¿Sabía que hay un lugar en el mundo conocido como “las puertas del infierno”?
Oficialmente se llama cráter o pozo de Darvaza y queda en el norte de la antigua república soviética de Turkmenistán, en Asia.
Tiene 69 metros de ancho, 30 metros de profundidad y arde sin pausa desde hace 50 años. Lastimosamente, el agujero gigante en la tierra no es natural, fue la mano del hombre la que lo produjo.
En el 2013, un grupo de exploradores de National Geographic intentó averiguar cómo se creó este “fuego eterno”.
Descubrieron que la historia más conocida se remonta a 1971, cuando varios geólogos soviéticos estaban perforando el desierto de Karakum en busca de petróleo.
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Allí no solo encontraron el preciado líquido, sino que hallaron una bolsa de gas natural que derrumbó la tierra, formando tres huecos.
Error de cálculo
En su momento, los geólogos pensaron que incendiando uno de los pozos evitarían que el metano, un gas natural, se liberara en la atmósfera. Pensaron que el fuego se consumiría en unas semanas, pero estaban muy equivocados.
Los investigadores de National Geographic se dieron cuenta luego de que realmente nadie sabe cómo se originó el hueco en llamas.
Otra versión conocida tiene como protagonistas a geólogos turcomanos y dice que el cráter se formó en 1960 y que empezó arder en 1980 de forma accidental por la caída de un rayo.
También se cree que el pozo pudo ser creado por una técnica que se utiliza para la extracción de gas natural y sus excedentes son quemados intencionalmente por economía y seguridad.
La cadena británica BBC entrevistó al historiador Jeronim Perovic, quien dice que lo ocurrido no tiene mucha ciencia.
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”Es un reflejo de cómo funcionaban las cosas en la época soviética (…). En esos tiempos solo se reportaban los éxitos, no las fallas. Así que si la gente local hacía algo mal, nadie quería que se supiera”, comentó.
Petroleros lo hacen
La microbiología Stefan Green, quien participó en la expedición de National Geographic, dice que tiene sentido que el pozo se esté quemando ya que liberar metano de manera incontrolada es más nocivo que el dióxido de carbono que esta genera. De hecho, es una práctica muy común en países petroleros como Irak, Irán y EE. UU.
El gobierno de Turkmenistan consideró apagar el fuego, pero pensaron que si lo mantenían encendido sería una buena forma de promover el turismo. Y la pegaron.
El pozo es una de las atracciones turísticas más populares y recibe al año unos seis mil visitantes. Sin embargo, el presidente del país, Gubanguly Berdymujamedov, dijo que el pozo daña el medio ambiente y la salud de quienes viven alrededor.
El gobierno buscará las mejores soluciones para extinguir el fuego, pero todavía no se conoce cómo ni cuándo o si lo lograrán.
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