En Semana Santa muchos costarricenses prefieren pasar en sus casas haciendo maratónicas con películas religiosas para reflexionar y recordar algunos de los pasajes más destacados de la Biblia y de la vida de Jesucristo.
Estos días significan una desconexión del trabajo, de vacaciones y de relax, por lo que es un excelente momento para relajarse con algunas películas en las que la religión y el cristianismo son su eje principal.
Entre la gran variedad de cintas de este tipo que existen, cinco de ellas son infaltables para la mayoría de los ticos y se han convertido en una verdadera tradición.
Ben-Hur
Es posiblemente la película más típica de Semana Santa. Cuenta la historia de Judá Ben-Hur y su mejor amigo Mesala, quienes, por las vueltas del destino, se convierten en enemigos.
Este peliculón está basado en la novela de Lewis Wallace (1880), la cual está ambientada en Judea, en tiempos del emperador Tiberio. Cuenta con Charlton Heston como principal protagonista y logró hacerse con 11 premios Óscar.
Entre ellos se llevó el de mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz de reparto y mejor fotografía, una cifra que solo han conseguido igualar Titanic y la tercera entrega de El señor de los anillos. Es dirigida por William Wyler y se estrenó en 1959.
Aunque ahora cuesta imaginar un Ben-Hur sin Charlton Heston en el papel principal, hubo un tiempo en que él no fue ni siquiera considerado para el papel.
Pero el destino es caprichoso, y otros famosos rechazaron el papel: a Burt Lancaster le pareció una historia aburrida y que trataba el cristianismo de forma despectiva, mientras que a Paul Newman le preocupaba que no tuviera buenas piernas. Marlon Brando, Rock Hudson, Kirk Douglas y hasta Leslie Nielsen fueron considerados para el papel antes que Heston, que fue quien finalmente se llevó los honores.
La pasión de Cristo
Dirigida por Mel Gibson, esta cinta sorprendió al mundo entero al mostrar los últimos días de Jesucristo de una manera nunca antes vista. La crudeza y realidad con la que enseñaba los diferentes pasajes de su vida, marcó un antes y un después en el cine.
Protagonizada por Jim Caviezel, esta película fue candidata a tres premios Óscar: mejor maquillaje, mejor banda sonora y mejor fotografía. Ganó veintidós premios cinematográficos y fue candidata a otros 13.
Caviezel tenía 33 años cuando interpretó a Jesucristo en 2004. Además, su nombre lleva las mismas iniciales que el de Jesucristo (J.C.). Además, se dislocó el hombro mientras rodaba el camino al Calvario. Aquella cruz de madera pesaba aproximadamente 130 libras.
La cinta fue rodada en latín, hebreo y arameo para darle la mayor realidad posible.
Jesús de Nazaret
Técnicamente, no es una película, sino una miniserie de televisión que salió a la luz en 1977. Pero fue tan aplaudida que merece un sitio en este listado.
De hecho, aseguran que el papa Pablo VI, tras verla, recibió al director Franco Zefirelli para agradecerle lo que había hecho.
Esta obra relata toda la vida de Jesús, ya que dramatiza el nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús, según los relatos de los cuatro Evangelios canónicos del Nuevo Testamento.
Los diez mandamientos
Charlton Heston participó en otra película ideal para ver en Semana Santa. Esta adaptación del pasaje de Moisés se convirtió en una superproducción y dura casi cuatro horas.
Se presentó en 1956 y fue nominada a siete categorías en los Óscar y relata cuando Moisés, recién nacido, es recogido de un río por la hija del faraón, Bitia, que lo cría en la corte real.
Años después, y tras haberse ganado el cariño del faraón, descubre su origen hebreo y abandona su vida como príncipe antes de ser expulsado de Egipto.
Marcelino, pan y vino
La película dirigida por Ladislao Vajda y protagonizada por Pablito Calvo está guardada en el corazón de muchas generaciones, ya que consiguió un gran éxito tanto a nivel comercial como de crítica, desde que salió en 1954.
Está basada en una novela de José María Sánchez Silva y cuenta la historia de Marcelino, un niño recogido por unos frailes franciscanos que se hace amigo de un Cristo crucificado alojado en el desván del convento con el que habla y al que le da pan, vino y toda la comida que llega a encontrar. Ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín.