Una mujer, de 35 años, hizo una publicación para contar que ella aún sigue siendo virgen y se mantendrá así hasta que encuentre el hombre de su vida y se casen.
Sonali Chandra compartió el texto en el sitio americano Insider, donde cuenta sus convicciones religiosas y habla del valor de llegar virgen al matrimonio.
Ella explica que su familia es originaria de India y que le inculcaron muchos valores religiosos y que su educación se la impusieron sus padres durante su adolescencia en Nueva York.
Acá parte del argumento que compartió:
“Tengo 35 años y sostengo mi tarjeta V (virgen) con orgullo. Necesito un anillo en mi dedo antes de perder la virginidad por mi única pareja. Estaría devastada si traicionara mis principios y tuviera una aventura de una noche.
“No es porque tenga miedo, aunque sé que el sexo por primera vez puede ser doloroso. Pero los ‘amigos con derecho a roce’ y las relaciones sin compromiso no son para mí. Busco a mi alma gemela.
“Como estadounidense india moderna de primera generación, me complace mantener los valores tradicionales del país donde se criaron mis padres. El sexo antes del matrimonio es un tabú en la India.
“Mi madre y mi padre nunca hablaban de sexo cuando yo crecía. A mi hermana y a mí nos encantaba ver películas de Bollywood en los años 90 y principios de los 2000. Las películas no mostraban a una pareja besándose, pero a los actores se les permitía tomarse de la mano.
“Cuando iba a la escuela secundaria no había escotes, ni maquillaje, ni se podía socializar con chicos. Me quedé en casa para el baile de fin de curso y el último año. La única vez que me vestía era para los recitales de baile. Llevaba años bailando danza india y actuaba en los concursos de talentos del instituto. La gente se escandalizaba porque yo era la friki de la clase que llevaba gafas y tirantes”, menciona en el texto.
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Pureza espiritual
En un país como la India conservar el himen intacto hasta casarse es importante, ya que se asocia a la pureza espiritual que la mujer debe guardar para su marido, pero más allá del asunto religioso, también existe una presión social por conservarla, porque se estima que la familia de la novia se juega el honor al entregar en matrimonio a una virgen.
Por esta razón, en algunas tribus y localidades rurales se estila incluso someter a la novia a una exploración vaginal, para corroborar si efectivamente es casta.
Muchos maridos piensan erróneamente que si la mujer no sangra en su primera experiencia sexual se debe a que no es virgen, por ello ordenan pruebas médicas que resultan denigrantes para las jóvenes.
“Tuve mi primer beso a los 26 años, y me sentí increíble. Las cosas no fueron más allá. Creo que el romance no llegó a ninguna parte debido a mis creencias”, dijo.