El papa Francisco fue el gran ausente este Viernes Santo en el tradicional Vía Crusis en el Coliseo de Roma.
El papa renunció, a último minuto, a presidir el Vía Crusis para poder cuidar de su salud y así poder cumplir con las demás actividades de Semana Santa.
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“Para conservar la salud ante la Vigilia de mañana y la Santa Misa del Domingo de Resurrección, esta tarde el papa Francisco seguirá el Vía Crucis del Coliseo desde la Casa Santa Marta”, indicó el Vaticano.
Francisco, de 87 años, ha sufrido algunos problemas respiratorios en los últimos tiempos, pero ayer presidió, aparentemente sin problemas, la misa del Jueves Santo en una cárcel de mujeres de Roma y hoy la ceremonia de la Pasión en la basílica de San Pedro.