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(Video) ‘Misionero’ asesinado por tribu creía que isla era el último ‘refugio de Satán’

John Allen Chau llevaba años planeando viaje a Sentinel del Norte

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John Chau, de 27 años, fue abatido el 16 de noviembre en cuanto puso un pie en la isla Sentinel del Norte. (Facebook)

John Allen Chau, el “misionero” estadounidense de 27 años que murió atacado por habitantes de la isla Sentinel del Norte, había planeado durante años el viaje a ese territorio donde habita un grupo que no desea ningún contacto con el resto del mundo y lo mató.

Según se lee en el diario que Chau dejó y que su familia entregó al periódico The Washington Post, el joven se había preguntado “Dios, ¿es esta isla el último bastión de satán donde nunca nadie ha escuchado tu nombre?”.

Su idea era “convertir” a los isleños.

Remco Snoeij, un hombre que lo conoció hace dos años en un club de buceo en India, dio un diagnóstico claro y contundente sobre Chau: “perdió la cabeza”.

Snoej confiesa que él le habló de otras visitas a la isla y de tesoros hundidos, lo cual el joven tomó como cierto y eso habría alimentado su idea de viajar a ese territorio.

El diario Hindustan Times, que ha tenido acceso a fuentes que conocen detalles del caso, informó: “los tres pescadores, que fueron arrestados y están siendo interrogados por la policía, dijeron que Chau tomó una bolsa la noche del 16 de noviembre y la escondió en algún lugar de la isla. La bolsa contenía su pasaporte, ropa, pertenencias, botiquín de primeros auxilios, multivitaminas y otros artículos esenciales que trajo de los Estados Unidos”.

Para la mañana siguiente, el día 17, tenía planeado ponerse en contacto con los aborígenes.

Cualquier avión o helicóptero que vuele sobre la isla, los miembros de la tribu le tiran piedras y flechas para que entiendan que no son bienvenidos. Foto: (Photo by Handout / various sources / AFP) (HANDOUT/AFP)

El estadounidense se había quitado la ropa que llevaba antes de lanzarse al agua. Solo se dejó un calzoncillo negro, contaron los hombres que lo llevaron a la isla.

“Chau creía que se ganaría la confianza de los sentineleses si vestía como ellos y que con el tiempo mostraría a los isleños las cosas que había llevado”, informaron los pescadores.

El joven, agregaron, quería quedarse en la isla por “varios meses”. Lo cierto es que los aborígenes lo atacaron en cuanto lo vieron y lo mataron. Los pescadores vieron cómo arrastraban el cuerpo por la playa, donde al parecer lo enterraron.

La policía informó que Chau les dijo a los pescadores que había visto un video de las tribus tocando con curiosidad la ropa de los funcionarios de la única vez que un equipo del gobierno llegó a las orillas de la isla a mediados de los años sesenta.

Eso efectivamente ocurrió. Un equipo del gobierno de la India tuvo un tímido contacto con la tribu, a la que llevó algunos cocos, que ellos aprecian mucho.

“No sabemos qué ha pasado con el paquete que Chau escondió en la isla”, dijo un oficial de policía de alto rango que pidió no ser identificado.

"Tal vez los sentineleses lo encontraron y lo destruyeron. Es posible que el paquete todavía esté allí.

Como ya antes había intentado llegar y le dispararon lanzas (según escribió el joven en su diario una se clavó en la biblia que llevaba), Chau al parecer había tomado precauciones para la segunda visita.

“Temió que le dispararan de nuevo y guardó medicamentos para detener el sangrado y ayudar a coagular la sangre”, agregó el oficial.

Los tres pescadores también dijeron a la policía que después de dispararle a Chau el 16 de noviembre, los sentineleses destruyeron su kayak, por eso el estadounidense tuvo que nadar entre 300 metros y 400 metros para alcanzar el barco donde esperaban los pescadores.

La isla es bellísima, pero nadie se puede arrimar porque no sale vivo. Foto: AP/Gautam Singh (Gautam Singh/AP)

En algunas notas que Chau dejó en el bote el 17 de noviembre, antes de regresar a la isla, escribió que tenía que nadar más de 300 metros hacia el bote por la noche"... Tengo miedo, no quiero morir. “Sería más prudente irse y dejar que alguien más tome mi lugar para continuar y predicar el mensaje de Dios”, se lee.

El equipo de la policía que ha estado haciendo un reconocimiento de la isla prohibida desde el agua regresó el lunes por la tarde e informó que un grupo de sentineleses se escondía entre los árboles y vigilaba a la policía. Las tribus, dijeron, parecían tener su propia “organización policial” para vigilar a los forasteros. Hasta el lunes, la policía de Andamán, junto con la Guardia Costera, realizó una revisión aérea sobre la isla y tres viajes cercanos para tratar de encontrar una manera de recuperar el cuerpo de Chau sin molestar a los aborígenes.

Redacción

Redacción LT

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