El 4 de mayo del 2018, Lynda Díaz se sometió a una cirugía estética que se complicó a medio camino y la mantuvo entre la vida y la muerte durante varias semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital privado de Costa Rica.
Siete años después de aquel casi fatídico momento, la expresentadora de televisión habló como nunca sobre eso al contar, este jueves, que en dos semanas ingresará al quirófano una vez más para un procedimiento que se tiene que hacer sí o sí.
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Lynda contó que en mayo del 2018 se sometió en nuestro país a una cirugía en sus pechos porque uno de sus senos estaba más grande que el otro y quería emparejarlos. También se hizo una liposucción.
“Fue una cirugía que casi me cuesta la vida en Costa Rica y yo casi me muero, literalmente, casi me muero. Me había operado los pechos y me había hecho un poquito de lipo en ese momento. La cosa es que terminé en Cuidados Intensivos como 22 días y casi me muero. Me hicieron esto que te lavan la sangre cuando uno está muy mal, una diálisis”, recordó.
Díaz aceptó que en ese procedimiento le fue “supermal” y que casi se muere por algo que no debía haber hecho.
“Tenía una (se toca un pecho) más grande que la otra y, en realidad, no estaba contenta y me las quería arreglar. La cosa es que logré salir de eso y tuve una falla renal en el riñón derecho, gracias a Dios mi riñón se recuperó y pude llegar a la Florida (Estados Unidos, donde vive”, agregó.
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“Eso fue una cosa terrible. Me la pelé con esa cirugía, nadie me tiene a mí operándome algo que nadie se ha quejado de esa parte de mí, y a veces uno buscando la perfección o la presión de siempre verse bonita. Aprendí mi lección. Fue una experiencia horrible que no se la deseo ni a mi peor enemigo”, confesó.
Le quedaron horribles
La exmodelo y expresentadora de canal 7 dijo que esa operación que casi la manda a la tumba no le sirvió para nada y que sus pechos quedaron horribles.
“No me quedaron nada bonitas y como mujer, eso crea inseguridad y me quedaron muy feas, muy feas y dije, bueno, si me tocó quedarme con estos pechos me voy a quedar. Con decirle que los puntos de la cirugía los terminó quitando mi mamá con pinzas, tijeras y alcohol aquí en casa. Fue una experiencia muy traumática, dolorosa y fuerte, no tanto para mí, sino para mi familia”, afirmó Díaz.
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Ahora Lynda deberá enfrentar sus miedos, ya que tiene que entrar al quirófano porque viene sintiendo unos jalones muy feos en el pecho derecho y, al parecer, tiene un exceso de tejido cicatrizado acumulado producto de las operaciones que se ha hecho en esa parte del cuerpo.
“Me hice una mamografía y salía que tenía mucho tejido de cicatrización en el lado derecho que se estaba pegando al implante y los he ido dejando por miedo a operarme porque no quiero sentir lo que me pasó en esa ocasión, que sentí que no iba a poder despertar ni poder volver a ver a mis hijos”, dijo.
Lynda se someterá a la nueva cirugía en dos semanas, solo que esta vez será en Estados Unidos, con uno de los mejores médicos reconstructivos de allá.
“Le decía al doctor que si a mí me pasa algo en esa cirugía que la detengan y que no me sigan operando como pasó en Costa Rica, que se queden conmigo y que no me dejen sola. El doctor me dio mucha tranquilidad, él es uno de los especialistas en reconstrucción más capacitados de aquí”, dijo.
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En estos días, Lynda se tiene que hacer una mamografía y un ultrasonido, pues el médico quiere estar completamente seguro de que todo está bien y, también, mapear las áreas que va a trabajar.
“En dos semanas me opero. Estoy muy nerviosa, tengo mucho miedo, pero me lo tengo que hacer quiera o no”, afirmó.