El exfutbolista Álvaro Mesén está convencido de que un milagro lo salvó de morir hace cuatro meses, tras ser operado de emergencia de su cabeza en dos ocasiones.
Luego de permanecer un mes internado en Cuidados Intensivos del hospital México y salir caminando como sin nada el 8 de julio de este año, el exseleccionado nacional nos abrió su corazón y contó cómo sigue luego de salir victorioso del partido más difícil de su vida.
- ¿Cómo ha seguido de salud?
Estoy 100% ya. Me habían dado de alta desde el 11 de agosto. Hoy en día hago de todo más bien, me he sentido superbién.
- ¿Qué fue lo que realmente ocasionó todo?
Fue una bacteria que no se sabe por dónde ingresó. La única referencia fue que tuve un absceso unos 15 días antes del evento en el dedo gordo de la mano derecha, fue que la uña se me infeccionó, se me hizo muy grande y yo me la drené, esa es la única razón.
Yo no tuve ningún golpe, nada a nivel frontal, pero al final no se pudo determinar si la bacteria ingresó por la nariz, porque realmente por ahí es donde ingresan y parece que se fue al torrente sanguíneo y se alojó en el sistema nervioso central y de ahí en el cerebro. Eso comenzó a ocasionar una infección, al punto que hizo un absceso muy grande.
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- ¿Eso se lo descubren hasta que lo operan?
Eso lo descubren porque caí inconsciente en mi casa y por eso me llevaron al hospital. De aquí me sacaron en ambulancia.
Una semana antes lo que me sentí fue como resfriado, de hecho creí que era covid-19, pero tres días antes empecé con dolor de cabeza, mareos, vómitos y desorientación, yo ingresé al hospital el martes (14 de junio), pero el lunes perdí el conocimiento y no recuerdo nada.
- ¿Qué le dijeron los doctores, eso es normal que suceda?
No, en realidad. El cerebro es como una bóveda y que entre ahí una bacteria es poco común, por eso al principio creían que era un tumor, por lo mismo.
A mí me hicieron dos operaciones, una ingresando para instalarme una válvula para drenarme el líquido y eso no resultó como ellos querían para poder hacer más exámenes de profundidad, entonces, no habían pasado ni 24 horas cuando se liberó una de las salas de cirugía, me ingresaron de nuevo y me hicieron la segunda intervención, esa duró más de cinco horas y fue cuando sacaron ya el absceso y tuvieron que cortar parte de las paredes del cerebro y eso fue lo que literalmente me salvó la vida.
“Todo se dio en momentos oportunos, con los doctores que considero son los mejores y Dios todo lo manejó a su mejor manera”.
— Álvaro Mesén
- ¿Qué ha pensado de esta prueba que le tocó vivir?
En pocas palabras, para mí fue una intervención divina, para mí esa fue mi experiencia. Una experiencia totalmente espiritual, porque yo no viví nada conscientemente, entonces, no sé qué pasó hasta que desperté tres días después y lo que sé fue por lo que me fueron contando los doctores.
Fue como un renacer, la verdad, ahora veo la vida de otra manera.
- ¿Qué pasa por su mente cuando se ve o siente las cicatrices?
Vieras que la vanidad en estos momentos ya no es para nada un punto de preocupación para mí. Cuando me toco todavía siento un poquito adormecido, sobre todo en la cirugía más grande, que fueron más de 10 puntadas y el otro lado, donde me pusieron la válvula, siento como una pelotita, pero no me duele.
- ¿Lo han vuelto a ver en el hospital?
Tengo cita de seguimiento hasta en enero.
- ¿Tiene que seguir alguna indicación médica?
No, más que todo es no hacer mucho ejercicio de impacto, jugar bola o así, pero yo hago de todo ya con normalidad. Hago bicicleta, corro, brinco, nado. Más bien me siento mejor ahora, parece mentira.
- O sea, ¿no puede jugar fútbol?
Sí, fútbol no, nada. Aunque ya me metieron un bolazo en la cabeza (risas), pero fue sin querer. Estaba viendo un partido de mi hija y tiraron una bola y pegó en la cabeza, pero no pasó nada.
Igual rara vez lo practicaba, porque el fútbol ya lo había dejado porque me tiré más a la bicicleta y la natación, que me gustan más.
- ¿Ya recuperó el peso perdido en el hospital?
Sí, sí, me encuentro bien de peso, pero estoy en menos peso que, inclusive, cuando jugaba. Por ejemplo, para el Mundial de Alemania estuve en 86 kilos y ahora estoy en 83.
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- ¿Qué le dice la gente que lo ve?, ¿le preguntan mucho qué fue lo que pasó?
Sí, hay dos cosas que la gente pregunta: una, la curiosidad de saber cómo pasa eso, porque la referencia mía es que yo hago deporte y que cómo me pasó a mí y lo que les digo es que no hay garantía de nada en esta vida; lo segundo es que si vi la luz al fondo del túnel (risas), pero no.
Yo ahora les digo a todos que vivan el momento, tómese el café hoy y el mañana ahí se va cumpliendo.
Para mí, parte del milagro de que no me quedara ni media secuela de nada, fue esa cadena de oración y de unión que se hizo por mí”.
— Álvaro Mesén
- ¿A qué se está dedicando ahora, que veo que está por lanzar una línea de productos de limpieza?
La marca Happy Value nació en pandemia, tiene un año de venderse el jabón de baño líquido en Pequeño Mundo y venimos ahora con una línea deportiva. Ahora hay que buscar cómo sobrevivir y trabajar.
- ¿Qué le dio por incursionar en este tipo de productos?
Toda solución nace de una necesidad. Como yo siempre he hecho deporte, mi sudor es muy fuerte y literalmente mi matrimonio y la relación con mis hijas estaba ya en un punto de cero negociación (risas), yo probé todo lo que había en el mercado, todo lo que se usaba para matar el olor de la ropa y empezamos a desarrollar una fórmula, junto a mi socio, y eso empezó a dar resultado, al punto que nos dio por sacarla al mercado. Yo lo puedo decir con propiedad que funciona y que eso me salvó literalmente el matrimonio y la familia.