, de Pérez Zeledón, los niños le hicieron ronda y dijeron, “vean qué chuzo el carro de la niña”.
“Este domingo es la primera vez que estaré en una exhibición; será en Palmares, en las fiestas, el Car Show. Realmente, estoy nerviosa porque uno nunca sabe, de todo pasa, todo es posible, desde quedarse varado, a cualquier otra situación. Será mi primera experiencia como participante”.
Además, Madrigal nos contó la historia de cómo McQueen hizo que su familia se uniera más, pues sus papitos y hermanos colaboraron en la restauración del carro que estaba abandonado, luego que ella se quedara sin vehículo y debiera movilizarse “a pata”.
“El carrito era de mi hermano, lo había comprado y estaba en la casa de mis papás. Estuvo un tiempo botado y se deterioró mucho.
LEA MÁS: La broma que terminó en la compra del chuzo que enamoró a un hombre
“Yo estaba pasando una situación fuerte, personal, y entonces mi familia empezó a restaurar el carro y todos pusieron de su parte para dármelo, fue un regalo”, añadió.
“Me lo llevaron a Pérez Zeledón (ella pasa entre Pérez y Desamparados), porque la pasaba mal, estaba sin carro, recién salida del covid, con mis dos hijos enfermos y por eso tiene un gran significado para mí. Además, también ayudó a que mi familia se uniera más, porque todos pusieron de su parte”.
Esa visita fue superspecial para la mujer, quien hasta se hizo un tatuaje que tiene que ver con McQueen y con el evento.
“Me hice un ala de ave fénix, después de que llegaron por sorpresa a mi casa en Pérez Zeledón con el carro. Me sentí afortunada y llena de ilusión, como si hubiera renacido de las cenizas, ya que a través del McQueen pude sentir que no estaba sola, tenía una familia que me amaba”.
Pero la historia de Tracy no termina allí. Ella siempre ha tenido un gusto por los carros, heredado de su familia; de su padre, principalmente, por eso se ha esmerado tanto en cuidar el chuzo que ahora cuida como un tesoro.
LEA MÁS: La broma que terminó en la compra del chuzo que enamoró a un hombre
Por si fuera poco, ella hace trabajos de hidropintura (o hidrografía) en su tiempo libre, una técnica que consiste en transferir un diseño impreso a un objeto.
“Es una técnica que se utiliza para pintar piezas automotrices, pero también se puede hacer con ropa, calzado y otras cosas. Es una lámina soluble en agua que al sumergirse se adhiere a la pieza. Estoy restaurando el dash de mi carro con hidropintura”.
Ella dejó el número de teléfono 8348-4246 para aquel que esté interesado en utilizar la técnica en su auto.
Tracy también dice que muchas personas que la ven en un carro así muestran su machismo, pero indicó que, poco a poco, las cosas van cambiando y que ahora hay muchas mujeres con gran gusto por los motores.