Los habitantes de un pueblo en Asia abandonaron su hogar y dejaron a miles de vacas y cabras abandonadas.
El hecho ocurrió en Myanmar, en Asia, cuando los casi medio millón de habitantes del pueblo de Rakhine jalaron tras una operación militar de la perseguida minoría musulmana a Bangladesh, al otro lado de la frontera.
Según contaron más de media docena de testigos a The Associated Press, soldados y policías están haciendo loco con los animalitos, ya que están beneficiándose de la catástrofe humanitaria vendiendo los animales. Todos los testigos hablaron bajo condición de anonimato por motivos de seguridad.
En el estado de Rakhine, donde numerosas aldeas quedaron reducidas a cenizas, las fuerzas de seguridad y los funcionarios locales han estado recogiendo el ganado y llevándolo a pie, en camiones o incluso en barco a zonas controladas por budistas. Las preciadas bestias son vendidas a comerciantes y residentes por 200 dólares por cabeza (unos 100 mil colones), un cuarto de su valor.
436,000 Rohingya Muslims refugees have escaped Burmese army arson, rape, and murder. Stuck in camps, now what? https://t.co/PD2SHeTVOC pic.twitter.com/qvUziNCbWa
— Kenneth Roth (@KenRoth) September 26, 2017
Desde allí, las vacas son trasladadas a la capital del estado, Sittwe, donde más de 120.000 desplazados por el anterior brote de violencia, en 2012, viven en vastos campos, sin acceso a comida ni asistencia sanitaria. La agencia de noticias AP tiene fotografías que documentan la venta de vacas incautadas detrás del edificio del parlamento estatal.
Durante semanas, el gobierno impidió que agencias de Naciones Unidas y ONGs internacionales repartiesen ayuda en los campos, y los rohingya, como se les dice a los habitantes de ese pueblo, que viven en endebles refugios de bambú están cada vez más desesperados.
A los rohingya no les gusta comprar estas vacas, dijo un líder de la comunidad musulmana, que pidió no ser nombrado por razones de seguridad. Pero sienten que no tienen otra opción.
"Están molestos porque este es ganado que fue saqueado por el ejército y la gente de Rakhine" , señaló apuntado que los residentes de al menos dos campos se negaron a comprar los animales porque sabían que pertenecieron a otros rohingya.
Un agente de policía dijo que desconocía el fraude con el ganado.