Vladimir Quesada aplicó en la celebración del título 34 del Saprissa la famosa frase: "Antes muerto que sencillo".
Cuando Omar Arellano mandó por encima del marco el balón en su penal, el técnico del Monstruo pegó un carrerón a todo gas para el camerino, pero antes de acelerar se había asegurado de tener su saco en las manos.
Curiosamente, Vla pensó en su ropa antes de desatar toda la alegría que llevaba dentro, de no haber sido así, es probable que esta prenda de vestir le hubiera quedado de recuerdo a alguno de los miles de aficionados que se tiraron a la gramilla del estadio Ricardo Saprissa.
LEA MÁS: Heiner Mora niega ser "un mala leche" pese a la expulsión en la final
La salvada es que cuando fue por su saco pudo hacerlo con calma, ya que Arellano no lanzaba, pero él olía el triunfo y por eso pudo acomodarse para el carrerón.
"Hay algo interno, no solo las mujeres tienen ese sexto sentido, algo de adentro me decía que el penal iba a ir afuera, quería salir corriendo y así sucedió, corrí", recordó Quesada.
"Yo tomé mi saco, lo único que tenía en mente era correr donde estaba Heiner (Mora)", agregó.
Cabe destacar que con Mora todo fue un amor al final, pues según dicen estaba devastado por haber salido expulsado por majar y luego darle un cabezazo a Rándall Azofeifa en el primer tiempo.
"Él estaba en su cubículo arrodillado, llorando y rezando, fue una gran satisfacción buscarlo, poder ir a darle un abrazo y agradecerle todo su trabajo. Lo conozco desde que era un niño, lo tuve como jugador en nuestra época en el Santos de Guápiles y ahora para mí es un placer y honor tenerlo como jugador. Lastimosamente somos seres humanos y por más experiencia que tengamos cometemos errores, gracias a Dios él y el resto de muchachos se lo dijeron, se partieron el lomo dentro del terreno de juego para darle una satisfacción a Heiner y a todos los que no pudieron saltar al terreno de juego", contó Quesada.
Un saco puro caché
El saco que no aflojó Vladimir durante su celebración fue hecho por Corporoma, una empresa dedicada a la confección de uniformes y ropa del más alto nivel y tecnología que pertenece a Bertony Robinson, hermano de Alexánder, defensor saprissista.
Robinson principalmente se encarga de vestir al cuerpo técnico morado, desde principios de este año. Se estrenaron ante el público en febrero cuando se jugó la serie de ida y vuelta en la Liga de Campeones de la Concacaf ante el América de México.
"Ver a Vladimir con el saco y hablando del saco es vacilón, quería verse elegante y ahí estábamos presentes", comentó sonriente Bertony.
Robinson comentó que el popular saco es un casimir inglés (tipo de tela) en azul marino, está hecho a la medida para el entrenador morado, quien por cierto pidió un "semi fit", que es un corte al cuerpo.
"Fue muy sencillo, Vladimir no pidió nada específico, nada más que no fuera ni holgado ni tallado", confesó Bertony.
"Y le quedó al gusto, el día que se lo probó quedó contento por como le había quedado", señaló.
Los Robinson pueden rajar que arrancaron la semana en una pura contentera, su ropa se lució y Alex levantó el título. Por cierto, Bertony también es el representante de su hermano.
"De hecho estamos muy contentos porque nos tomaron en cuenta, ellos son representación importante en la región y Concacaf, orgulloso de ayudarles y que se fijen en una marca nacional", indicó.
"Estoy complacido con el cuerpo técnico por mensajes que recibimos posterior a la entrega de los trajes, que sin ningún compromiso me escribieron y me indicaron que estaban agradecidos por como les quedó y nos deseaban muchos éxitos, eso nos llena de satisfacción", dijo.
Dicho sea de paso, contó que Víctor Cordero lo pidió más ajustado (un fit) y fue de los más agradecidos, algo que alegra mucho a la gente de Corporoma porque el asistente técnico morado siempre anda elegante.