Los exagentes del OIJ, Fernando Sánchez Chacón y Eduardo Quesada Méndez, hicieron “hablar” el cuerpo sin vida de Santos Marjorie Cruz Martínez para que delatara a su hermano, Erlyn Hurtado Martínez, autor del fallido y sangriento asalto al Banco Nacional de Santa Elena de Monteverde, ocurrido en marzo del 2005.

Sánchez recordó que el cuerpo de Cruz “habló” y les brindó información de suma importancia, de hecho, les reveló que Erlyn era el delincuente que estaba atrincherado con 17 rehenes en la agencia bancaria, en uno de los hechos más tensos y violentos en la historia judicial de nuestro país.

Para lograr este interrogatorio, que parece sacado de una película de terror, los investigadores no usaron ninguna clase de brujería, ni tuvieron contactos con el más allá, ellos consiguieron que Santos les hablara gracias a la amplia experiencia y conocimiento que tenían al analizar los cuerpos.

“Han de saber que los muertos hablan, solo que hay que usar la técnica correcta para preguntarles”, explicó Sánchez.

Don Fernando, quien en aquel momento era el jefe del OIJ de Puntarenas, explicó que los muertos hablan a través de las heridas, los documentos que llevaban entre su ropa o por los restos de comida en su estómago, por lo que es labor del investigador interpretar toda esa información.

Por ejemplo un hombre fallecido, que tenga las manos callosas y restos de grasa y aceite entre las uñas, les dice que posiblemente se trate de un mecánico.

Ese tipo de interpretación es el que usaron Sánchez y Quesada para interpretar el cuerpo de Cruz Martínez.

Día para nunca olvidar

El martes 8 de marzo del 2005 es un día que quedó grabado en la memoria de Sánchez y de todo el país, pues fue cuando Erlyn Hurtado y sus hermanos Santos Marjorie Cruz y Santos Agenor Hurtado salieron de una zanja, en la que se escondían, para asaltar la sucursal bancaria de Monteverde.

El plan no terminó cómo esperaban, pues los hermanos de Erlyn fallecieron al enfrentarse a balazos con los guardas del banco, sus cuerpos quedaron en la pura entrada de la agencia bancaria.

Erlyn cobró venganza y acabó con las vidas de los clientes Willam Suárez, Victor Badilla, María Rosa Bolaños y Mario López Miranda, así como dos empleados bancarios: Rosa Ángela Marchena y Pablo González. Algunos quedaron heridos en los primeros enfrentamientos y no se le pudo dar atención médica.

Después de largas horas de angustia, al entrar los oficiales al banco falleció Óscar “Máquina” Quesada, miembro de la Unidad Especial de Intervención (UEI).

Sánchez recordó que los investigadores presumían que los delincuentes eran Erlyn y sus hermanos, pues ya los tenían referenciados como unos peligrosos asaltantes, pero necesitaban confirmar esas sospechas, para determinar acciones a seguir.

Decisión polémica. Esa necesidad de información llevó a que la madrugada del miércoles 9 de marzo del 2005, don Fernando tomara la decisión de ir por uno de los cuerpos de los asaltantes, para ver qué le podía contar.

“Propuse remover uno de los cuerpos y llevarlo al puesto de mando para hacerlo hablar.

“Lógicamente la idea generó muchas opiniones. Los conservadores decían que cómo íbamos a alterar el escenario del crimen, que eso era una barbaridad. Por mi parte alegué que las reglas y protocolos son solo directrices para hacer el trabajo cotidiano, en momentos de crisis hay que seguir los instintos”, contó.

Sánchez recordó que el primer pero se lo puso el fiscal que estaba a cargo en San José y cuando parecía que no le iban a dar el visto bueno él tuvo la idea de llamar al fiscal general de la República, quien en ese entonces era Jorge Chavarría.

“Llamé directamente al fiscal general y expuse mi posición, el hombre me dijo, ‘póngame al fiscal a la línea.’ La orden fue adelante. Se le expuso el tema a la jueza penal, quien dijo ‘procedan’”

El exagente dijo que él y Chavarría se conocían desde 1978, por lo que eran grande amigos, además el entonces fiscal general conocía su forma de trabajar y sabía que detrás de cada decisión había un motivo justificado.

Fueron por el “entrevistado”. Sánchez contó que para la misión de ir por el cuerpo de Santos Cruz reclutó a su colega Eduardo Quesada, pues era un hombre que pensaba muy similar a él y no era de hacer muchas preguntas.

“Nos conocemos de toda la vida y nos tenemos mucha confianza, si yo le decía que nos tiráramos a un guindo él ni lo pensaba y nos mandábamos juntos”.

Amparados por la oscuridad de la noche, ambos agentes se acercaron al cuerpo, Sánchez lo agarró de los brazos y Méndez de las piernas, así fue como rápidamente lo llevaron a un puesto de mando que estaba a pocos metros.

“Esa no es solo la primera vez que se hizo algo así, es que es la única vez (en la historia del OIJ)”, añadió.

Lo que les contó

Con el cuerpo en su poder, Sánchez y Quesada empezaron a “entrevistarlo”, revisando con mucho cuidado todo lo que llevaba en su ropa.

“Aparte del cuerpo, yo recogí un fusil, del cual pedí que buscaran el número de serie, porque había sido robado en otro asalto, entonces el muerto ya nos estaba contando que él era parte de una banda que ya nosotros conocíamos”, dijo.

Santos Cruz también les contó que él y sus hermanos andaban bien armados para un enfrentamiento a balazos, pues entre su ropa encontraron una bolsa llena de municiones, un cargador de un fusil Ak-47 y aceite para darle mantenimiento a las armas.

También les dijo que estaban preparados por si acaso debían abrir una caja fuerte o algo similar, pues también le encontraron un martillo y un metabo pequeño.

Sánchez contó que lo más interesante que les “dijo” Cruz fue la identidad del otro delincuente que estaba dentro del banco con los rehenes.

“Ahí estaba (entre la ropa) la identificación de Erlyn Hurtado, eso nos permitió confirmar todo.

“Nosotros ya sabíamos quiénes eran esos sujetos, pero uno siempre tiene que estar cien por ciento seguro y con eso confirmamos que estábamos sobre la pista correcta de a quién nos estábamos enfrentando”, detalló.

Sánchez aseguró que toda esa información que les dio Santos fue de suma importancia, pues les permitió tomar buenas decisiones durante la toma de rehenes.

“Supuestamente había que esperarse a que todo terminara para que viniera la gente de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios para que tomara el escenario y revisara a los muertos

“Pero ya para eso ese muerto no iba a hacer nada ahí, ¿para qué íbamos a conseguir esa información al final, cuando ya todo había terminado? La información la queríamos antes para ver si lo que estábamos haciendo estaba bien”, explicó.

Caso difícil de olvidar

Aunque ya han pasado 16 años desde el trágico intento de asalto al Banco Nacional de Monteverde, el recuerdo de ese caso sigue muy presente en la mente de Sánchez.

“Esos son asuntos para los que nadie está preparado, ahí murieron dos delincuentes, cuatro clientes, dos trabajadores y un compañero de la policía, nosotros no somos Supermán, simplemente somos personas de carne y hueso que hacemos un trabajo, lógicamente quedamos marcados”, dijo.

En cuanto a la actuación del OIJ, el exagente dijo que se hizo el mejor trabajo posible, por eso es que no se arrepiente de las decisiones que tomó, como por ejemplo hacer “hablar” a Santos Cruz.