Con eso que llaman “la nueva normalidad”, el saprissista Miguel Sancho ve los partidos de su amado equipo en casita, en Pavas.
Y para sentirse como en la Cueva, y además revivir lindos recuerdos, mientras disfruta la mejenga se manda unos deliciosos pastelitos Guita. Cada vez que le entra a uno relleno con picadillo de papa revive momentos de su niñez en los que iba al Ricardo Saprissa con su papá, don Miguel.
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“Un día me apareció una publicidad de los pastelitos Guita en Facebook y me comuniqué con ellos para saber si eran los mismos que comía con mi papá”. Y claro que eran.
Como los estadios fueron cerrados debido a la pandemia, la empresita se reinventó y ahora ofrece los sabrosísimos pasteles a domicilio.
“Me gusta comerme uno al inicio del partido y otro al medio tiempo. A veces compro diez para compartir con amigos y cuando no hay partidos compro para el café”, cuenta Miguel.
Una tradición
Milena Zúñiga y su hermano Edgar mantienen vivo el legado de don Edgar “Guita” Zúñiga, quien fundó la venta de los pasteles en los años sesenta.
Guita jugó para el Deportivo Saprissa en los cincuenta y cuando colgó los tacos puso el negocio. Primero estuvo en el antiguo Estadio Nacional, que era donde jugaba la “S”, y en 1972, cuando los morados inauguraron el Ricardo Saprissa, se pasó.
“Al inicio (ya en la Cueva) se vendían a los aficionados de los palcos del lado este, luego mi papá logró construir un primer puesto en el tercer nivel del estadio. Más adelante se reubicó y hoy se mantiene en el primer nivel y a finales de los años ochenta se construyó otro puesto en el lado oeste”, explicó Milena.
Agrega que desde que se abrió la Cueva solamente una vez dejaron de vender.
“El estadio ha pasado por varias administraciones y en cada una nos hemos adaptado a los nuevos gerentes. En una de esas hubo una pizzería que se haría cargo de la venta de comida y nos tuvimos que ir. Dejamos todo en los locales, ellos intentaron vender otra marca de pasteles, pero los aficionados se quejaban porque sabían que no eran los que hacemos y para el siguiente torneo, nos pidieron volver”, destacó.
Explica MIlena que a diferencia de otras ventas en la Cueva, el producto de Guita únicamente se ofrece fresco, calientito y por eso, para encontrarlo, hay que ir a los puestos, porque al llevarlo a la gradería se puede enfriar.
“Lo ofrecemos igual que lo hacía mi papá y nos gusta venderlo caliente, recién hecho, por eso la gente nos busca. Les gusta acompañarlos con café o con algún refresco”, dijo Milena, quien es abogada.
Ingenio
Con la pandemia se prohibió el público en los estadios, pero la familia Zúñiga no se arrugó y buscó la forma de seguir ofreciendo su producto.
Como dice el refrán “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña” y con esa lógica, Milena y su hermano se aprovecharon de las redes sociales para contarle a la gente que tenían servicio de envíos.
“Uno que otro cliente nos pidió el número de teléfono y ya teníamos una página en Facebook, llamada Pastelitos Guita (https://www.facebook.com/pastelitosguita/) y contratamos a una persona para moverla un poco más.
“Es muy lindo escuchar las historias de las personas que nos llaman y agradecemos que nos busquen para recordar esos momentos cuando compartían con sus familias en el estadio. Estamos deseando que se abra el estadio, para volver a atenderles”. Milena Zúñiga.
“Gracias a la publicidad, la gente comenzó a llamarnos. No estábamos preparados para la locura. Realmente ha sido muy bonito porque con las ventas conocemos decenas de historias de aficionados que nos cuentan sus experiencias en el estadio”, dice.
“Una vez nos llamó una señora pidiéndonos enviar unos pasteles por encomienda a Guanacaste para una hermana. Luego nos contó que los pasteles le recordaban a su papá cuando iba al estadio y eso nos hizo llorar”, cuenta.
“Estamos en Moravia y podemos enviar los pasteles a donde sea, cobramos doscientos colones por kilómetro recorrido. Cada pastel cuesta mil colones y ahora, además del tradicional, estamos haciendo unos rellenos con carne mechada y con pollo”, aseguró.
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Quien desee comprar puede escribir al Whatsapp 8860-1184 y coordina la fecha y la hora de la entrega.
“Nosotros nos ubicamos en el estadio Saprissa y somos morados, pero hay aficionados de otros equipos que nos han llamado para pedirnos pasteles”, detalló.
Por supuesto, es que lo bueno está por encima de los colores de un equipo.