Una profesora de yoga prácticamente se pegó la lotería, pues asegura que aprendió a tener un orgasmo “casi instantáneamente” de hasta 10 minutos y sin ningún tipo de estimulación.
Karolin Tsarski, una mujer de Estonia, cuenta que pasó una década aprendiendo cómo lograr una “satisfacción sexual profunda” gracias a los “años de yoga y entrenamiento tántrico” porque encontraba dolorosas las relaciones sexuales normales.
“Toda mujer posee el poder de despertar su energía orgásmica”, explica.
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Las pruebas científicas llevadas a cabo por médicos demostraron al parecer que Tsarski no estaba mintiendo. Los resultados mostraron que calificó sus orgasmos no estimulados genitalmente, los que ella misma aprendió, casi tan placenteros como los del clítoris.
De todos modos, añaden, no proporcionaron los mismos niveles de intimidad emocional y éxtasis que los clímax convencionales.
Los médicos midieron en un análisis posterior sus niveles hormonales para ver si sus propios orgasmos realmente tenían un efecto medible dentro de su cuerpo.
El experimento se realizó tres veces, cada una con una semana de diferencia. Consistía en que Tsarski se hiciera un análisis de sangre 30 minutos antes de la prueba, inmediatamente después de su orgasmo y 30 minutos después de la prueba.
En la primera ocasión, la llevó al clímax sin estimulación durante cinco minutos. Hizo lo mismo en la segunda ocasión, pero durante 10 minutos. En la última prueba, se sentó y leyó un libro durante 10 minutos para actuar como control.
Los análisis de sangre revelaron que sus niveles de prolactina aumentaron en un 25% inmediatamente después de su orgasmo de cinco minutos.
En la prueba de orgasmo de 10 minutos, los niveles de prolactina fueron un 48% más altos inmediatamente después del clímax.
No se observó un aumento significativo de la prolactina en las muestras de sangre extraídas de la prueba de control de lectura de libros. Sí se notaron que los niveles eran particularmente altos el día de las pruebas de 10 minutos.
Tsarski, que figura como coautora del estudio, dijo que su viaje hacia el orgasmo sin estimulación comenzó a combatir su vaginismo, una condición incontrolable en la que la vagina se contrae repentina y dolorosamente cuando se inserta algo dentro de ella.
Fue entonces que comenzó su formación en yoga tantra, “aprendiendo posturas corporales, técnicas de respiración, bloqueos corporales destinados a aprender a despertar y sentir la energía, y luego aprender a guiarla”, admite.
Además, cuenta que hace ejercicios del suelo pélvico, masajes en los senos y prácticas para liberar la vergüenza y la culpa.