Se acerca el final de año y creo que todos tenemos que encontrar el propósito de nuestra existencia. Considero que uno de los grandes objetivos de la vida es ser felices aunque siempre nos preguntamos: ¿cómo podemos ser personas felices? Pareciera ser que este es el gran objetivo y la meta de toda existencia humana a lo largo de su historia.
Hablar de esto podría generar un debate enorme, pero quiero proponerle una pequeña frase: “La felicidad es el resultado de actuar con bondad”. ¡Así de simple!
Imaginemos a una persona que actúa con bondad con su pareja, hijos, amigos, en su ambiente de trabajo, que quiere hacer las cosas bien, actúa desde la bondad y vive su vida a partir de la honestidad, el compromiso y la dedicación. Como quiere actuar con bondad, ama a sus hijos con dedicación, desea experimentar bondad y, entonces, ama a su pareja y asume un compromiso maduro, estable y positivo.
Una persona que se preocupa de actuar con bondad hace las cosas bien, conecta con lo mejor de sí mismo y con lo mejor de los demás, procura no albergar resentimientos.
La felicidad es el resultado de experimentar satisfacción, paz y armonía. Esto muchas veces sucede, cuando nosotros conectamos con la bondad:
– Sonreímos.
– Somos amables.
– Actuamos con delicadeza y prudencia
– Escogemos bien nuestras palabras.
– Dejamos de actuar con impulsividad.
– Nos conectamos con lo mejor de cada uno de nosotros.
Creo que esto es actuar con bondad y si se actúa con bondad, se puede construir la felicidad, que es uno de los grandes objetivos de la vida.
Felicidad no es comprar, tener o hacer. Esto es parte de la felicidad. La bondad es un proceso emocional que surge en nuestra capacidad de querer transformar la historia a partir de nuestras acciones positivas.
La felicidad se nutre en la bondad y este es un proceso emocional que surge en nuestra capacidad de querer transformar la historia a partir de nuestras acciones positivas. Así que le dejo este reto para que lo tome, lo piense y quizá le aporte algo a su reflexión.