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Estos son los principales problemas de salud global que enfrentaremos en 2023

Cambio climático, covid, salud mental serán algunos de los retos de salud

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(Rafael Pacheco Granados)

Especialistas del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), de la U. de Washington (EE.UU.), acaban de publicar un documento con los once problemas de salud global a tomar en cuenta este año.

A continuación, la lista con los desafíos y la opinión de especialistas locales e internacionales.

“El covid persistente es definitivamente un problema a tener en cuenta en 2023, porque su impacto en la salud a menudo interrumpe la capacidad de una persona para ir a la escuela, el trabajo o participar en relaciones sociales durante meses”, dijo Sarah Wulf, investigadora del IHME y autora de artículos sobre este fenómeno, publicados en JAMA.

“Necesitaremos desesperadamente más investigación para encontrar tratamientos efectivos, así como medidas preventivas para reducir el riesgo de desarrollar este mal”, añadió Wulf. Investigaciones estiman que hasta 45% de los infectados con covid-19 que presentan síntomas permanecen con alguno durante meses o semanas.

Comprender cómo fenómenos como la pandemia o la guerra en Ucrania han impactado en la prevalencia de los trastornos mentales y cómo los países deberían adaptar su respuesta ante ello es un desafío de salud clave este año, indica el IHME.

Para expertos locales, es un tema en el que Chile también debe poner énfasis. “Coincido en que este año debemos centrarnos en poder dimensionar el número de personas que están con alguna patología mental”, opina Carlos Pérez, decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián.

“Sabemos que hay una escasez de profesionales que atender, así como la necesidad de tratamiento y atención temprana”, agrega.

“El cambio climático ya afecta la salud de millones de personas en todo el mundo y, lo que es más importante, empeorará a lo largo de este siglo (...) Como sabemos por la pandemia, la preparación es clave y estamos lejos de estar preparados para los impactos en la salud de un clima más cálido”, comentó Michael Brauer, profesor del IHME y líder del equipo que analiza la carga de los factores ambientales en la salud.

Según el experto, la mayor parte del énfasis hasta ahora se había puesto en la reducción de las emisiones, pero el impacto del cambio climático en la salud ya ha llegado, con mayor inseguridad alimentaria, por ejemplo. “Este año se deberá prestar mucha más atención a minimizar estos efectos través de la adaptación”.

Las enfermedades cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares, son las principales causas de muerte en todo el mundo. La prevención de estas seguirá siendo muy relevante.

“Sabemos que tenemos otras pandemias ocurriendo, como la de obesidad, diabetes y sedentarismo, factores que contribuyen a las enfermedades cardiovasculares y pueden aumentarlas. Prevenir esto es un desafío muy relevante para nuestro país, considerando también el diagnóstico precoz”, opina Pérez.

“Vimos una disminución general en las infecciones por influenza y virus respiratorio sincicial (VSR) en 2020 debido a las medidas de mitigación del covid-19, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social. Con la relajación de estas medidas, muchos niños pequeños que no han estado expuestos al VSR en los últimos dos años se están infectando. Los países también han experimentado un aumento de la influenza en todas las edades”, explicó Hmwe Kyu, profesora de enfermedades infecciosas del IHME.

La experta cree que controlar un posible aumento fuerte de enfermedades infecciosas será prioritario, considerando además que el impacto del cambio climático podría generar el desarrollo de nuevos agentes infecciosos, según advirtió.

“Parece que la pobreza es la madre de la desigualdad en salud. Y la distribución desigual de los recursos se ha ampliado debido al cambio climático y al aumento de la violencia. (...) Debemos abordar con urgencia el impacto de la pobreza en la salud, la vida y la muerte”, dijo Mohsen Naghavi, profesor de ciencia y métricas de salud del IHME.

Coincide David Torres, epidemiólogo y académico del Departamento de Epidemiología y Estudios en Salud de la U. de los Andes.

“Sabemos que quienes tienen mayores ingresos están expuestos a menor contaminación y tienen más acceso a alimentos saludables, entonces hay que poner el énfasis en mejorar ese tipo de cosas, que tienen incluso más impacto en la salud que tener un hospital nuevo”, plantea el experto.

“Fortalecer los sistemas de salud a nivel mundial sigue siendo un aspecto crítico de lo que se necesita para sistemas de salud resilientes. Esto será particularmente relevante a medida que los países reenfocan sus recursos después de la fase aguda de la pandemia”, aseguró Angela Micah, profesora del IHME y especialista en recursos de la salud.

A juicio de Javiera Léniz, docente del Departamento de Salud Pública de la UC, este es un punto crucial para Latinoamérica, “donde los sistemas de salud están muy desintegrados, es decir, la atención primaria no se vincula adecuadamente con servicios más especializados, y eso tiene un impacto en la salud de las personas”.

Un compromiso de parte de los gobiernos para integrar mejor el sistema y aumentar el financiamiento son aspectos clave a resolver, dice.

Según indica el IHME, la carga de diabetes en América es grande, heterogénea y está en expansión, especialmente en los países de América Latina Central y el Caribe. De allí que seguirá ocupando un lugar en la agenda de salud.

“Las intervenciones basadas en la población, como impuestos e incentivos, un etiquetado de alimentos más informativo, la mejora del entorno construido para facilitar el ejercicio y una mayor promoción para informar a las personas sobre el riesgo que representa la diabetes, combinadas con una educación sanitaria ampliada para combatir los factores de riesgo de la diabetes, parecen ser las mejores opciones”, dice Ewerton Cousin, investigador del IHME sobre diabetes en América.

“Las políticas destinadas a ayudar a evitar el aumento de peso y mejorar la calidad de la dieta también serán primordiales”, agrega.

Para las personas de 15 a 49 años, los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte, advierte el IHME. Estos siguen siendo un evento importante y prevenible.

“Intervenciones como cascos y leyes que desalientan la conducción bajo los efectos del alcohol funcionan. Pero la implementación no es lo único que determina su éxito: el comportamiento humano debe adherirse a esas políticas para que sean efectivas”, dijo Liane Ong, científica principal que dirige el equipo de estudio de las lesiones en el IHME.

“Se espera que las tendencias anticipadas en el crecimiento y el envejecimiento de la población conduzcan a un gran aumento en la cantidad de personas afectadas por la demencia en todo el mundo, lo que subraya la importancia de la demencia para la salud pública”, indica el listado del IHME.

Los especialistas de este centro plantean que se necesitará una planificación muy adecuada de los servicios necesarios e intervenciones enfocadas en factores de riesgo modificables, como el tabaquismo.

“A nivel mundial, se espera que la proporción de la población mayor de 65 años aumente en los próximos años. Si bien mucha atención (y con razón) se ha centrado históricamente en las enfermedades que afectan a los niños, será prudente comenzar a pensar y planificar sistemáticamente algunos de estos próximos cambios en la demografía también, especialmente en países de ingresos bajos y medios”, plantea el IHME.

Chile entra en esa categoría. De hecho, el desafío se viene advirtiendo hace varios años. “Estamos en lo que llamamos la adolescencia del desarrollo, donde las personas viven más, pero con mala calidad de vida”, dice Torres. Y agrega: “Tendremos que pensar qué les vamos a ofrecer para envejecer bien”.

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