El famoso Che, quien forma parte del grupo de toreros improvisados más Teja del país, dice que solo muerto lo sacan de un redondel de toros.
A sus 42 años, Franklin Munguía Espinoza es uno de los improvisados más experimentados del Invierno Toreado de Teletica, que hoy se transmitirá desde la Cámara de Ganaderos de San Carlos, zona norte.
Su particular boina y el tatuaje que tiene del revolucionario Ernesto "Che" Guevara en su brazo derecho lo hizo ganarse ese apodo.
Hace 24 años estuvo a punto de perder la vida por una cornada que recibió en su natal Nicaragua, sin embargo, el susto no fue suficiente para hacerlo desistir de esta pasión.
"En Nicaragua cuando estaba empezando a montar un toro me desmontó el mentón, estuve un día en coma, tenía apenas 18 años. Otra vez en Zapote un toro me quebró la clavícula y en Palmares y en Llano Grande de Cartago me quebré una vez las costillas en un levantín, pero es que esto es mi vida, es mi pasión", enfatizó.
Montador retirado
Munguía es vecino de Patarrá de Desampa y tiene 21 años de asistir cada diciembre a las corridas de Zapote. Fue ahí donde conoció a los que hoy considera su familia.
"Cuando llegué a Zapote empecé a conocer gente muy especial como Mario Guadamuz y luego me incorporé al grupo de improvisados que para mí, más que compañeros en la arena somos hermanos y eso es lo más bonito de poder asistir cada fin de semana a las corridas", reflexionó.
El Che contó que lo suyo, más que burlar el toro, es montarse sobre el lomo, pues desde que era carajillo le encantaba pero desde hace dos años dejó de hacerlo.
"Yo me puse una fecha de retiro, cuando me mate un toro ese día dejaré de andar en esto porque para mí los toros son mi vida", dejó muy claro el valiente.