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Un galanazo de película se pasea por el país

Vochito de 1964 es un galán que pasa entre chineos, fotos y piropos

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En el 2010 Kirsche pasó sobrado la selección que se hizo para aparecer en la película “Ojos bien cerrados” del director costarricense Hernán Jiménez. Así es la vida de los galanes, jamás pierden un papel.

Óscar Villalobos Vindas compró en el 2010 un Volkswagen Escarabajo de 1964 que se llama Cerezo y que había salido en la película Ojos bien cerrados del director costarricense, Hernán Jiménez.
Don Óscar chinea su Cerezo que es un contento. Cortesía. (Cortesía)

Eso sí, tuvo que hacer algunos sacrificios en su carrocería porque así se lo exigía el guion, ya que debía salir frente a las cámaras bien hecho leña y Kirsche cumplió el papel a la perfección, se dejó ensuciar y hasta que le pusieran unas llantas que estaban pa´l tigre, todo con el finde dar la talla. Hernán quedó encantado con la actuación que se jaló.

La cámara lo ama, es un Volkswagen Escarabajo modelo 1964, que se llama Cerezo, pero prefiere que le digan Kirsche, que es cerezo en alemán. Además es como el buen vino, ya que cada año que pasa lo ponen más guapo y se ve más carajillo.

Óscar Villalobos Vindas compró en el 2010 un Volkswagen Escarabajo de 1964 que se llama Cerezo y que había salido en la película Ojos bien cerrados del director costarricense, Hernán Jiménez.
Es un galán de sangre pura, en las exhibiciones siempre arranca piropos. Cortesía. (Cortesía)

Cuando el director tico lo contrató, el chuzo del apodo alemán tenía 46 años y tuvo que aparentar que tenía unos 60. Eso sí, después de su debut en la pantalla grande este divo siguió disfrutando de una vida de alfombra roja, caviar y champagne como pocos actores en la historia de Costa Rica.

Justo en ese 2010 don Óscar Villalobos Vindas lo compró porque siempre ha amado los vochos y el actor de cine lo dejó enamorado. Villalobos se ha encargado de cumplirle todos los caprichos al chuzo, porque como buen actor de élite, no es con cualquier cosita que lo tienen contento.

Óscar Villalobos Vindas compró en el 2010 un Volkswagen Escarabajo de 1964 que se llama Cerezo y que había salido en la película Ojos bien cerrados del director costarricense, Hernán Jiménez.
Siempre anda con traje de vestir porque sale de casa solo para los eventos de la alta sociedad automovilística. Cortesía. (Cortesía)

¿Salir todos los días a las presas? No señor, su majestad no. El cine lo elevó a otro nivel, por eso tiene 10 años de salir solo algunos fines de semana y don Óscar le respeta sus caprichos, eso sí, si está cayendo aunque sea un pelo de gato, el vanidoso alemán no va a permitir mojarse, eso no es para él.

“Las exhibiciones de vochos, a esas no falta, está en muy buen estado porque le he metido mucho y por eso en esos eventos lo normal son las fotos, los piropos y los niños buscando conocerlo por dentro y por fuera”, nos contó don Óscar.

Óscar Villalobos Vindas compró en el 2010 un Volkswagen Escarabajo de 1964 que se llama Cerezo y que había salido en la película Ojos bien cerrados del director costarricense, Hernán Jiménez.
Siempre listo para cualquier situación, eso sí, limpieza impecable en cualquier rincón. Cortesía. (Cortesía)

Exige lo máximo. De la misma forma que los grandes de Hollywood pasan a puro caviar y champagne, Kirsche no acepta gasolina regular, por favor, a él solo con gasolinita súper, además, no pone una llanta en la calle si no le pasan cera, hasta quedar como un espejo, por debajo, así como lo lee, exige que lo limpien hasta por el piso, no vaya a ser que alguien quiera verlo completo y aparezca alguna suciedad.

“Cuando lo compré venía muy entero, pero sí me ha tocado meterle para dejarlo como lo que es, un actor de cine. Todas las piezas son originales, el motor estaba bien, pero él pidió una mejoría y se le hizo. Lo tengo finito y con piezas puras de Alemania.

Óscar Villalobos Vindas compró en el 2010 un Volkswagen Escarabajo de 1964 que se llama Cerezo y que había salido en la película Ojos bien cerrados del director costarricense, Hernán Jiménez.
Esta es la máquina de verdadero dandi de cuatro ruedas. Cortesía. (Cortesía)

“Los aros son originales, ni se le ocurra a uno pensar en cambiarlos, él no permite nada que lo haga ver diferente, sabe lo hermoso que es, él sabe que es un vocho de exhibición no es para andar rodando siempre y llenándose de polvo y contaminación, que va, lo saco muy poco, solo para eventos especiales y que estén a su altura”, aseguró don Óscar que sencillamente ama su vochito y por eso lo consciente al máximo.

“No son muchas las películas que se han hecho en el país, mucho menos las hechas con producción totalmente nacional, por eso este vocho tiene un gran valor histórico, eso lo entiendo y por eso le acepto todos sus caprichos”, concluyó.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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