Farándula

El talento, la tinta y las máquinas de dos famosos tatuadores entraron a La Reforma

Un grupo de 15 privados de libertad están siendo capacitados sobre técnicas de dibujo y los cuidados que hay que tener al marcar la piel

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Cada semana 15 jóvenes del ámbito Adulto Joven de La Reforma se reúnen en un salón de la cárcel para recibir las clases. Cortesía

Dos de los tatuadores más famosos del país han pasado las últimas semanas metidos en la cárcel La Reforma, en San Rafael de Alajuela.

Pero no piense mal, ellos no cometieron un delito, todo lo contrario. Han dedicado parte de su tiempo a enseñarle a los privados libertad sobre las mejores técnicas y los cuidados que se deben de tener a la hora de realizar un tatuaje.

Se sabe que en los centros penales se da esta práctica de manera ilegal y sin las medidas de higiene necesarias. Es por eso que el jefe de enfermería de La Reforma, Erick Cerdas, contactó a Johann López, dueño de los estudios New Skull Tattoo, para que ayudara a capacitar a ciertos jóvenes que han demostrado su interés en este arte.

Con esto no quieren alcahuetear dicha práctica sino que les sirva como una forma de ganarse la vida una vez que salgan del penal, pues al final hasta recibirán hasta un título por su participación.

Las máquinas para tatuar que usan los privados de libertad son fabricadas por ellos mismos de forma clandestina. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

El proyecto arrancó desde noviembre del año pasado, pero es hasta ahora que los integrantes de la "Fundación Haciendo Sueños Realidad", comandada por el tatuador Johann López, han logrado ponerlo en práctica.

Con ayuda del despacho del Ministerio de Justicia y de los supervisores del Centro Especializado Ofelia Vincenzi, conocido como el ámbito de Adulto Joven de La Reforma, se seleccionó a un grupo de 15 privados de libertad para que recibieran las lecciones una vez a la semana.

Johann López, es el director de la Fundación Haciendo Sueños Realidad. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

Marco Quesada, quien es considerado el "tatuador de los famosos", pues muchos artistas del medio farandulero andan marcado su cuerpo con sus diseños, es uno de los profes.

El artista dijo estar muy sorprendido con el gran talento que poseen los muchachos, algunos sí son tatuadores y otros simplemente son unos cargas dibujando.

Quesada, cuyo talento lo ha llevado a trabajar en países como Inglaterra, Holanda, España, Colombia, entre otros, es quien se ha encargado de enseñarles técnicas de color y las diferentes formas de trazar las líneas y las sombras en el dibujo.

Marco Quesada se han encargado de enseñarles técnicas de colores, trazados y sombras. Cortesía

"Me han impresionado bastante y me han fortalecido las ganas de seguir ayudándolos al ver su interés. Es muy gratificante ver el avance de cada uno. Dicen las autoridades penitenciarias que esto ha generado una mejora en su comportamiento y recalcan el interés que se les nota a los muchachos, que saben que tienen que cumplir con la norma de buen comportamiento para seguir adelante con el curso", dijo Marco.

La gran mayoría de estos jóvenes descuentan penas mayores a los 10 años por delitos como homicidio o robo agravado, pero han visto en este curso una esperanza de llegar a ser una mejor persona y hasta emprender su propio negocito de tatuajes una vez que cumplan condena.

Este es uno de los impresionantes dibujos que hizo uno de los reos durante el curso. Cortesía

Las máquinas tatuadoras que utilizan los reclusos han sido fabricadas de forma casera y usan tintas que no son las adecuadas. Lo hacen en los baños a escondidas de los guardas penitenciarios y sin usar las cremas aptas para la sanación de la piel maltratada.

Así lo hizo alguna vez Rodolfo Mata Mata, más conocido como "Muñeca", quien estuvo recluido en la Peni (Penitenciaría Central, ahora Museo de los Niños), en 1976 y después en 1987.

Él contó que antes, para rayarse la piel, usaban una mezcla de hollín, jabón en barra y un corcho con dos a tres agujas metidas, para luego perforar la piel.

"Antes se hacía a lo rústico y manual, nada de maquinitas, uno nada más sentía el pellisquito en la piel. Duele bastante, pero había que aguantarse un poco. Mi primer tatuaje me lo hice ahí en la Peni en el 76, la primera vez que caí. Estaba muy enamorado de mi esposa, todavía lo estoy, entonces me hice un corazón con una flecha, como se hacen en la cárcel. No se tenía nada de cuidados de higiene, uno se lavaba con un poco de jabón para limpiarse la sangre y ya", contó el famoso Muñeca, quien ahora cuida carros en la iglesia de Cinco Esquinas de Tibás.

"Muñeca" rayó su piel por primera vez en 1976 cuando estuvo recluido en la Peni, se lo hizo un compañero de celda sin los cuidados de higiene necesarios. Foto: Eduardo Vega

Precisamente, la próxima semana los jóvenes del curso tendrán la oportunidad de tener contacto con el equipo profesional que usan Quesada y López en su estudio, pues en estas primeras lecciones solamente se han dedicado a dibujar en papel y con lápices de color.

La idea con esa parte del curso es poder crear conciencia en ellos sobre lo importante que es usar los equipo idóneos para evitar infecciones.

"Ellos desbordan por montones las ganas de participar, de hablar, de poder expresarse. Yo les doy una herramienta que es el arte y busco que ellos tengan esa posibilidad o chance de expresarse a través de sus dibujos. La verdad me he sentido muy agradecido con ellos porque todos me han dado la oportunidad de entrar en sus vidas y ayudarles", dijo Marco.

Los tatuadores les llevan los materiales a los reclusos para que puedan trabajar mejor. Cortesía

Johann López, quien también es muy conocido por ser el organizador del Paradise Tattoo Convention, uno de los eventos de tatuajes más importantes en el país, contó que les ha ido tan bien con este proyecto que ya están en conversaciones con el Museo de los Niños para realizar más adelante una exposición fotográfica con todos los trabajos de los reclusos, que las imágenes sean colgadas en los pasillos de la antigua penitenciaria.

"El estar ahí no quiere decir que no tengan habilidades para muchas cosas. Eso es lo que estamos tratando de desarrollar con la fundación, poderles desarrollar esas habilidades para que las apliquen en el momento en el que ojalá ya puedan salir de ahí. Se les va a entregar un título que les puede servir de referencia para que a la hora de reincorporarse a la sociedad tengan un respaldo al buscar un trabajo", explicó el artista.

Muchos de los jóvenes son buenos dibujando desde niños, de ahí el gusto por el arte corporal. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

La idea es seguir impartiendo las lecciones por varios meses más y ver la posibilidad de dar este mismo taller en otros centros penales.

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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