Ocho ambientalistas le pararon la peluca a medio mundo cuando prendieron juegos de pólvora en una central nuclear en Francia este jueves.
La arriesgada movida fue para pedir una mejor protección de los residuos nucleares y protestar por la dependencia del país de la energía atómica.
Los ocho protestantes forman parte de Greenpeace y según EDF, la protesta no tuvo ningún impacto sobre la seguridad en la planta de Cattenom, en el este de Francia. Los activistas fueron detenidos ocho minutos después de entrar en las instalaciones, y podrían enfrentar acciones legales, agregó la empresa.
La acción del grupo ambientalista expuso los riesgos de seguridad de las instalaciones porque los activistas llegaron a 100 metros de las piscinas abiertas de residuos nucleares, señaló la vocera de Greenpeace, Yannick Rousselet. Greenpeace está cabildeando para que Francia cree búnqueres especiales sobre sus piscinas de residuos radioactivos.
El gobierno del presidente Emmanuel Macron prometió ampliar la energía renovable y reducir su dependencia de las envejecidas plantas nucleares, que actualmente son la principal fuente generadora de energía del país.