Despertarse cada mañana y tender la cama puede parecer un ritual positivo y productivo, pero nuevos estudios indican que este hábito puede ser perjudicial para la salud. Los expertos en higiene advierten que tender la cama nada más levantarse crea un entorno propicio para la proliferación de bacterias y ácaros del polvo. Ante este escenario, Tom’s Guide ofrece consejos sobre cómo mantener su espacio de descanso libre de contaminantes.
Inicialmente, los expertos explican que, durante la noche, un cuerpo pierde una cantidad considerable de humedad: se estima que entre 0,5 y un litro de agua se escapa por los poros. Esta humedad se acumula en las sábanas y el colchón, creando un ambiente cálido y oscuro. Hacer la cama retiene esta humedad, lo que fomenta el crecimiento de los ácaros del polvo, estos pequeños organismos que se alimentan de las células muertas de la piel que se desprenden mientras duerme.
Cabe destacar que los ácaros del polvo son plagas microscópicas que, aunque invisibles, pueden desencadenar reacciones alérgicas y empeorar problemas respiratorios como el asma. Al realizar esta acción aparentemente inofensiva, permites que estas criaturas prosperen en su lugar de descanso.
¿Cómo identificar la presencia de ácaros del polvo al hacer lu cama?
Aunque es posible que no pueda ver los ácaros del polvo, existen ciertos indicadores que pueden alertarle de su presencia. Los síntomas más comunes incluyen congestión nasal, estornudos, tos, picazón en los ojos y ronquidos.
Estos son signos de una posible alergia a las proteínas que se encuentran en los desechos y cuerpos descompuestos de los ácaros del polvo. Si experimenta alguno de estos síntomas al despertar, puede evaluar la limpieza de su cama y su entorno general.
La Asociación Estadounidense del Pulmón señala que la exposición continua a los ácaros del polvo puede empeorar problemas respiratorios preexistentes, lo que lo convierte en un problema de salud grave. Para evitar este problema, en lugar de hacer la cama de inmediato, considera dejar las sábanas sin hacer por un tiempo. Doble el edredón en la parte inferior de la cama para permitir que el aire circule y seque la humedad. Esto ayuda a crear un ambiente inhóspito para los ácaros del polvo.
Además, el citado portal aclara que es muy importante lavar las sábanas al menos una vez por semana. Utilice agua tibia y jabón para eliminar los gérmenes y ácaros del polvo que puedan acumularse. Preste atención a las etiquetas de cuidado de sus productos de ropa de cama para garantizar el cuidado adecuado. Además, considere usar almohadas y colchones hipoalergénicos, que pueden proporcionar una barrera adicional contra los ácaros del polvo.
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Por otro lado, aproveche la luz del sol y el aire fresco abriendo las ventanas durante el día. La luz del sol es un desinfectante natural y ayuda a reducir la humedad, lo que a su vez puede disminuir la población de ácaros del polvo.