En la Florida de Tibás, Richard Soto, un ingeniero industrial, está más que feliz de la vida porque encontró a su príncipe azul, pero no se confundan, porque se trata de un Datsun 120 Y de 1980 al que bautizaron de esa manera, pues es una joyita que lo tiene como loco.
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Este ingeniero industrial bretea en una agencia de aduanas como gerente de ventas y necesitaba conseguir otro carro para andar por todo lado vendiendo y dejar el otro chuzo que tenía para el uso familiar.