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Un pescador y un peón de construcción fueron campeones gracias a Horacio Esquivel

Dos limonenses ya veían de largo el fútbol, pero Horacio Esquivel les devolvió la ilusión y ellos le pagaron con un título

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Johnny Gordon (primero de izquierda a derecha) y Steven Williams (tercero) le pagaron a Horacio Esquivel con el campeonato. (Alonso Tenorio)

Después de estar siete meses lejos del fútbol, el limonense Steven Williams ya tenía fuera de su radar regresar a las canchas.

Sus días los pasaba pescando, trabajo que adoptó para seguir llevando la comidita a su familia.

Algo parecido le pasaba a Johnny Gordon, anotador del segundo gol de Puntarenas FC este domingo (victoria 2-0 ante carmelita). Él estaba trabajando en una construcción y también pescaba a ratos. Luego de cuatro meses sin jugar, también sentía que ese tren ya había partido y tenía que buscar el sustento de sus seres queridos de alguna manera.

Pero entonces apareció Horacio Esquivel, quien llegó a darles una nueva oportunidad. El técnico los conocía bien porque los dirigió en Limón FC y por eso no dudó en tenderles la mano para que le ayudaran.

Tristemente, el descenso y desaparición del cuadro caribeño dejó a muchos jugadores sin trabajo, pero en el caso de ellos dos, tuvieron la dicha de que Esquivel se cruzara en su camino.

Williams recordó que la primera vez que el profe lo llamó se sentía un poco desmotivado por lo que había sucedido en su último paso en Limón y más bien estaba sacando el fútbol de su mente.

“Sinceramente sí, así fue, yo no le dije que no al profe de una vez, solo por no hacerlo de entrada y por el respeto que le tengo, pero yo ya no estaba pensando en fútbol, sino enfocado en mi trabajo, lo que me daba un ingreso.

“A los dos días me volvió a llamar, me habló serio, me explicó las cosas y sonó muy bien el proyecto, entonces tomé la decisión de venirme para acá. Esa segunda vez que el profe me llama estaba en un momento muy difícil y por eso también fue muy fácil tomar la decisión”, agregó.

Después de que Steven dio el sí, habló con Gordon, le contó que Esquivel le dio la mano y este le pidió ayuda para conectarlo. A los diez minutos, el entrenador estaba llamando a Johnny.

“Yo le doy las gracias a Dios que pone compañeros, amigos, que se convierten en hermanos, de no ser por Steven Williams yo no estuviera acá. Yo estaba sin equipo, él me dijo que venía para Puntarenas y yo le pregunté: ‘¿A hacer qué?’, y él me dijo: ‘A jugar fútbol con Horacio’.

“Yo vivía una situación muy difícil, cuando Limón descendió yo me quedé sin trabajo, tengo familia que alimentar y no tenía para dónde ir, así pasé cuatro meses. Trabajaba en construcción, iba a pescar, en chambitas, lo que sea con lo que pudiera ganar algo”, explicó.

Pagarle con el título al entrenador que se la jugó por ellos, fue un compromiso que asumieron muy en serio, ya que el también psicólogo les devolvió la ilusión.

“El profe me ha sacado dos veces, es demasiado importante para mí. Con él debuté en Limón FC, me dio la oportunidad de jugar al fútbol y ahora lo volvió a hacer, cómo no voy a decir que es casi como mi padre. Había que pagarle con esto, era un compromiso”, finalizó.

Al final Horacio tuvo razón, esa mezcla de naranja y limón terminó dando un jugo muy sabroso que lo saborearon en los dos puertos de Tiquicia.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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