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Douglas Sánchez enfrentó el miedo, la ansiedad y la adrenalina al conocer la megacárcel de Bukele

Douglas Sánchez, de ¡Opa!, tuvo la oportunidad de conocer la nueva cárcel de El Salvador y nos contó su experiencia

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Douglas Sánchez, periodista y director del canal ¡Opa!.
Douglas Sánchez, periodista y director del noticiero de canal ¡Opa!., quedó realmente impactado con la famosa cárcel de Bukele.

El periodista Douglas Sánchez, director de noticias de canal ¡Opa!, tuvo la oportunidad de conocer por dentro la conocida megacárcel construida por Nayid Bukele, presidente salvadoreño.

Él viajó la semana pasada a El Salvador con sus dos compañeros, Juan Garita (productor del noticiero) y Jerry González (técnico) luego que el gobierno de dicho país les facilitara los permisos.

Fue justamente el miércoles 17 de enero cuando ingresó al Centro de Confinamiento del Terrorismo, donde hay 12 mil privados de libertad, pero cuya capacidad es para 40 mil reos.

Mara conversa con Douglas Sánchez

Douglas resumió en tres reportajes lo vivido en ese lugar, del cual dice haber quedado impresionado y hasta sentir que tenía al diablo a la par.

Conversamos con el presentador de Central Noticias sobre la experiencia vivida en la cárcel más grande y segura de América.

Centro de Confinamiento del Terrorismo, El Salvador
El Centro de Confinamiento del Terrorismo está a 74 kilómetros de San Salvador y se abrió en el 2023.

- ¿Cuánto tiempo le dieron para estar ahí adentro?

Toda la mañana. Llegamos como a las 3 a.m. e ingresamos como a las 3:30 a.m. y ya nos regresamos como a las 12 m.d. Ellos lo programan así.

De Costa Rica solo íbamos nosotros e iba de España Tele Cinco y así lo programaron desde la madrugada porque también queríamos grabar el plan de alimentación de los pandilleros y eso ocurre a las 6 a.m..

- ¿Qué se imaginaba antes de ingresar a esa megacárcel?

Me imaginaba algo así enorme porque ya había leído un poco que estaba en un terreno de 236 manzanas, como 34 manzanas de construcción, entonces me imaginaba algo muy grande, pero para serte honesto cuando llega uno ahí el lugar es muy imponente porque son ocho módulos enormes, todo el ingreso por ejemplo, es de alta tecnología, ahí no pasa nada, cualquier cosa ahí la detectan.

Fue impresionante en el primer momento, luego que pasamos los dos primeros retenes del ejército y ya veías todo ese edificio completo uno decía: ‘esto es más grande incluso de lo que imaginé'.

Centro de Confinamiento del Terrorismo, El Salvador
La mega cárcel es resguardada por policías del ejercito salvadoreño y allí hay prisioneros que descuentan más de 100 años de cárcel.

- ¿Qué sensación sintió al tener a los prisioneros de frente?

Pasa uno unos controles, te llevan incluso, porque caminando es imposible, los módulos están superalejados. Cuando ya abren la puerta del módulo y vos entras ahí, ya ahí sí te da miedo, mucho susto.

Da mucho miedo porque además todos se te quedan viendo cuando vas entrando y ahí tenés de todo, todos están revueltos. Tal vez a uno le da mucho taco por eso, porque está la Mara Salvatrucha revuelta con el Grupo 18, que este se dividió en dos bandas, la Revolucionarios y la Sureños, entonces claro, ves a todos mezclados y sabés que lo que tenés al frente son asesinos. Ahí hay gente que está descontando penas de 400 años de cárcel porque mataron, descuartizaron, cortaron cabezas, quemaron gente inocente, entonces ahí es donde uno dice: ‘¡qué miedo esto!’.

Centro de Confinamiento del Terrorismo, El Salvador
Actualmente en la mega cárcel hay 12 mil privados de libertad, la gran mayoría son pandilleros.

- ¿Qué pasaba por su mente cuando entrevistó al marero?

Él dice: ‘me hace falta mi familia’, ‘tengo no sé cuántos años de no verla’, ‘cometí un error, le pido perdón a Dios, al pueblo, a la gente que lastimé'; uno no deja de sentir compasión, pero después caes en cuenta que el tipo que tenés al frente mató a no sé, 20 personas inocentes, civiles, y por lo menos desde mi óptica personal y no como periodista, es imposible que después te dé un remordimiento porque son peligrosísimos los tipos que están ahí metidos, son criminales y por eso los consideran como terroristas.

- ¿Qué más lo impresionó?

Hay dos letrinas dentro de las celdas, ellos no salen para nada. Si salen son 20 minutos, pero es lo único que hacen durante todo el día, entonces cuando vos ves que están ahí defecando, orinando y que en la pileta que tienen adentro, que también son dos, se bañan cinco o seis seguidos ahí a la vista y paciencia de todo el mundo, nombre, ahí es donde uno dice: ‘la libertad es lo más preciado que tenemos’.

Todo es muy estricto, vestimenta, horarios de comida, están supercontrolados. En una celda duermen casi 70 pandilleros y en el techo lo que hay es una especie de malla, entonces el ejército con AK-47 si hacen algo los apunta.

Centro de Confinamiento del Terrorismo, El Salvador
Los reos solo salen 20 minutos al día al pasadizo que es resguardado por los militares.

-Cuando tuvo al entrevistado de frente, ¿sintió temor?

No, no. A mí lo que me llamó la atención es que empezó a mover muy raro las manos, entonces nos interrumpieron la entrevista la gente del ejército y le dicen al chavalo: ‘no mueva las manos’, entonces uno se pregunta que por qué y resulta que lo que hacen es mandar códigos a través del lenguaje de señas a los pandilleros de afuera. Eso me llamó la atención, pero no me dio tanto temor.

Donde sí me dio miedo y que fue lo más impactante es donde sacan a ocho de esos y los ponen en una pared, siempre están con esposas y grillete, y cuando el director del centro penal les dice: ‘vuélvanse’, y nosotros a medio metro, nos pegaron una enjachada y uno dice: ‘si tuvieran un cuchillo de fijo nos hacen pedacitos’, porque nos veían feo. Además, sacan como pecho y a uno como que le empezó a palpitar rápido el corazón, y empezaron a decir cuántos habían matado, cuántos años descuenta, ahí es donde uno dice: ‘estás frente a lo peor de lo peor’.

Otra cosa que es peor ahí es la cárcel de castigo porque es solamente un planché de cemento, con una pileta y no tiene luz, lo que tiene es un huequito donde entra el aire y se acabó, ahí no hay día ni noche, se pasa el día a oscuras completamente, eso me impresionó mucho porque yo soy claustrofóbico y eso me da pavor.

Douglas Sánchez, estuvo en El Salvador conociendo la cárcel Centro de Confinamiento del Terrorismo.
Douglas Sánchez estuvo en El Salvador y conversó con los ciudadanos sobre qué les parecía la cárcel de los pandilleros.

- ¿Qué sensación sintió cuando lo esposaran como ellos?

Primera vez que me esposan y es feo, es una sensación fea porque uno dice: ‘estos andan con esta vaina todo el día puesto, ¿cómo hacen?’. No es que pese mucho el grillete y la esposa, pero sí por ejemplo, cuanto te las ponen en las manos te dejan inmóvil las manos, no hay manera, porque sino te raspa, corta o lo que sea, porque las dejan muy apretadas, pero sí fue gacho. Estuvo fuerte esa experiencia.

- ¿Se sintió tranquilo ahí adentro?

Me impresionó por ejemplo, en un momento donde se quitan la camisa ver los tatuajes de las pandillas a las que pertenecen y son unos dibujos más diabólicos que uno dice: ‘a este ya lo besó hasta el diablo’.

Huele raro además, huele como a muerte, huele como pestilento no porque esté sucio, no es un olor de sucio, es un olor no sé como a malo, todo el ambiente es como muy turbio, muy feo, y aunque las instalaciones están nuevas vos no dejas de sentir una vibra muy pesada. Yo le decía a mis compañeros: ‘aquí está sentado el diablo a la par nuestra’.

Le dicen a uno: ‘no hagas contacto visual con ellos’, pero cómo no hacer contacto visual si tiene uno la mirada encima de todos esos asesinos viéndote.

Douglas Sánchez, estuvo en El Salvador conociendo la cárcel Centro de Confinamiento del Terrorismo.
A los reclusos no se les permite hablar sin autorización y tampoco pueden recibir la visita de sus familiares.

- ¿Cree que esa es la forma adecuada de reformar a este tipo de personas?

Le hablo como ciudadano y no como periodista, yo creo que casos y perfiles como los de estos sujetos difícilmente se puedan reintegrar a la sociedad. Ahora, confinarlos para el resto de su vida, sin contacto familiar, sin absolutamente nada, no lo sé. Yo creo que es como un castigo adecuado, pero quién soy yo para definir quién debería tener un castigo, pero la diferencia es que ahí se ve la mano dura y como tico no puedo dejar de decir, la mano suave de Costa Rica.

Uno habla con gente de El Salvador y dicen: ‘ustedes tienen lo que nosotros vimos en el 2018, ustedes están a punto de que se les salga de las manos la delincuencia, el narcotráfico, las pandillas’. Eso me preocupa mucho como ciudadano.

- ¿Cree que en Costa Rica debería existir una cárcel como esa?

Creo que el país debe de explorar, no tan drástico, pero algo que nos indique que la gente que está haciendo mal en la calle va a estar contenida y, en las cárceles nuestras en la mayoría hay hasta call center cometiendo estafas, ahí usted entra y el celular no sirve para nada por la gran seguridad y tecnología con la que cuentan.

Douglas Sánchez, estuvo en El Salvador conociendo la cárcel Centro de Confinamiento del Terrorismo.
La cárcel está rodeada por un muro de concreto de 11 metros de altura y 2.1 km de extensión, sin señal telefónica y con una sola carretera de entrada.
Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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