El Novelón

Una de las peores tragedias con pólvora en Costa Rica apagó la vida de cuatro niños

Este 31 diciembre se cumplen 23 años de uno de los hechos más dolorosos en la historia del país

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Explosión de pólvora en el 2000 cobró la vida de 4 niños vecinos de Curridabat. Foto Archivo.
El 1° de enero del 2001 el país despertó con esta dolorosa noticia. Foto Archivo.

La llegada del fin de año es sinónimo de alegría y fiestas, muchas de estas acompañadas por los famosos juegos de pólvora, los cuales suelen llevar felicidad a muchas familias, pero que también han sido causantes de dolorosas tragedias.

Uno de los hechos más recordados en la historia del país cumpe 23 años este 31 de diciembre. Se trata de una terrible explosión de pólvora que, lamentablemente, cobró la vida de cuatro niños en Curridabat, San José.

Esa tragedia marcó para siempre las vidas de los familiares de esos pequeños, pero también dejó una dolorosa huella en todos aquellos que, de una u otra manera, participaron en el caso como, por ejemplo, los paramédicos del Cuerpo de Bomberos y de la Cruz Roja.

Sin duda alguna, uno de los más afectados por esa triste situación es don Jaime Rumoroso, papá de uno de los niños fallecidos, quien de forma muy respetuosa, le dijo a este medio que prefería no revivir lo sucedido aquella noche.

Lo que sí dijo Rumoroso es que no desea que ninguna otra familia tenga que sufrir el mismo dolor por el que él pasó, por eso es que desde el accidente se ha dedicado a promover que ningún menor de edad juegue con pólvora, sobre todo en estas fechas.

“En estos días de fin e inicio de año tenemos que ser muy conscientes y tener mucho cuidado con nuestro niños, evitemos accidentes, no les facilitemos pólvora de ningún tipo, no compremos pólvora ilegal y, sobre todo, no permitamos que los niños se expongan a una sustancia que pueda dañarlos.

“Yo sé lo que duele perder a un hijo y no se lo deseo a nadie, no permitamos que nuestros niños sufran quemaduras por pólvora ni por otra sustancia que pueda hacerles daños. Cuidemos a nuestros hijos y vivamos felices estos días de fin y principio de año”, dijo Rumoroso.

Otras de las personas que fue marcada por ese triste incidente fue Fernando Umaña, paramédico e instructor de la Academia Nacional del Cuerpo de Bomberos, quien destacó que a partir de ese incidente se fortaleció aún más la unidad de quemados del Hospital Nacional de Niños, la cual ha salvado la vida de cientos de menores.

Terrible explosión

Umaña recordó que esa noche del 31 de diciembre del año 2000, él se encontraba trabajando en la estación central cuando fueron alertados sobre una explosión.

“Eso ocurrió rayando casi la medianoche, nosotros fuimos despachados con la ambulancia que teníamos en ese momento por una aparente explosión de pólvora en la zona de Guayabos de Curridabat”, recordó.

Explosión de pólvora en el 2000 cobró la vida de 4 niños vecinos de Curridabat. Foto Archivo.
La explosión ocurrió en una oficina donde guardaron una caja con pólvora. Foto Archivo.

Umaña, quien tiene más de 40 años de formar parte del Cuerpo de Bomberos, contó que él y sus compañeros no llegaron hasta el lugar donde se dio la explosión, pues metros antes se encontraron con cruzrojistas y otras personas que habían sacado a los menores de la escena.

Para ese momento no se tenía claro qué había sucedido, lo único que los bomberos sabían era que una chiquita de 3 años y tres niños de 6, 10 y 12 años, habían sufrido quemaduras muy graves como consecuencia de una explosión de pólvora.

“A nosotros nos correspondió trasladar a uno de los niños afectados, quien sufrió severas quemaduras y que en ese momento todavía estaba consciente. Él tenía 12 años. Yo iba conduciendo la ambulancia y los compañeros que iban conmigo lo abordaron. La orden era llegar lo más rápido posible al Hospital Nacional de Niños”.

Con ayuda de oficiales de Tránsito, los bomberos lograron llevar al pequeño con vida hasta el hospital, pero en ese lugar se enteraron de una triste situación que les dejó el corazón hecho un puño.

“Cuando llegamos a ese hospital se nos confirmó que una niñita, que había sido afectada, había sido declarada fallecida. Otros dos niños ya estaban en el hospital, más el que nosotros llevábamos”.

No soportaron

Lamentablemente, la situación empeoró con el pasar de los días, pues desde el Hospital Nacional de Niños dieron a conocer que los niños de 6 y 10 años afectados por la explosión fallecieron a consecuencia de las graves heridas. Ellos murieron entre el 1° y 2 de enero del 2001.

En cuanto al niño de 12 años, quien fue transportado por Fernando y sus compañeros, este aún se encontraba con vida, pero en una condición muy delicada, pues había sufrido quemaduras en el 95% de su cuerpo.

“Como dice el lema, una quemadura duele para toda la vida y no solamente para la persona que la sufre”

—  Fernando Umaña, paramédico del Cuerpo de Bomberos.

“Ese niño sobrevivió a pesar de sus serias quemaduras, era muy luchador y valiente, así como el personal médico que lo atendió. Yo resalto la labor del doctor Carlos Siri Adema, con quien básicamente, esa emergencia dio impulso a lo que es hoy la unidad de quemados”, recordó Umaña.

En ese momento, las autoridades también dieron a conocer que el niño sobreviviente era hermano del pequeño de 10 años y primo de la niña de 3 años que murieron en esa tragedia.

Luchó como un guerrero

Explosión de pólvora en el 2000 cobró la vida de 4 niños vecinos de Curridabat. Foto Archivo.
Tres de los menores fallecieron en cuestión de pocas horas tras la explosión. Foto Archivo.

Contra todo pronóstico, el niño de 12 años que fue atendido por Umaña y los demás rescatistas sobrevivió a esa tragedia y luchó como un verdadero guerrero durante 19 meses, hasta que finalmente, las fuerzas no le alcanzaron y falleció en agosto del 2002 en el Hospital Nacional de Niños.

Fernando contó que la noticia fue un golpe muy duro para él y para todos los que estuvieron involucrados en el caso, ya que pese a las heridas del menor siempre mantuvieron la esperanza de que pudiera salir adelante.

“A pesar de sus lesiones él sobrevivió por un tiempo más, pero lamentablemente, por las complicaciones, el niño falleció tiempo después. Fue un valiente, él y su familia fueron increíblemente valientes”, dijo Umaña.

“Uno lo que espera en estas fechas es tener la oportunidad de abrazar a sus seres queridos y compartir no solo regalos, sino estar juntos en paz”

—  Fernando Umaña, paramédico del Cuerpo de Bomberos.

Terrible explosión

En aquel entonces, tras la muerte de los primeros tres menores, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó que el trágico hecho se dio durante una celebración de fin de año en una vivienda cerca de la iglesia de Guayabos de Curridabat.

Según dicho reporte, desde las 8 p. m., al parecer, los adultos quemaron alguna pólvora y alrededor de las 11:10 p. m. se dispusieron a cenar, mientras que los niños aprovecharon ese momento para entrar a una oficina donde estaba guardada una caja con juegos pirotécnicos.

Según contó un joven de 15 años que acompañaba a los niños, y que de milagro resultó ileso, uno de los pequeños usó un encendedor para prender lo que creía que era una candela, pero realmente, resultó ser un artefacto pirotécnico, por lo que del susto lo dejó caer sobre la caja de pólvora, lo que causó la terrible explosión.

De acuerdo con una publicación del periódico La Nación, las autoridades informaron que la onda expansiva del estallido pudo superar los 1.000 grados centígrados y casi toda fue absorbida por los cuerpos de los niños.

Explosión de pólvora en el 2000 cobró la vida de 4 niños vecinos de Curridabat. Foto Archivo.
El OIJ incluso allanó la casa en la que ocurrieron los hechos para investigar el caso. Foto Archivo.

Herida abierta

Precisamente, este 31 de diciembre se cumplen 23 años de esa terrible tragedia y para muchos de los que se vieron involucrados aún tienen una herida abierta que el tiempo no ha logrado cerrar por completo.

“Duele, duele mucho, porque 23 años después son heridas que se abren, porque es doloroso devolverme 23 años para empezar a ver desde ese momento hacia adelante qué hubiera sido de esas vidas actualmente”, expresó Umaña.

Pese a lo doloroso que es revivir ese caso, Umaña cree que debe ser un recordatorio para todos sobre el peligro que representa la pólvora y como en cuestión de segundos puede cambiar para siempre las vidas de muchas personas.

“Es ahí donde entra la responsabilidad de nosotros como adultos de protegerlos, enseñarles y, en la medida de lo posible, mejor no darles esos artefactos para divertirse, que no se repita una tragedia así”.

Umaña también destacó la gran labor que realizan los especialistas del Hospital Nacional de Niños, especialmente, los que atienden a los niños que han sufrido alguna quemadura.

“De lo malo, lo bueno es que, gracias a Dios, nuestro país, a pesar de la situación que se dio, tuvo la capacidad de desarrollar una unidad tan especial y el Hospital Nacional de Niños como todo ese centro médico excelente, es una institución excepcional”, señaló.

El rescatista finalizó diciendo que en estos tiempos de fiesta lo más importante es la familia, por eso es que las personas deben ser responsables y cuidar a sus seres queridos, especialmente a los más pequeños de la casa.

Explosión de pólvora en el 2000 cobró la vida de 4 niños vecinos de Curridabat. Foto Archivo.
Decenas de personas acompañaron a las familias de los menores para darles el último adiós. Foto Archivo.
Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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