Pity quedará para la historia como el torero improvisado más querido y famoso del redondel de Zapote por la cantidad de levantines que contabilizaba y de las que siempre salía airoso.
Más de una vez estuvo a punto de morir de una cornada, sin embargo la muerte no lo pudo alcanzar sino hasta este 4 de junio, víctima de un paro cardiorespiratorio, a los 62 años, recién cumplidos (nació un 19 de mayo).
Desde su último levantín, en diciembre del 2019, José Alberto Román Fernández había estado internado en varios albergues, el último de ellos en Tibás, donde se dio su deceso, según el informe del Tribunal Supremo de Elecciones.
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En las corridas de toros de ese año, Pity subió su recórd a 78 levantines solo en ese redondel de Zapote, sin sumar la cantidad de golpes y moretones que sufrió en sus 44 años de ser improvisado.
Su característico gorrito de peluche, la valentía que demostraba al pararse de manos a un lado de la puerta de salida del toro y su baja estatura serán recordadas para siempre por todos los amantes de las corridas de fin y principio de año.
Uno que vivió muchas anécdotas a su lado fue el famoso Shakira (Gerardo Ocampo), quien tiene más de 35 años de ser torero improvisado, que más de una vez corrió para salvarlo.
Shaki dice estar muy dolido por la partida de uno más de sus amigos, de cual jamás olvidará su frase: “Jo, jo, joo”, que decía cada vez que llegaba al redondel.
“Cuando un toro salía, a veces yo me lo montaba encima mío, era el único loco igual que yo, le olía las patas y todo, me lo montaba en los hombros y los pies los tenía en el cuello mío, él ahí parado, que si el toro se daba vuelta, imagínese qué nos podía pasar”, recordó.
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Al igual como tampoco olvida la vez que Mario Guadamuz, el líder de los improvisados, le dijo que por qué no se le paraba encima a Pity cuando él se acostaba al frente del toril.
“Imagínese el peso mío y con tacos, y en la espalda de él, no iba a ir a la ambulancia por el levantín del toro, sino por el peso mío, y en dos ocasiones lo hice con él. Me decía: ‘No, no, Shakira, nunca más, nunca más, usted pesa mucho’, cosas como esas son los lindos recuerdos que nos quedan, y que nunca tuvo miedo a la muerte”, reconoció.
Como un muñeco
Pity ingresó por primera vez al redondel el 25 de diciembre de 1981, según datos de Álvaro Zamora, y su levantín más alto fue en las corridas de diciembre de 2008.
Según el registro que maneja el comentarista y recopilador taurino, esa vez el toro “El Cangreja”, de la ganadería 3X, lo levantó en la puerta de salida, donde acostumbraba estar, y lo elevó por los cielos a unos 3 metros de altura, como si fuera un muñeco de trapo.
Precisamente, la última vez que lo levantó un toro fue el Curubandé, de la ganadería Chinchilla, de 550 kilos, el cual lo terminó mandando al hospital el 28 de diciembre de 2019.
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En ese momento el torero José Mario Rodríguez corrió con su capote y lo salvó de morir corneado dentro de la arena, como muchas veces los televidentes pensaban que iba a morir.
“Yo llegué al Zapote en 1999 y desde que llegué comencé a armar el archivo de los toreros, de los toros, de las ganaderías, y me llamó mucho la atención Pity, yo lo recuerdo a él en sus mejores tiempos, y yo me identifiqué mucho con él. Él llegaba siempre y se sentaba a la par donde yo estaba animando sobre el toril y yo le daba comida, lo que me daban a mí le daba a él. Yo le decía: ‘Pity, cuídese, Pity, no se meta, cuídese’, pero qué va, él no hacía caso”, mencionó el ramonense.
La última vez que Álvarito lo vio fue hace poco más de un año en un albergue ubicado en Guadalupe, donde estaba internado.
Según contó, apenas lo vio le gritó: “mi hermanooo, Álvaro Zamooraa”, y aprovechó para conversar un buen rato con él, que en ese momento estaba en silla de ruedas.
“Yo fui a animar una actividad en un hogar donde él estaba, me tomó por sopresa cuando lo vi y él se puso contentísimo de haberme visto, porque él decía que yo era hermano de él, entonces yo en son de broma le dije: ‘Pity, tomémonos la última foto’, vacilando, por supuesto, y esa para mí significa mucho por eso, porque él está como despidiéndose”, señaló.
Pity no solo era un personaje de Zapote, sino de su amado cantón de Desamparados, donde también era muy popular.